¿Recuerdas cuando Ford solía vender coches “normales” y no solo crossovers y SUVs? Seguro que sí, ya que solo han pasado unos años desde que dejaron de hacerlo. Uno de los modelos que fabricaban era la respuesta de la marca al Volkswagen Golf, concretamente el Focus, junto con sus topes de gama dirigidos a combatir con el GTI y el R, que añadían los sufijos ST y RS. Y en esta historia, nos centraremos en el ST de la tercera generación, ya que acabamos de encontrar un Ford Focus ST llevado a superar al RS, con un montón de modificaciones que lo han convertido en una bestia, puesto que tiene más de 400 CV a las ruedas y una lista de piezas casi infinita le preceden.
No hay una gráfica en el dinamómetro que respalde esa afirmación, aunque a juzgar por la lista de piezas no puede andar lejos, y tras una fortuna invertida, tendemos a creerle. Cuando todavía estaba en stock, el motor turbo de cuatro cilindros y 2 litros de este Ford Focus ST 2013 generaba 250 CV y 340 Nm de par. Con una transmisión manual que transfería la potencia a las ruedas delanteras, el 0 a 100 km/h lo despachaba en seis segundos y medio, y la velocidad máxima estaba limitada a 250 km/h.
La única variante del Focus que era capaz de superarlo era el tope de gama, el RS, que escondía bajo el capó un cuatro cilindros de 2,3 litros que generaba 350 CV y 440 Nm. Bajó el 0 a 100 km/h hasta los 4,7 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 266 km/h y, a diferencia del ST de tracción delantera, el RS contaba con tracción total con vectorización de par para optimizar la tracción en cada momento. Y mientras el ST vive en Europa en el Focus de cuarta generación, el RS se abandonó por completo y no regresará para intentar hacer sombra al Golf R.
Pero el propietario de este ST quiso llevarlo más lejos, superando los 400 CV. El motor se rehizo por completo, bajando la compresión para evitar la autodetonación que podría provocar el Garrett GTX2867R que instaló posteriormente. Pistones, bielas, nueva tornillería ARP, culata porteada, contrapesos del cigüeñal eliminados, un radiador de aceite, y algunas piezas más consiguen obrar el milagro, aunque esto no es cuestión de suerte, es un trabajo muy fino. Como podréis imaginar, el propietario también sospechó que la tracción iba a ser un problema, por lo que instaló un diferencial de deslizamiento limitado firmado por Quaife.
Acompañándole, suspensión, estabilizadoras, llantas de 17 pulgadas y unos Toyo Proxes R888. El exterior también se ha vitaminado con un capó de carbono, un brutal lip, y otro buen puñado de piezas. En el interior podemos encontrar una completísima jaula antivuelco, y 97.350 km en el odómetro, un par de asientos, un volante nuevo y relojes adicionales, completando un interior despojado de lo superfluo.
Para obtener más información sobre las modificaciones, os dejo el enlace de la subasta, en GarageKeptMotors. Pero no lo hagas aún, ya que todavía no te hemos dicho cuánto cuesta y, contrariamente a lo que algunos puedan creer, no es tan caro. El precio de venta es de unos 20.000 $, alrededor de 18.000 €, ¿cómo lo ves?
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS