El Cadillac Sollei Concept es la última sensación llegada desde Estados Unidos, o la penúltima, pues el Corvette ZR1 con sus 1.000 CV, también se ha ganado el derecho a tener titulares por doquier. Es como si la pasión por el automóvil, que casi ha desaparecido de Europa, se haya trasladado a Estados Unidos para dar forma a nuevos vehículos, a cada cual más bello y espectacular.
Sin embargo, mientras todo el mundo alaba la imagen del Sollei, a nosotros se nos viene a la cabeza el Cadillac Ciel Concept, presentado allá por 2011 y cuya silueta es muy, muy similar. Ojo, la silueta, pues tanto frontal como trasera, así como los detalles, son específicos a cada creación, aunque nos gusta más el Ciel, tiene más personalidad y su imagen tiene más clase y estilo.
El nuevo Cadillac Sollei, sin perder la elegancia que se espera de un Cadillac, casi resulta más vulgar con una combinación de colores claros para el habitáculo y la carrocería. Los colores oscuros, por lo general, ofrecen una imagen más cuidada y de mayor calidad y caché, los colores claros son menos elegantes, aunque son muy apreciados por un gran número de usuarios; solo hay que ver la cantidad de coches que hay con el interior en tonalidades claras…
Te parezca o no un coche más vulgar que el viejo Ciel, no afecta al objetivo y al resultado buscado con el Cadillac Sollei, que viene a ser un experimento sobre el posible futuro de la compañía: elegancia, mucho lujo y motores eléctricos. Sí, el Cadillac Sollei Concept es un coche eléctrico, pues la compañía yankee quiere hacer de la tecnología eléctrica su principal argumento, sobre todo ahora que tiene a Europa nuevamente en el punto de mira.
Cadillac, aunque todavía mantiene algo de imagen, no tiene el mismo caché que antaño. Poco a poco ha perdido ese aura de marca de alto lujo y el objetivo es volver a ofrecer esa sensación de conducir algo especial. En Estados Unidos, siempre que hagamos caso a la prensa local, el hecho de compartir elementos con el resto de marcas de General Motors es suficiente motivo para sentirse estafados, pero con la tecnología eléctrica, se pretende dar la vuelta a la situación.
En el caso del Sollei Concept, todo en su concepción busca recuperar esa imagen pasada y adaptarla a los tiempos que corren. Por ejemplo, la pintura, Manila Cream, se aplica a mano y se usó por primera vez en 1957 y 1958. Un color que se combina con unas desproporcionadas llantas de 23 pulgadas, las cuales, ocupan casi la totalidad del hueco concebido para ellas y parecen incluso pequeñas comparadas con el resto del coche que las rodea, que se completa con un frontal completamente inspirado en el Cadillac Lyriq y una zona trasera en consonancia con el actual lenguaje de diseño de la marca.
La misma conexión con el pasado se busca en el habitáculo, donde la tonalidad crema lo domina todo. Hay madera, también de tonalidad muy clara, que ayuda a ofrecer una sensación de fusión entre el exterior y el interior. La digitalización es la base sobre la que pivota todo el diseño interior, con una gigantesca pantalla curva para la instrumentación que ocupa más del 60% del espacio sobre el salpicadero –son 55 pulgadas–, y se acompaña de otra pantalla más pequeña frente al copiloto. Más pantallas, tanto delante como detrás, se colocan entre los asientos y sirven para otras funciones. Los botones físicos brillan por su ausencia…
Ha sido presentado en la casa de diseño de Cadillac En Vanderbilt y se ha concebido como un ejercicio de diseño, al igual que el antes mencionado Cadillac Ciel. La empresa quiere mostrar lo que son capaces de hacer y “ampliar los límites de futuros encargos a medida”.
Con respecto a los datos técnicos hay un total mutismo, no es lo importante en este coche al parecer, aunque Erin Crossler, directora de diseño de Cadillac, afirma que “el Sollei ofrece una experiencia de conducción personalizada que conecta al conductor con el mundo que le rodea”. Bonitas palabras y mejores objetivos, desde luego. Y nada mejor que un descapotable eléctrico para conectar con el mundo que te rodea y no solo con la carretera y el coche en sí. Quizá Cadillac haya encontrado ese “algo” para poder volver a su antigua posición de referencia.
Al menos, estéticamente, el Cadillac Sollei presenta una línea que, aunque se ve claramente su tamaño, no resulta excesivamente pesada, una sensación potenciada por el color claro, por la presencia justa de líneas de tensión y por un apreciable equilibrio en sus proporciones. El frontal, quizá, sea lo peor del coche, demasiado recargado y falto de personalidad, aunque se trata de una nueva interpretación del actual estilo de la marca y lo veremos en los futuros modelos que lancen al mercado.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS