Toda historia por buena que sea ha de tener siempre un final, y esta vez le toca al Subaru WRX STI de cuarta generación. A mediados de marzo se bajaron del barco las ocho últimas unidades, denominadas Subaru WRX STI Final Edition, que son las que se ven en la imagen superior. Hay seis en color WR Blue Pearl y dos en Crystal Black Silica, cada una al “módico” precio de 57.500 euros, es decir, 7.600 más de lo normal (el PVP era de 49.900 euros).
¿Cómo justificar esa suma de dinero? Para empezar, por la exclusividad, sabiendo que solo hay ocho en todo el país y que es una edición numerada, le da un plus. No se alteran las características dinámicas del coche, pero es más pintón. Destacan las llantas doradas con gomas Yokohama Advan Sport 245/35 R19, en su interior encontraremos frenos Brembo con discos perforados de 340 mm con pinzas grises en el eje delantero y discos de 326 mm en el trasero.
Además, veremos un labio aerodinámico inferior en el paragolpes, un ribete rojo en la parrilla hexagonal y unos embellecedores remachados sobre las colas de escape -que ya estaban disponibles como accesorios-. Resalta una vez más su incorrección política, donde hasta las marcas más prestigiosas ocultan los escapes por tener tantas connotaciones negativas y ponen salidas falsas que no se ensucian. El alerón trasero no puede faltar, por supuesto.
¿Y en el interior? Al lado de la palanca de cambios va la placa identificativa con la serie numerada, personalización que también se transmite al llavero. El volante va forrado en Alcántara con ribetes rojos, en vez de cuero, así como los asientos. El pomo de la palanca de cambios va en rojo y el botón de arranque cambia el negro por el rojo.
Por lo demás, el coche es igual. Desde el punto de vista totalmente racional son las últimas unidades para España con unos mínimos cambios estéticos y el tapizado, y eso no vale 7.600 euros, pero el Subaru WRX STI no va destinado a personas racionales.
Va destinado a gente con espíritu RACER, esa que sabe que coches como este están en plena decadencia y que es una de las últimas oportunidades de tener un sedán con genes de ganador de rally con características cada vez más minoritarias: motor gasolina bóxer turbo de 300 CV con alta emisión de CO2, cambio manual, tracción total simétrica mediante artilugio mecánico, cuatro escapes que cortan la digestión a los ecologistas y un sonido que enamora. Otros preferirían gastarse ese dinero en un SUV diésel de 150 CV hasta las cejas de extras.

Dicho esto, quedan justificados esos 57.500 euros. Amantes de Subaru, corred a los concesionarios.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Seguro que CUPRA ya está maquinando para aguarlos el fin de fiesta…
Hombre Rest, sin desmerecer a CUPRA, pero la arquitectura del Subaru WRX STi le da unas pocas vueltas. Lo único que puedo reprochar a este modelo es que Subaru no haya colocado el motor en posición central-delantera.
Hola, Pablo;
estaba de broma. La última frase del texto me inyectó ironía al suscitarme un Ateca en su versión radical.
¿Te refieres a colocarlo sobre el eje delantero para repartir los pesos al 50?
Perdón, no capté tu ironía. No exactamente, me refería a retrasar el motor bóxer, para que situarlo detrás del eje delantero, no como ahora, que cuelga por delante.
Pero dada la configuración de su plataforma y todo lo demás, a priori se antoja muy difícil esa disposición, creo ¿no?
Desde luego complicaría un poco más la ingeniería, pero sería único y con una perfecta distribución de pesos.