Que su final ya estaba sentenciado es algo que se supo en el momento en que la marca confirmó que solo los T-Roc, Tiguan y Passat Variant contarían con una nueva y última generación de combustión interna. Restaba esperar qué mes y año de calendario debíamos marcar y ahora lo sabemos. El Volkswagen Touareg se va. Luego de tres generaciones repartidas en más de dos décadas, durante las cuales se consolidó en el mercado de la movilidad premium uniendo el mundo de los E-SUV con el de los familiares, se va.
Y lo hace con una edición especial lanzada no como versión independiente de los acabados estándar, sino como parte de ellos. Aunque los alemanes la anticipan mediante imágenes de la variante R –como en cada restyling o nueva generación de cada modelo que presentan–, esta Final Edition saldrá de fábrica con los dos niveles de equipamiento del Touareg hasta marzo del 2026, momento en que el SUV sellará el adiós definitivo tal como lo conocemos –¿se visualiza un futuro eléctrico? Por ahora, las especulaciones priman sobre las certezas–.
Un souvenir. Eso quieren dejar los de Wolfsburgo. Si esta edición de despedida contemplara mejoras vinculadas a la mecánica –una mecánica, recordemos, con tracción total 4MOTION por naturaleza y sin excepción–, elevaría el tono de su condición de versión especial. En otras palabras, sería más que una versión especial. Hablaríamos de una propuesta de colección más atractiva y, tal vez, más codiciada. Tan cierto es que una mínima característica de motorización única y exclusiva podría haber marcado una diferencia, como que al vehículo no le quedaba mucho más por dar en cuanto a poder de fuego. No le podemos exigir a una edición final del Touareg lo mismo que a una eventual edición final del Golf. Entonces, nos queda eso: un souvenir.
Pero se presenta como un souvenir pura y exclusivamente desde lo visual. Volkswagen ha anunciado “exclusivos elementos de diseño tanto en el interior como en el exterior”, pero, de momento, no entró en detalles más allá de los sutiles grabados de la insignia “FINAL EDITION” sobre los marcos de las ventanas traseras, sobre el umbral retroiluminado, sobre el salpicadero y en el cuero de la palanca de los cambios automáticos. Esperamos que no se limite a estas firmas repartidas por dentro y por fuera, que, por el contrario, ofrezca elementos estéticos más significativos, pero de cualquier manera se está ante una edición de cierre tan ruidosa como un motor eléctrico. Más modesta que impactante.
Unas líneas finales a modo de homenaje para el Touareg R. El selecto departamento de alto rendimiento de Volkswagen ha estado incluyendo a este SUV en su carpeta, lo ha vestido con sus especificaciones deportivas estéticas –la pintura Azul R “Lapiz Blue” metalizada como documento de identidad, las pinzas de freno de mayor tamaño, los pedales de acero, las terminaciones en fibra de carbono– y ha elevado su nivel de conducción mediante el modo Race con control de salida, soluciones como la suspensión adaptativa DCC y la potencia máxima de 462 CV a la que se llevó su sistema híbrido enchufable con motor eléctrico y V6 de gasolina.
Esa es la noticia paralela. La despedida del Touareg R como consecuencia inevitable del retiro del Touareg de la línea de montaje. Aunque difícilmente me interpelan los SUV superiores con cualidades de alto desempeño –podría hacer una excepción con el Race Touareg de rallye, pero la crítica apunta a los de calle–, a los Volkswagen R la reputación les precede. Cuando uno de los integrantes de su linaje se despide, su paso por la producción debe ser reconocido más allá de las subjetividades.


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Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS