Andreas Nikolaus Lauda, más conocido como Niki Lauda, tenía dos cumpleaños. El primero era el biológico, 22 de febrero, y el segundo, cuando resucitó, 1 de agosto. Niki Lauda consiguió esquivar a la muerte varias veces y pospuso las cuentas pendientes con ella, pero esta vez no ha podido ser. Ha fallecido en un hospital vienés tras no superar una infección, rodeado de sus seres queridos.

El palmarés deportivo de Lauda sigue siendo ejemplar, con 177 grandes premios de Fórmula 1 disputados, de los cuales en 54 ocasiones se subió al podio y 25 veces como ganador. Su primera victoria fue en España en 1974, en el madrileño Jarama. Fue campeón del mundo en 1975, 1977 y 1984, y faltó muy poco para que lo fuese también en 1976. De no ser por aquel fatídico accidente en Nürburgring, James Hunt no lo habría tenido “fácil” aquella temporada. El piloto que volvió del infierno acabó la temporada como subcampeón, que también cotiza en el palmarés.

De hecho, solo se perdió dos grandes premios de aquella temporada, en la que estuvo tan cerca de la muerte que recibió la expiación de sus pecados, la extrema unción. Sobrevivió a un terrible golpe y a quemarse vivo. Desde entonces casi siempre vimos a Lauda con algo en la cabeza. La mayor lección que Lauda nos ha dejado a todos es que hay que buscar la perfección y no rendirse jamás. Le disculpamos lo de Japón en 1976 porque en su situación todos probablemente hubiésemos hecho lo mismo.

Niki Lauda al volante del Ferrari 312 en Nürburgring, 31 de julio de 1976 – Fotografía: Lothar Spurzem (Wikimedia Commons) CC BY-SA 2.0

Puede que no conozcas de “primera mano” estas batallitas del motor, sobre todo si eres joven, pero te puedes poner rápidamente en situación leyendo las crónicas de mi abuelo de esa época, pues fue un testigo muy directo de los acontecimientos. Sé que ahora James Hunt, Niki Lauda y Paco Costas estarán tomándose una copa a nuestra salud y hablando de los viejos tiempos, donde quiera que sea.

Ron Howard llevó su vida a la gran pantalla con “Rush” (2013)

Otra de las grandes pasiones de Lauda fue la aviación. Fue el fundador de Lauda Air, una compañía de vuelos charter, la cual abandonó definitivamente en 2001 tras una serie de altibajos. En 2003 lo volvió a intentar con Niki, que cerró en 2017. En 2018 hizo un tercer intento con la compra de otra aerolínea que bautizó como Laudamotion, pero acabó engullida por Ryanair. Si hay algo que no se le puede reprochar a este hombre es su falta de perseverancia.

La última vez que Lauda ganó un título mundial servidor era un niño, así que no tuve el placer de verle correr. Me hubiese encantado, pero como otra mucha gente, todo esto lo sé porque lo he leído o me lo han contado. Qué suerte tuvieron los que pudieron disfrutar de su maestría sobre la pista. Qué grande eras, Niki, gracias por el legado que nos dejaste y por tu ejemplo en la vida.

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Descanse en paz.