Hace ya 10 años que los hombres de negro, enviados del Gobierno de Estados Unidos, se metieron dentro de General Motors y se deshicieron de todo lo que no fuese rentable. No solo palmaron Saab, Pontiac o Saturn, también Hummer. La marca de todoterrenos se había comprado en 1998 a AM General y se convirtió en un símbolo de la decadencia de la industria norteamericana del automóvil. Desde 2010 no se ha fabricado ni uno.
General Motors estuvo cerca de deshacerse de Hummer y vender la marca a unos empresarios chinos, pero ahí se quedó la cosa, y la marca sigue siendo propiedad intelectual e industrial del gigante americano. Bueno, lo de gigante ya es un decir, después de haberse retirado de varios mercados -como la Unión Europea casi por completo- y de centrarse en modelos de gama media y alta que fundamentalmente son SUV y pick-up.
Aunque ahora mismo el precio de la gasolina no es un enorme problema para el consumidor que quiere pasearse en un un vehículo mediomilitar que provoca pesadillas a los ecologistas, la percepción sobre esos despropósitos con ruedas es distinta. No obstante, sigue habiendo demanda por vehículos grandes con capacidades fuera de asfalto, aunque nunca lleguen a pisarlo, por parte de gente que puede gastar ciertas cantidades de dinero.
¿Y por qué no relanzar Hummer con tecnología eléctrica? Así podrán mantener su imagen y no representar un problema medioambiental inmediato, al no tener emisiones locales. De acuerdo a Bloomberg, que es una fuente seria, en General Motors ya ha empezado ese debate y se han hecho hasta estudios de diseño.
Es cierto, se puede hacer un Hummer eléctrico. El problema no es baladí a efectos de ingeniería. Un Hummer es, por definición, muy pesado. Un vehículo eléctrico grande con una autonomía “decente” también lo es. Sumar ambas cosas tiene una mayor complicación a efectos de escala. En la actualidad vehículos como el Audi e-tron o el Mercedes-Benz EQC 400 superan fácilmente las dos toneladas. Un Hummer eléctrico está más cerca de las tres toneladas que de dos toneladas.
Esto me recuerda la polémica que surgió hace tres años con el mítico puente de Brooklyn en Nueva York, el cual tiene un límite de peso de 3.000 kg. En la web The Drive hicieron una lista de vehículos “ligeros” que no podían cruzarlo, y descartando las grandes pick-up heavy duty hay varios turismos: Lincoln Navigator L 4×4, Cadillac Escalade ESV 4WD, Lexus LX 570, Toyota Sequuoia Platinum 4×4, Rolls-Royce Phantom Drophead Coupe, Land Rover LR4 (el Discovery), Bentley Mulsanne Speed y Porsche Cayenne S E-Hybrid. A esa lista se le sumó el Tesla Model X.
No es una tontería que vehículos de dos ejes y cuatro ruedas alcancen pesos tan elevados de cara al mantenimiento de la red viaria. De hecho, el límite de tres toneladas para el puente de Brooklyn está relacionado con que tiene casi 140 años y que cuando se proyectó nadie en su sano juicio podía pensar en carros de más de 300-400 CV con masas tan altas.
Para hacernos una idea, el Tesla Model S P 85 tiene 540 kg en baterías. Lo cierto es que un Hummer eléctrico está lejos de ser inmediato, nos vamos a más allá de 2023, y en ese plazo la tecnología de baterías puede mejorar bastante en densidad y ofrecer, pongamos más de 100 kWh de capacidad con una masa inferior a la media tonelada. Sigue siendo mucho peso. Además, los motores necesitarían mucha potencia sí o sí.
Está claro que los pick-up y los grandes SUV se harán eléctricos algún día, por eso del mal menor, y que la tecnología de baterías y materiales compuestos contribuirán a que en las básculas no den cifras tan excesivas. Sin duda General Motors aprovechará todas las sinergias internas con Chevrolet, Cadillac y GMC para simplificar al máximo el diseño, y partiendo de tripas comunes, se pueda hacer un producto identificable fácilmente como un Hummer.
De todas formas, por mucho que mejore la tecnología, en términos de rendimiento dudo que gasten menos de 25-30 kWh/100 km. La equivalencia absoluta no es muy grande, 3 l/100 km, lo que gasta un SEAT Ibiza de tres cilindros con motor diésel ultra-apretado conduciendo con una pluma de ganso sobre el acelerador.
Sí es un problema recargar baterías tan grandes, que requerirán potencias de carga de más de 100-120 kW, y eso no se puede instalar en cualquier parte. Velocidades inferiores implicarían recargas en tiempos no admisibles, pongamos más de tres horas, en ese tiempo se puede ingerir café suficiente para matar a un elefante o a un italiano. Superadas ciertas escalas o tamaños, que cuadre el círculo se hace cada vez más complicado.
Resumiendo, es una estupidez total revivir Hummer. Por eso va a funcionar, al menos en Estados Unidos y algún país que otro más. Y si luego General Motors vuelve a quebrar, ya la rescatará otra vez el Tío Sam, precedente desde luego ya hay.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS