Es la noticia del año en mayúsculas. Se ha rumoreado mucho, e incluso se ha puesto sobre la mesa antes de tiempo esa posibilidad, pero ahora, se puede decir que la industria de la automoción se tambalea como si de un terremoto de 7 grados se tratase con la dimisión de Carlos Tavares como CEO de Stellantis. 

Por increíble que parezca, el grupo que se consolidó como uno de los gigantes del mercado, ahora está viendo como uno de sus pilares ha dado un paso atrás y les ha dicho antes de tiempo (es decir, de jubilarse), ahí os quedáis. El clima de tensión que se vivía en las oficinas en los últimos tiempos con unos números que no salían ha sido la gota que colmaba el vaso y ahora es el momento de tomar la decisión definitiva.

Tavares, que era conocido por sus logros en PSA anteriormente, se ha visto cuestionado desde el primer instante sobre su estrategia de electrificación, dándole prioridad a las ganancias a corto plazo, especialmente por su lentitud en cuanto a la toma de decisiones. Bajo la atenta mirada de la cúpula, el portugués ha sudado más de lo deseado para llevar a cabo una reestructuración de grupos y marcas que algunos daban por muertas, como es el caso de Alfa Romeo o de Lancia, que consiguió recuperar ese nicho de mercado. 

El directivo, que fue el líder que autorizó la decisión definitiva,  se puso a trabajar en la electromovilidad en uno de los grupos más importantes en la industria y es que varios países se han centralizado en la producción de vehículos eléctricos. Este fue el caso de España, donde algunos modelos, como es el Peugeot e-2008 como el Citroën e-c4, se han diseñado y fabricado exclusivamente en nuestro país, confirmando así la apuesta por la agenda 2030. 

Conscientes de que el futuro de la movilidad pasaba por la reducción de emisiones, cambiaron la estrategia de desarrollo, lo que hizo que en el caso español se llegase a producir este tipo de modelos en sus plantas de Madrid, Zaragoza y Vigo, llegando a fabricarse en nuestro territorio más de 14 modelos e incluso, en Zaragoza se llegó a instalar una planta eólica, que permitía que la instalación principal fuese prácticamente autosuficiente.

Al mismo tiempo, con una visión empresarial de primer nivel, comprendió Tavares que era necesario recuperar una marca que estaba prácticamente olvidada por su pésima gestión y esa era una de las prioridades que tenían cuando crearon el grupo. Estamos hablando de Lancia, que estaba en su peor momento y aprovechando la nueva era en la que se adentraban a nivel mundial con la llegada de la movilidad sostenible, se pusieron a trabajar. 

Después de mucho tiempo replanteándose que tenían que hacer, en la firma decidieron seguir sus principios, pero demostrando que tienen toda la información necesaria para reinventarse y reutilizar todos los datos que tenían recopilados para hacerse con uno de estos nuevos modelos que se han diseñado específicamente. Por ello, el Lancia Ypsilon ha supuesto un punto de inflexión en el grupo, no solo por ser la nueva referencia del segmento B, sino que también por venir con dos versiones, una puramente eléctrica de 156 CV y una híbrida de 100 CV. 

Este nuevo modelo, cuenta con el minimalismo actual de los coches sostenibles, es decir, líneas rectas, materiales reutilizados y todo al alcance de la mano, con la elegancia tradicional de la firma, esa con la que se dieron a conocer, donde guarda varios guiños a esos modelos más históricos que hicieron lo propio en la década de los años 80 y 90. 

Lo que es evidente es que la firma estaba olvidada internacionalmente, centrándose especialmente en su mercado italiano, y al mismo tiempo, no temieron para hacer lo propio en el mundo de la competición, concretamente de los rallies con el Lancia Ypsilon Rally4 HF, que es un coche de diseño que es para los jóvenes pilotos, contando con un precio de 74.000 euros, del que os hablamos hace unos días.

El directivo, que tiene una gran experiencia para relanzar marcas que estaban prácticamente en el olvido, lo volvió a hacer en el pasado. Tanto es así, que solo hay que ver lo que sucedió con Opel cuando entró en PSA hace unos años. El grupo estaba en la quiebra técnica, pero eso no le preocupó a Tavares, que se puso a trabajar con el único objetivo de sacar a flote una marca histórica.

La firma alemana se reestructuró y se puso a evaluar todas las opciones que tenía encima de la mesa con la intención de que volviese a ser financieramente solvente y lo hizo en un tiempo récord e incluso antes de los plazos que se preveía. Esto hizo que se centrase especialmente el foco en él, siendo uno de los mejor valorados en la industria por sus medidas y manera de reinterpretar un negocio que lleva años en crisis.

Cuando se hicieron con todas las marcas que componían Stellantis, Tavares lo tenía claro y es que quería darle “una oportunidad a todas nuestras marcas” y esto pasaba por esos nuevos modelos que tenían que pasar por su despacho para ser aprobados. Para eso, aprobaron el desarrollo del Alfa Romeo Tonale, un SUV Compacto con el que esperaban que buscaban ampliar su nicho de mercado y relanzar la marca, manteniendo la esencia italiana más pura. 

Seguramente, muchos piensen que no tiene nada que ver en este renacimiento Tavares, pero no es así. Él fue quien puso en su trono directivo a Jean-Philippe Imparato, que fue el encargado de relanzar Peugeot hace unos años. Con un arduo trabajo por ambas partes, lograron que fuese un grupo rentable, con unos beneficios reales de la mano del Tonale. 

Uno de los objetivos que tenían desde el primer momento que constituyeron el grupo era básicamente que fuese financieramente sostenible y eso pasaba por dos áreas: externalizar la tecnología, algo que han hecho ahorrando costes al trabajar con India y Brasil, algo que no  ha terminado de agradar a muchos de sus clientes y socios. 

Por otro lado, desde el grupo han querido ahorrarse dinero con un cambio de estrategia en sus plataformas. Eso pasaba por unificarlas instalaciones de todas sus marcas y consolidar la misma plataforma de desarrollo. En concreto construyeron cuatro distintas dependiendo del tamaño del vehículo: STLA Small, STLA Medium, STLA Large y STLA Frame. En el fondo, se ahorraban mucho dinero, pero también se ganaron una gran legión de haters que cuestionaron la autenticidad de sus coches, viéndolos a todos iguales. 

Una de las peores noticias que ha llegado en los últimos días y que ha salpicado directamente a Carlos Tavares, es la pérdida de la histórica planta de Barreiros, que tenía previsto producir la nueva remesa del Citröen C4, pero que finalmente no ha sido así. ¿El motivo? El mismo de siempre: el dinero y es que si se quieren ahorrar costes, lo mejor es llevarlo a un lugar donde el precio de producción sea más bajo.

Dicho de otra manera, a partir de 2028, la planta de Madrid, ubicada en el distrito de Villaverde, se quedará sin la próxima generación de los Citröen C4 y C4 X, que pasarán a producirse en la planta que disponen en Kenitra, Marruecos. Todo este movimiento estratégico se debe a que el nuevo Dacia Duster tendrá un precio muy competitivo y desde el fabricante galo temerían perder a potenciales clientes. 

Desde la directiva de la planta madrileña, también han pujado por diseñar el nuevo Lancia Delta, que sería el plan B antes de quedarse sin un coche que producir y es más, ver peligrar los puestos de trabajo. Ahora, se ha conocido que los movimientos del grupo hace que a medio plazo no tengan coches que producir sobre el papel en Madrid y es que el Lancia se producirá en la instalación que tienen en Pomigliano d’Arco. 

Pero no nos alarmemos. Siempre se está barajando nuevas alternativas y estas pasarían por una ser una planta satélite de la planta de Zaragoza. ¿Qué significa esto? Muy simple, sería una manera de aligerar el mercado y la saturación de la planta maña, encargándose la madrileña de algunos aspectos claves. Esta es una medida que ya han implementado en Mangualde, donde la planta portuguesa se encarga del ensamblado de algunos modelos, como es el caso de las furgonetas K9.