Pues quizás sea el momento de que el modelo de entrada al mundo Toyota empiece a sondar y explorar el advenimiento de los eléctricos más pequeños, el nuevo aire que están tomando las urbanitas del segmento A. En su caso, con un paso de transición, un punto de inflexión en el historial del vehículo, pero también para la categoría en la que compite. Hasta ahora, jamás había conocido la propulsión híbrida. Ni el Toyota Aygo ni ningún otro integrante del segmento.
Si las empresas occidentales han hablado, si están revisando sus agendas y recapacitando, prolongando en sus coches la vida de los motores de combustión interna, en Toyota, que parte de una política de no a los eléctricos –al menos, no en la medida de lo posible–, no se iban a arrojar a semejante cambio para su pequeño de 3,7 metros de largo, no se iban a dejar llevar por el contexto y la competencia con la que, con los fabricantes chinos al frente, algunas marcas presionan.
Digamos que, con esta electrificación, sí atiende a la fórmula del éxito: en fiabilidad, mejor que un japonés es un japonés híbrido, y activarlo en su línea de montaje sobre el colchón de su aprobado pasar en cuanto a desempeño de ventas. Es el más barato, sí, pero los segmento A nunca son los más buscados y en Toyota, además, tiene por delante en Europa a monstruos comerciales como el Corolla, el Yaris, su versión Cross, el C-HR y el RAV4. Es meritorio, entonces, lo que registra su actualidad: en España ha vendido casi 3.000 unidades en lo que va del 2025.
Una evolución mecánica acompañada de una renovada cara. Lógico, estamos en presencia de una nueva generación, la segunda para el Aygo X, y nueva generación significa novedades en lo estético. Hay rasgos que conserva. Comparando entre el modelo saliente y el Aygo X 2026, esa suerte de cicatriz en diagonal sobre las puertas, una moldura que a golpe de vista parece indicar que contra algo se la ha pegado fuerte y duro. Tampoco cambia la línea que forman los pilotos y la caída del pilar trasero a los pasos de rueda.
En su forma general, a decir verdad, el nuevo Toyota Aygo X Hybrid le es leal al antecesor y es en el frontal donde lo nuevo se expresa más. Me hubiese gustado que el logotipo siguiera estampado en vertical y no que la marca lo reubicara casi al ras del capó. De todas maneras, se entiende que es consecuencia del rediseño de las luces y que en esa pequeña porción de superficie de carrocería reinterpretada, aunque bien cabría, se perdería de vista. Me entrego a la nueva rejilla para la calandra, lo que se traduce en un Aygo X con más carácter.
Es en este preciso instante cuando recomiendo no perderle el rastro a la gran novedad en materia de acabados: el estreno del GR Sport. En las versiones de serie de la división de alto rendimiento, toma una forma diferente según el modelo al que se aplica, pero el concepto es el mismo: una rejilla negra con contornos superpuestos y a la que solo le falta que salga vapor como en la película postapocalíptica de los ochenta que primero se te venga a la memoria. En el Toyota Aygo X Hybrid 2026, el debut como GR es un estreno grato y nos revela una cara del pequeño japonés que jamás habíamos visto.


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Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS