Lotus ya no es Lotus, al menos no como la conocíamos antes. Sus actuales propietarios, empeñados en convertir a la marca en un fabricante de coches eléctricos, han tirado a la basura décadas de tradición y una imagen de marca bastante fuerte. Es cierto que los productos de Lotus eran minoritarios, pero eran fieles a su pasado, extremadamente deportivos y con miles de aficionados en todo el mundo. Cosas que, también hay que tenerlo en cuenta, no salvaron a la marca de los problemas económicos.
Ahora, la gama de Lotus ofrece todo lo contrario a lo que era costumbre en la marca: coches muy pesados –muy, muy pesados–, centrados totalmente en el lujo y la exclusividad, al tiempo que se aderezan con “prestaciones eléctricas”. Sus productos no tienen nada que ver con lo ofrecido hasta el momento, y aunque sean capaces de alcanzar enormes prestaciones, no tienen la deportividad característica de Lotus.
Teóricamente, eso debería cambiar con los próximos lanzamientos, aunque sabemos que el pequeño deportivo al estilo del Lotus Elise no estará listo todavía, porque la tecnología de baterías actual no permite obtener el peso que se espera de un coche así, firmado por Lotus. No obstante, parece que su afán por mantener la deportividad de la que siempre hizo gala la marca sigue ahí y por ello, han presentado un prototipo que, según parece, ofrece una visión del futuro que está por venir, que será eléctrico, por supuesto, y mucho más agresivo de lo que se ofrece ahora.
Se llama The Lotus Theory, y representa un nuevo manifiesto de diseño, que afectará a futuros modelos y que, según dicen desde la marca, está centrado en tres principios básicos: Digital, Natural y Analógico. Cuando las marcas afirman basarse en diferentes principios, no vamos a negar que suele sonar a cuento de vaqueros y en esta ocasión, lo que cuenta Lotus es difícil de creer. Lo analógico y lo natural, hasta cierto punto, podría cuadrar, pero lo digital nunca estará en hermandad con lo natural y lo analógico. Muchos se empeñan afirmar –que no alcanzar– el mundo digital y el analógico pueden ir de la mano, ser complementos, y quizá no les falte razón, pero hasta el momento todo ha sido más palabrería que realidad.
Mucha agresividad, pero también, mucha palabrería
Lotus dice que sus futuros coches estarán cargados de experiencias inmersivas, inteligentes e intuitivas, coches que cobran vida emocionalmente y cuentan con un diseño centrado en el ser humano. Un montón de ideas locas que solo los fabricantes actuales, con su mentalidad entre millenial y generación Z, pueden pretender encajar en un automóvil deportivo y, además, pretender hacernos creer que es un coche pasional, que conecta la conducción con su conductor.
Para mostrarnos como podría ser ese futuro, se ha presentado el Lotus Theory 1, un prototipo que supone algo así como una declaración de intenciones. Un coche que, a simple vista, es llamativo, muy llamativo, con un frontal extremadamente afilado y agresivo, acompañado de una carrocería de formas suaves, con sensuales curvas en su paso por encima de las ruedas delanteras y marcadas caderas a su llegada a la parte trasera. Es agradable ver tanta simpleza de líneas, con una marcadísima línea en cuña lateral, solo rota por los elementos aerodinámicos que copan toda la parte inferior de la carrocería y por una parte trasera casi abierta por completo, y rematada en su parte inferior por un enorme difusor.
Las llantas, de sencillo diseño, también adornan una vista lateral que se ve rematada por una decoración en dos tonos, o incluso se podría decir que con tres tonos, pues los elementos aerodinámicos inferiores presentan una tonalidad diferente al resto de la carrocería. Ese cambio de tonalidad en los elementos inferiores quizá sea lo peor del coche, ya que da la impresión de que se trata de algo ajeno a todo lo demás, algo puesto con posterioridad y no encaja bien en el diseño.
Para el habitáculo, Lotus ha optado por viajar en el tiempo hasta vaya usted a saber, y crear un lugar de ciencia ficción que, para ser sinceros, no tiene nada de emocionante. Es el interior típico de un prototipo, muy futurista, muy inventivo, y en esta ocasión, sin atractivo visual. No obstante, merece la pena destacar que el conductor va en posición central y que los asientos forman parte de la estructura y son el volante y el pedalier los que se regulan para que el piloto se encuentre lo más cómodo posible.
Tecnológicamente complejo, y no solo por su motor eléctrico
Si hay algo en lo que Lotus tendrá que trabajar en el futuro, sobre todo si quiere mantener esa esencia que siempre ha tenido, es en el apartado del peso. Los actuales modelos, el Lotus Electre, el Lotus Emeya y el Lotus Evija, todos eléctricos, resultan ser más pesados de lo acostumbrado en Lotus, algo lógico por culpa, principalmente, de las baterías. Y según afirman desde la compañía británica, trabajan arduamente para que todo sea como siempre.
El Lotus Theory 1 tiene una estructura fabricada con 10 materiales diferentes, con una carrocería principal fabricada con fibra de carbono troceada y reciclada, que se ha usado también para dar un efecto de pintura mate. Al mismo tiempo, se emplea fibra de vidrio a base de celulosa de procedencia reciclada. Para colmo, las ventanillas y lunas de vidrio se han fabricado con material reciclado. No solo es eléctrico, con la idea de ecologismo que ello conlleva, realmente es un coche que pretende ser ecológico en todos sus aspectos.
Lotus afirma que gracias a estos materiales reciclados, el peso del coche es bastante bajo: 1.600 kilos. Una cifra de peso que se combina con una potencia eléctrica de 1.000 CV y puede alcanzar los 310 km/h. Dato, como siempre, por debajo de lo que se consigue con un motor de combustión de la misma potencia –cuestión de consumos de energía y desarrollos de la transmisión–. El 0 a 100 km/h es, como en todo eléctrico, bestia: 2,5 segundos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS