Las primeras apreciaciones han sido debidamente compartidas. De mi parte, veo en el Audi Concept C un cupé experimental que abre la ventana a un lenguaje de diseño que trasciende a las intenciones de la marca alemana. Si comparamos rápidamente con concept cars recién salidos del horno como el Jaguar Type 00 y el Bentley EXP 15, la propuesta de esta presunta visión del TT eléctrico se autoincrimina.
En detalle, ejecuta el minimalismo de una forma que no le pertenece, pues le corresponde a un estilo por venir que ciertas marcas premium empiezan a desfilar por salones de automóviles, desmantelando así una asombrosa falta de identidad, si bien cada época de la historia del automóvil se ha regido por determinadas tendencias que los departamentos de diseño compartieron.
En este caso, estamos ante un estilo que los intérpretes invocados en el párrafo anterior, incluido el prototipo de Audi, ejecutan de manera tal que resulten inconclusos. Eso, en cuanto a su gama del mañana, lo que los cuatro aros tienen planeado para la próxima década. La de los años treinta, donde todo comenzó, porque será entonces cuando se cumpla el primer centenario de Auto Union y cuando el coche que inspiró a este nuevo concepto de Audi celebre también su 100° aniversario.

Los rasgos que rinden tributo no podían faltar en el Audi Concept C, que puede que apueste a la sutileza al momento de aplicarlos sobre su carrocería, sobre todo para quienes que no recuerdan o no conocen a la musa inspiradora: el Auto Union Type C. ¿Se les viene a la mente un monoplaza en particular? No hay casualidad en su parecido con la fundacional flecha de plata de Mercedes-Benz. El coche de carreras de aquellos jóvenes cuatro aros nació, de la mano de Ferdinand Porsche, para rivalizar con el W 25.
Pues bien, si observas con detenimiento, las referencias del nuevo concepto de Audi al Type C 1936 salen a la luz. Al llevar la primera atención a la zaga –cómo no hacerlo si se trata de un cupé y pretende sellar que el Audi TT eléctrico está en camino–, las tomas en forma de branquias deben leerse como una reinterpretación de las ranuras de aquellos coches de competición de hace 90 años. A diferencia del Silver Arrow, el de Auto Union llevaba el motor atrás y ahí estaban, por lo tanto, las finas entradas de aire.
Acerca del acabado plateado para la carrocería, no hay mucho que agregar. Sí cabe un par de guiños para cerrar. Por un lado, los cinco radios de sus llantas parecen evocar a los múltiples rayos de las ruedas del monoplaza. En tanto, su sector delantero homenajea, ya desde la inclinación del paragolpes hacia adelante y hacia la calandra, a la punta estilo bala y a la ahuevada parrilla del Type C. Y, si le hacen zoom al Concept C, su calandra revela un patrón que nos transporta a las ranuras del frontal del clásico de circuito.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS