Todavía recuerdo cuando Citroën comenzó con los DS, una división “premium” que se basaba, principalmente, en modificar ligeramente sus coches para darles un aspecto más lujoso y diferenciado. También recuerdo el primer Citroën DS4 (que entonces se llamaba así), un coche que desde mi punto de vista no tenía nada de especial, a excepción de unas puertas traseras con ventanas fijas. Si me gustaban, por otro lado, y me sigue gustando, el Citroën DS5, que tiene un diseño bastante particular. ¿Y qué decir del Citroën DS3? La versión Racing era un aparato de cuidado, lástima que no hayan vuelto a sacar nada parecido.
Ahora, en solitario, DS no tiene nada que ver con aquellos primeros modelos, todo empezó a cambiar con el DS 7 Crossback y ha culminado con el DS 9, un automóvil que parece estar fuera de onda actualmente, con los SUV comandando el mercado y copando todas las ventas. Pero si quieres ser premium, como pretenden desde Stellantis, tienes que ofrecer un sedán, aunque no llegue a acaparar las ventas que tendrán los DS 7 Crossback y DS 3 Crossback. Sobre todo teniendo en cuenta, que los sedanes tienen mucho tirón comercial en mercados como el chino.
El caso es, como suele ocurrir, que la “marquitis” suele hacer estragos cuando nos adentramos en ciertos segmentos y quizá, el DS 9 no pase de ser una curiosidad o una opción, digamos, exótica, como lo fue el Citroën C6, eclipsado por la tríada alemana o por marcas como Lexus. ¿Merece la pena pagar lo cuesta un DS 9, que no es barato, en lugar de optar por los tradicionales Mercedes, Audi o BMW? Para muchos, ya sabéis, la respuesta es no, no merece la pena, pero sin probar el coche y sin conocer lo que puede ofrecer, rechazar de pleno su adquisición no es lo más acertado. Y ahora, gracias a que DS nos cedió una unidad, podemos decirlo con más conocimiento de causa: el DS 9 es un coche la mar de interesante.
De hecho, es tan interesante, que durante el tiempo que pude tener el coche, me sentí el centro de atención. La gente miraba el coche al pasar, se acercaban a curiosear e incluso hablaban y señalaban al pasar. Nunca me había ocurrido algo así con un coche como este, por lo general, la gente mira cuando llevas algo deportivo o por el contrario, cuando llevas algo muy grande, como un Jeep Wrangler. Eso quiere decir, sin lugar a dudas, que el DS 9 llama la atención, aunque no todas las opiniones son buenas, al menos de primeras.
¿Adónde vas con un coche de señor?
Una de las primeras opiniones que pude escuchar, fue nada más llegar a casa, cuando la jefa me soltó un lacónico: ¿qué haces con un coche de señor? ¡Un coche de señor! Hacía tiempo que no escuchaba algo así. ¿Qué es un coche de señor? ¿Uno elegante y con tres volúmenes? ¿Uno con cromados? ¿Un coche que no es deportivo? Todo esto da forma a muchos coches “de señor” en el mercado… es cierto que el DS 9 es un coche sobrio, que busca la elegancia y no la agresividad, que luce algunos detalles bastante clásicos, pero tanto como para tildarle de “coche de señor” no lo veo. Hay cosas que eliminaría, como el listón cromado del capó, no queda bien, es algo tosco y poco fino, pero el resto del coche creo que está bastante equilibrado. Además, en el caso que nos ocupa, estamos hablando de un DS 9 Performance Line, es decir, la versión más “deportiva” en cuanto a terminación y aspecto.
Con el acabado Performance Line el DS 9 toma un cariz diferente. Las llantas, que tienen 19 pulgadas, lucen una terminación oscura con el logo de la marca en rojo, mientras que, por ejemplo, el habitáculo está decorado de forma más deportiva. Todo es negro, combinando Alcántara, cuero y costuras en rojo. La verdad es que resulta un interior agradable, bonito y con detalles muy cuidados, como el reloj emergente que hay encima de la pantalla central. Un detalle muy pijo, pero que podría hacer menos ruido al accionarse. Justo debajo de este reloj está el botón de puesta en marcha y parada del motor, un rombo que la primera vez que te subes en el coche cuesta relacionar con su función, a pesar de indicar, claramente y en grande “ENGINE” acompañado por las palabras “start” y “stop”.
Hay otros detalles que al principio no convencen, pero una vez acostumbrado no es tan malo. Por ejemplo, los botones de los elevalunas o del cierre centralizado están junto al selector del cambio. Son todos esos mandos que se ven en el túnel central y cada elevalunas, está colocado en el lugar que ocupan las ventanillas que accionan. Me explico: a la izquierda, los elevalunas para las puertas de la izquierda, a la derecha del selector, los mandos para las ventanillas de la derecha, al tiempo que los mandos más adelantados son para las ventanillas delanteras y los más atrasados para las traseras. Esto deja unos paneles de puerta muy limpios, elegante y agradables al tacto (todo es agradable al tacto) y hace que el apoyabrazos sea más escueto y menos intrusivo.
El habitáculo me gusta, me gusta mucho. Es cómodo, visualmente diferente, pero también muy “tranquilo”, no hay nada que te altere, no hay formas rebuscadas, todo es orden. Pero también hay cosas que no me gustan y que, creo, no cuadran con el talante que buscan ofrecer desde DS Automobiles. Y me refiero a la instrumentación y a la pantalla central. El diseño de los gráficos de la instrumentación no cuadra con la personalidad del coche, además de ofrecer algunos diseños que no permiten una lectura rápida. En cuanto a la pantalla central, que aglutina todas las funciones básicas como el control de la calefacción, tiene un funcionamiento poco fluido y resulta lenta en su respuesta.
Como una alfombra voladora
Por suerte, esos pequeños detalles no enturbian, para nada, el resultado final que se consigue con el DS 9. Siendo totalmente sincero, el coche es una sorpresa tras otra. Lo primero que llama la atención es la comodidad de los asientos, incluso en parado destacan por sus formas y por su mullido. Podría hacerme un maratón de “El Señor de los Anillos” sin notar demasiado cansancio (sí, ha sonado muy friki, lo sé). La posición al volante también es buena porque además, los asientos permiten regulación en extensión de la banqueta, algo que personalmente me gusta mucho.
Como cabe esperar, esos asientos en marcha confirman las primeras sensaciones, son muy cómodos y además, sujetan el cuerpo suficientemente bien para las pretensiones del coche. Y no estamos hablando de un coche lento, porque la unidad que nos prestaron contaba con el grupo motor híbrido enchufable de 225 CV, así que potencia había de sobra. Es el mismo grupo motor del Peugeot 508 Hybrid que probó el director de espíritu RACER, Pablo, pero, y esto quizá sea una sensación mía, el funcionamiento es mucho más suave. Puede que sea una sensación por la puesta a punto general del coche, pero la entrega de potencia y las reacciones de la caja de cambios tienen una mayor finura que en el caso del 508 en todo momento. El motor empuja, sobre todo con la batería cargada, pero empuja con sutileza, sin brusquedades. Es todo muy lineal, muy cómodo al fin y al cabo.
El confort es la nota predominante en el DS 9, es como viajar en una alfombra voladora, esto es, parece que flota sobre el asfalto. La carrocería se mueve poco, tanto longitudinal como transversalmente y los baches e irregularidades del piso se los traga totalmente. En esto tiene mucho que ver la suspensión adaptativa que montaba la unidad, que trabaja especialmente bien y aísla al pasaje de todo lo ocurre con el asfalto. Evidentemente, eso provoca que haya un poco de desconexión, que no se sepa al 100% que están haciendo las ruedas, pero no es un coche deportivo, quien se compra este tipo de modelos no busca estar informado de todo, busca comodidad y sosiego, combinado con una buena presencia. Así que, por tanto, no podemos reprochar nada en este aspecto.
Pero que sea un coche cómodo y suave, no quiere decir que no ofrezca buenas prestaciones, es más, puede llegar a sorprender por su comportamiento. Teniendo en cuenta que es un coche de casi cinco metros de largo y que pesa casi 2.000 kilos, me atrevo a decir que su comportamiento es muy bueno, en ningún momento da la impresión de estar gordo, aunque tampoco se puede esperar unas reacciones veloces. Responde bien a las órdenes con el volante, frena en poco espacio teniendo en cuenta su peso y su puesta a punto y las curvas las negocia con soltura. Siempre con un confort muy elevado.
Vaya, pues no va nada mal en curva
Sin embargo, aunque es un coche diseñado claramente para ser cómodo y elegante, hay cosas que no se pueden evitar. Cosas como acudir a mis carreteras “de pruebas” para ver hasta dónde puede llegar una “barcaza” como esta. Además, el trayecto hasta esas carreteras me permiten, de paso, conocer otros apartados del coche, pues hay que recorrer un par de carreteras comarcales y atravesar un par de pueblos, un recorrido que suelo usar para probar los modos de conducción y algunos detalles, como los frenos y la confianza que ofrece el coche en determinadas circunstancias.
Partí de casa un sábado por la mañana con el modo ECO, con la intención de no gastar demasiada batería, pero logrando al mismo tiempo los mejores consumos, recorriendo una carretera con diferentes curvas y atravesando el primer pueblo. En este caso, nada que reseñar, más allá de la ya mencionada suavidad en el funcionamiento general del coche y unos consumos que no estaban mal, con una cifra en la instrumentación de unos cuatro litros a un ritmo sosegado. La segunda etapa, a través de otro pueblo lleno de badenes y otra carretera de curvas, pero de radio más amplio, la completé en modo normal sin notar demasiados cambios en las reacciones del coche ni en los consumos. Apenas unas décimas más, pero también la velocidad fue algo mayor.
La última parte del recorrido, una carretera donde las rectas son escasas, fue donde aparecieron las sorpresas. Para esta ocasión, el modo Sport era el elegido, como cabría esperar, que actúa sobre las suspensiones y sobre la programación del grupo motor y del cambio. Todo sigue siendo bastante cómodo, pero al mismo tiempo, también es más firme y sujeta la carrocería bastante más. De hecho, puedes llevar un ritmo sorprendentemente rápido, sin que la comodidad general del coche se vea mermada. Giros bruscos de volante, frenadas fuertes en el último momento, acelerador en la moqueta… y todo con una sensación de control y sosiego que mitiga muchísimo la sensación de velocidad, pero que cuida que todo el pasaje vaya lo más cómodo posible. Es como una obsesión por el confort, sin importar las circunstancias.
Evidentemente, no tiene el comportamiento de un deportivo, ni siquiera pretende serlo, pero eso no quita que si lo necesitas o te apetece en ese momento, puedas desfogarte un poco en una carretera de curvas. Nunca vas a tener las sensaciones y la diversión al volante de un coche deportivo o, digamos, de uno con un talante más dinámico, pero es rápido si te lo propones. Llamativamente rápido para la configuración general del coche. Además, no se tiene la sensación de estar fuera de lugar, acepta de buen grado que le trates mal de vez en cuando.
Su mayor hándicap es el precio y el logo de su frontal
Tras haber probado el DS 9 E-Tense 225 Performance Line (nombre completo del modelo), tengo claro que su mayor escollo a la hora de convencer a los usuarios, está en el logo que luce en el frontal y también en el precio. Según la página web oficial, el precio del coche parte de 59.300 euros, no es precisamente barato y eso, siendo un DS y no un Mercedes, por ejemplo, será un problema a la hora de lograr mayor número de ventas. Y es una lástima, porque el DS 9 ofrece unos buenos acabados, una conducción muy agradable, con una sensación de calidad elevada y su imagen llama mucho la atención.
Sí, es cierto que tiene algunos fallitos que no tienen otros rivales, como el funcionamiento del sistema multimedia antes comentado o detalles de acabado que podrían mejorarse. No obstante, son pocas pegas si tenemos en cuenta el conjunto logrado. Creo que DS Automobiles ha hecho un buen trabajo con este coche.
Datos técnicos
FICHA TÉCNICA | ||
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MODELO | DS 9 E-Tense 225 Performance Line | |
MOTOR TÉRMICO | Cuatro cilindros gasolina y turbo, 1.598 centímetros cúbicos. Delantero transversal con 133 kW (188) | |
MOTOR ELÉCTRICO 1 | Delantero transversal con 80 kW (109 CV) | |
BATERÍA | Iones de litio colocada en posición central trasera con 11,8 kWh | |
AUTONOMÍA ELÉCTRICA (WLTP) | 48 kilómetros | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 165 kW (225 CV) |
Par máximo | 360 Nm | |
TRANSMISIÓN | Tracción delantera. Cambio automático con convertidor de par | |
SUSPENSIÓN | Delantera | McPherson con muelle helicoidal |
Trasera | Paralelogramo deformable con muelle helicoidal | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto (mm) | 4.934 x 1.855 x 1.460 |
Batalla (mm) | 2.895 | |
Peso declarado | 1.920 kilos | |
MALETERO | Con todas las plazas / asientos abatidos | 510 litros / N.D. |
Neumáticos | 235/45 R19 | |
DATOS PRESTACIONALES | Aceleración de 0 a 100 km/h | 8,3 segundos |
Velocidad punta | 240 km/h | |
Relación peso potencia | 8,53 kilos por caballo | |
CONSUMOS | Consumo medio homologado (WLTP) | 1,5 litros cada 100 kilómetros |
Consumo medio durante la prueba | 7.5 litros | |
PRECIO | 59.300 euros |
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Pues seguirá llamando la atención porque será una rareza allá donde vaya, supongo que su mercado principal es China y venderlo en Europa es un poco “bueno, ya que lo tenemos, a ver si colamos alguno”. Es una pena pero si ya de por si las berlinas que no eran premium alemanas lo tenían crudo, con la SUV manía aún peor. Y ojo, 60.000 pavos. 10 millones de pelas oiga.
Estoy de acuerdo. Además, DS ha nacido un pelín desenfocada como marca. Tal vez si hubieran hecho una mezcla entre Peugeot y Citroën, recuperando la suspensión hidroneumática y enfocados en grandes berlinas/SUV (segmento E), habría salido una marca premium interesante. Que compartan concesionario con Citroën tampoco ayuda a resaltar esa imagen de lujo que quieren vender.
Te parecerá una tonteria, pero el antiguo C6 con su estilo CX y su hidroneumatica me parece más DS que estos DS. Porque efectivamente, que son? Un 508 o un 5008 maquillados? Creo que desde el principio le ha faltado un poco de valentía a Citroen con DS.