A finales de los 90, Ford tomó la decisión de reemplazar un modelo que se había convertido en mítico, el Escort, con un automóvil de nueva generación, que además estrenó un lenguaje de diseño totalmente diferente. Ese coche era el Ford Focus, un compacto que solo ha conocido el éxito desde que en 1998 pisara por primera vez las carreteras de medio mundo. Sirva de ejemplo que en 1999, ya se habían alcanzado las 100.000 unidades vendidas.
Hoy día el Focus lo tiene algo más complicado para lograr un éxito tan llamativo, los SUV no dejan respiro ni al segmento de los compactos, la parcela de mercado donde se ha concentrado, por lo general, el mayor volumen de ventas de toda Europa. Y no es que sea un mal coche, el actual Ford Focus sigue gozando de las mismas características que las anteriores generaciones, el caso es que los rivales son mejores que nunca y el hecho del imparable éxito de los SUV, ponen las cosas más complicadas.
Es más, un ejemplo claro de a qué se enfrenta el Focus, lo tenemos en uno de sus más duros rivales: el Renault Mégane. En estos momentos tenemos en las tiendas el último Mégane con formato de turismo compacto, la próxima generación sufrirá una metamorfósis dando lugar a un pseudo SUV, como ha ocurrido con el Citroën C4, que además contará con un motor eléctrico. Además, no debemos olvidar que la propia Ford, anunció que centraría su producción en SUV y en pick-up, a excepción del Focus Active y del Mustang. Un anuncio que en principio solo afecta a Estados Unidos, pero que tendrá seguramente un reflejo en Europa.
Por el momento, el Focus seguirá siendo un Focus, es decir, un compacto tradicional con un chasis que, como viene siendo costumbre, lo coloque entre los mejores del segmento. Actualmente, va por su cuarta generación, la cual, está próxima a sufrir el restyling típico de mitad de vida comercial, que debería llegar no más tarde de 2022. De hecho, ya han sido cazadas algunas unidades con camuflaje a lo largo de este verano. Incluso ha sido visto aquí en España en la versión de cinco puertas, escondiendo cambios en capó, faros delanteros, paragolpes frontal y en parte de la zona trasera, sobre todo pilotos y su alrededores.
Ligeros cambios en la imagen, como viene siendo habitual en un restyling, que se verán también acompañados de novedades tecnológicas y de diseño en su habitáculo, o eso al menos es lo que se dice. No se sabe mucho de esta renovación del Focus, pero se esperan y se especulan muchas cosas. Cosas que muchas acaban siendo realidad, pues básicamente, es el mismo camino que han tomado los rivales y que, no queda otra, hay que tomar para lograr un mínimo de éxito en el mercado actual.
No será una ruptura total, eso se verá en la quinta generación del compacto fabricado en Alemania, pero sí habrá un salto importante. La pantalla del equipo multimedia se hará, con toda seguridad, más grande, al mismo tiempo que desaparecen botones físicos y se gana en digitalización. También se espera una ligera mejora en cuanto a ajustes y equipamiento.
Sin embargo, lo más importante estará bajo el capó, donde el Ford Focus tiene una notable carencia. Con el restyling se espera que llegue la hibridación al Focus, posiblemente el conjunto 2.5 FHEV del Kuga, pues el SUV americano comparte plataforma con el Focus y no habría problema en adoptar este conjunto propulsor. Actualmente, el Ford Focus solo ofrece hibridación ligera, mientras que sus rivales tienen, al menos, una versión híbrida (algunos convencional y otros enchufable).
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS