Lo retro funciona, siempre lo hace. No, no hablo de los resucitados, de los que han vuelto a la vida en forma de eléctricos. Hablo de Porsche, del 911 como fuente inagotable para los preparadores de automóviles, del deportivo que, aunque nunca haya interrumpido su producción, nunca dejó de ser un clásico y que, como tal, siempre se reinventa. El Porsche 911 nunca visto no siempre es el que está por salir del fabricante alemán, también puede ser esa versión extraoficial que congenia tecnología actual con lo inspirador de alguna faceta del pasado.
Y la huella del Porsche 935 fue grande. Su legado va más allá de sus cientos de carreras ganadas en los años setenta. Fue una rareza, un coche de carreras de lo más atractivo y no hubo nada de casualidad. En nuestra sección Mitos de Le Mans no nos limitamos a los ganadores, sino que abrimos el juego a episodios marcados por curiosidades que vale la pena rememorar. También a formatos de circuito ya extintos que en parte extrañamos, porque allí se expresaba el verdadero espíritu y se generaban diseños más exóticos que los actuales.
Alguna vez, Mulsanne fue toda recta y los equipos corrían una doble competencia: la de la bandera a cuadros y la de la aerodinámica. Esto trajo como resultado siluetas que no estaban desarrolladas solamente para ganar y el Porsche 935 era una de ellas. De manera tal que la casa Rezvani, con sede en California, dio en el blanco al momento de decidir a qué Porsche rendir tributo, a qué Porsche revivir sin decepcionar en el intento. Qué póster recuperar de nuestra infancia, en palabras de esta empresa.

El Retro RR1 de Rezvani es una edición limitada a 50 unidades que invita a la controversia, porque tomas nota de su precio –195.000 dólares– y cuesta procesar el hecho de que no son ejemplares nuevos los que esta firma norteamericana entrega al cliente, sino que son éstos los que deben acercar su Porsche 911 para la conversión, más allá del coche que homenajea y de todo lo que la adaptación incluye, como su configuración para la pista. No puede ser un 911 cualquiera, hablamos de una versión únicamente compatible con la generación actual, la 992.
A su manera, reinterpretados, los faros en cristal y cromo, las dos puntas de escape y el alerón trasero son toda una cápsula del tiempo, pero se hace difícil no dirigir la mirada hacia la parte baja si la versión cuenta con los tapacubos rojos de fibra de carbono, que, junto a otros elementos, Rezvani ofrece como opcionales y bajo costo adicional. La fibra de carbono lo es todo en este 911/935, precisamente. No por repartirse en su interior y en las secciones aerodinámicas, sino porque su carrocería es de ese material.
Las dos configuraciones disponibles te garantizarían subirse al volante de una completa bestia sobre ruedas. Si apuntaras al RR1 600, el 911 a convertir tendría que ser un 992 Carrera sin excepciones. Habiendo pasado por las manos de Rezvani, recibirías el coche con turbocompresores mejorados para su motor bóxer 3.0 y una evolución resumida en 600 caballos de potencia y un 0 a 100 en tres segundos. El RR1 750, que revela su potencia en el nombre, se basa en el 992 Turbo S, achica la aceleración a dos segundos y puede incorporar amortiguadores especiales para llevarlo al circuito. ¿Cuál debe ser el próximo Porsche 911 nunca visto? ¿En qué leyenda del pasado debería inspirarse? Te leo en comentarios.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS