Parecía que iba a ser fácil escoger coches que me compraría si me sobrase el dinero, pero he llegado a la conclusión de que nunca seré rico. No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Eso último, en lo que a coches se refiere, nunca sería suficiente para mí. De mayor quiero ser como Teo Martín o el Sultán de Brunéi, y aun así puede que acumulase más “bugas” que ellos (la mayoría no serían coches de millonario).
Como había que hacer criba, he escogido coches que no necesito, es decir, que no son elecciones racionales ni lógicas. Hay algo de sueños de niño y algo también de sueños de adulto. Afortunadamente, el ser hijo de los 80 me ha hecho tener buen gusto, y cuanto más veranos acumulo, más me gustan los hierros. Esta lista igual le sorprende a alguien, igual no, pero seguro que algo flipa el típico que dice que no me gustan los coches por conducir un Prius.
He tenido que dejar fuera un par de utilitarios, como el Porsche Carrera GT, Lexus LFA, Mclaren F1, Mercedes-Benz 500 K Roadster o el Ford GT, con un tope de 324.000 euros por unidad se me quedaban lejos. Además, siempre digo que cuando sea millonario no perderé del todo la cabeza, y no tendría coches especialmente lujosos o de gran ostentación. Con esta lista me sobrará dinero, que hay que dejar algo para la jubilación, para no volver a trabajar por necesidad y para garantizar un mínimo de bienestar a los míos. Ahí va mi selección.
1- 1983 DeLorean DMC-12 (BTTF)
Si has nacido en los 80 y no has deseado un DeLorean DMC-12, es que no has tenido infancia. De no ser por la trilogía de películas de “Regreso al futuro” habría pasado sin pena ni gloria como un simple fracaso comercial. Pero se ha convertido por derecho en un coche de culto. Como el presupuesto no es un problema, me haría una réplica del coche de Marty McFly (versión 1985), y obviamente cambiaría el asmático 2.8 PRV por algo más contundente, como algún V8 (en la película el sonido fue añadido con postproducción). No viajaría en el tiempo en realidad, pero me bajaría con la ilusión de un niño que ha cumplido uno de sus sueños. 60.000 euros para ir empezando…
2- 1982 Pontiac Firebird TransAm (KITT)
Resultaba obvio también que iba a caer uno de estos. El 1982 Pontiac Firebird TransAm no era un coche demasiado especial, pero “El coche fantástico” lo elevó a un pedestal del que no ha bajado. Además de una réplica de la segunda temporada le añadiría alguna cosilla más, como inteligencia artificial y que lo del “Turbo Boost” fuese funcional (más de 300 km/h). Obviamente el motor V8 habría que retocarlo un poco, de serie daba solo 165 CV. Habría que meter otros 50.000 euros para un buen resultado, y eso sin hacer nada de mecánica.
3- 2020 Mustang Shelby GT500
Dado que el Ford GT es demasiado caro, me conformaría con el Shelby GT500. Hemos quedado en que sería un coche que no necesito. Un motor 5.2 V8 sobrealimentado con 760 CV de potencia y torque para tirar de un avión en un hangar –y con buen sonido– decididamente no lo necesita nadie, pero lloraría de buen gusto sobre sus asientos de cuero después de gastar algunos depósitos en Autobahn alemanas. Haría como el notas un anuncio del GT500 de la generación previa:
- “¿No ha encontrado el coche que quería en Alemania?”
- “No, no he encontrado el límite de velocidad que quería en España”
4- BMW M3 (E46)
Tengo una especial devoción por BMW desde mi más temprana infancia. De hecho, el escudo de la Bayerische Motoren Werke es de las pocas cosas que me tatuaría. Si tengo que escoger un BMW, solo uno, entonces me quedo con el M3 con motor 3.2 (E46), que el 4.0 V8 (E92) suena muy bien pero prefiero el del 3.2. Me hizo mucho daño el “Need for Speed: Most Wanted”, y de todos los Serie 3 que han existido el E46 siempre me ha puesto más cachondo. Dudé en poner el M5 4.0 V8 (E34), pero dentro de lo que cabe es un coche mínimamente “racional”, ¡tiene cinco puertas! Si aparece un CSL, me conformo de buen grado. Por menos de 100.000 euros me hago con uno y lo dejo “niquelao”.
5- Ferrari Testarossa
La lista va por orden alfanumérico, si no, el Ferrari Testarossa estaría en primera fila. Hubo un momento de mi vida en el que me plantee apretarme el cinturón hasta caber en los pantalones de mi hermana menor y conseguir un Testarossa. Todavía no había empezado la burbuja en la que se han metido todos los Ferrari decentes. Aflojando 120.000 euros en adelante podría hacerme con uno, cuando los husmeé estaban por menos de 30.000. Si no hice esa locura fue porque no habría podido mantenerlo en condiciones. No tiene turbo, pero me conformo con los 390 CV que eroga su 4.9 de 12 cilindros opuestos a 180 grados. Rojo, por supuesto.
6- Ford Falcon XB GT (MFP Pursuit Special V8 Interceptor)
En 1973 el Ford Falcon XB GT no era un coche del montoncillo en Australia, pero casi. Los creadores de “Mad Max” (la buena), partiendo de un presupuesto pírrico, crearon uno de los coches más malvados de la historia del cine, aunque lo conducía “el bueno”, y os dejo enlazado algo de “porno”. Además de conseguir todas las piezas -sin reparar en gastos- para hacerme la réplica del V8 especial de persecución, haría que lo de los “600 CV a las ruedas” fuese una realidad, empezando por hacer funcional el compresor Weiand 6-71 y las salidas de escape laterales. Y con un poco más de dinero le planto dos bombonas de 200 litros de GLP en la parte de atrás (como en la segunda película) para ir holgado de autonomía. Podría homologarlo, solo necesito pasta…
7- Honda NSX-R (I)
Ayrton Senna fue el mejor vendedor del Honda NSX, concretamente este, el más radical de su época, que Senna llevó al límite en Suzuka (es uno de mis vídeos porno favoritos). El Honda NSX-R no era un coche que ofreciese cifras absurdas de potencia, 270 CV el 3.0 y 290 CV el 3.2, pero solo pesaba 1.230 kg tras hacer una buena dieta. Lo quiero con sus faros escamoteables y conducirlo con mocasines y calcetines blancos. Como ninguno se hizo con volante a la izquierda nuevamente recurriría a piecerío para hacerme una unidad única.
8- Lancia Delta Integrale HF
En realidad me da un poco igual qué modelo sea, si el Evo I, Evo II o alguna edición especial. Sé que no soy el más original con el Delta Integrale HF, pero puestos a tener un coche de la vieja escuela para darlo todo en circuito o escapar de la policía se me ocurren pocos candidatos mejores que este. Lo compraría estando forrado porque me sobraría el dinero y la humildad (como a Matías), sabiendo que estos coches están sobrevaloradísimos. Una opción más racional sería el Subaru WRX STI, pero esta lista no es racional. Entre 60.000 y 80.000 me puedo gastar seguro, y otro tanto reservado para las averías que van a salir.
9- Porsche 911 Turbo S Cabriolet (991)
Cuando conduje mi primer Porsche 911 -tenía 22 añitos- supe que quería uno, fue un Carrera 4S Cabriolet (996), y era tan rápido que me dio tiempo para ir a Alemana y volver en 45 minutos, y comprobar que a más de 200 km/h no entraba aire con la capota quitada. Puestos a soltar “viruta” en un 911, pensaría a lo grande: descapotable, cambio PDK y turbo. Tonterías las justas, 560 CV más que suficientes (ya llevé el Coupé en Monteblanco y de recordarlo me excito). El GT2 de esa generación me mola un poco más pero no es un coche tan discreto, y tampoco quiero ser el coche más bonito a perseguir por Pegasus de toda la red vial. Algo más de 120.000 euros, nada exagerado.
10- Toyota Supra 2.5 GT Twin Turbo R (JZA70-R)
En la cúspide de la pirámide evolutiva de los Supra de tercera generación está esta edición especial, exclusiva del mercado japonés, con un motor biturbo 1JZ-GTE (este sí que lo es) y 280 CV de potencia, bastante arroz para cuando salió, 1990. Abreviendo, el JZA70-R fue el Supra más ligero y más rápido de su estirpe: estabilizadoras aligeradas, diferencial Torsen, suspensión TEIN/Bilstein, volante MOMO… Eso sí, lo quiero con volante a la izquierda, incluyendo el tablero digital del 3000GT japonés, y partiendo de piezas de desguace para obrar el milagro de la resurrección, en vez de alterar un superviviente de su país natal. Podría ser el único de su género en Europa. ¿Precio? Me da igual, entra en el presupuesto, y entrarían algunas “chuches”.
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Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Toyobaru (ah que ya lo tengo) y un zarrio como el Prius 2 (también lo tengo). El resto para disfrutar comilonas, viajes etc.
Oleeee ese Javier!!
– Batmóvil (híbridado a kriptonita)
– Vandura o Fregoneta Equipo A (llena, repleta, de Amys Amandas).
– Er de la Pantera Rosa (pospegatina Pacma).
– Mini de Mr. Bean (con Mr. Bean de serie y no es algo opcional).
– Isetta (Alucinógena).
No creas, me plantee la Vandura como camper cachonda, pero había otras prioridades…
Oye Javier, ya no tienes el supra? se lo vendiste al chaval ese del video? Un saludo tio.
Las llaves siguen colgadas en la entrada de casa.
me alegro