Qué gran época para el diseño de los automóviles la de finales de la década de los noventa y principios del nuevo milenio. Qué años propicios para experimentar. Pienso en los prototipos de alto rendimiento y, limitándome a ellos, dejando de lado las propuestas de serie, visualizo obras como los Volkswagen W12, el BMW Nazca M12, el Ford GT90, las evoluciones de conceptos que fue arrojando Bugatti, el Ferrari Rossa 2000… Gracias al trascendido de su inédita puesta en venta, ahora incluyo al Lamborghini Pregunta.
No cualquier venta, sino una venta inesperada y un Lamborghini americano. ¿Un Lamborghini americano? Recordarán los entusiastas del Toro italiano la época en la que la marca pertenecías a Chrysler. Como quien se despide con una última voluntad, el fabricante con sede en Detroit pudo anotarse en su catálogo de concept cars de antología esta oda a la aviación, porque, si bien ésta se presentó en el Salón de París del ’98, meses después de la adquisición por el Grupo Volkswagen, el proyecto se había desarrollado durante los tiempos finales bajo la órbita del fabricante estadounidense.
El historial del Lamborghini Pregunta es tan singular como su aspecto. No es que ahora figure por primera vez a la venta, porque hace 17 años se vendió a un coleccionista tras pasar su primera década en las manos del carrocero Heuliez –extinta firma francesa que colaboró con Lamborghini aportando la fabricación del exterior–, pero sí es su primera vez en una subasta. A menudo, aparecen casos de coches no destinados a la producción, con varios años acumulados en el olvido de un concesionario o de un museo y anunciándose por vez primera a una subasta que tarda en llegar. Este experimental no es la excepción.
Partiendo de la premisa de que Lamborghini se inspiró en la aviación para darle identidad, lo ves y lo primero con lo que lo comparas es una de esas corpulentas aeronaves militares de transporte. Por sus notables proporciones y, en específico, lo que expresan su morro y sus pasos de rueda traseros. No. Aunque en efecto es una oda a la aviación, la nave de referencia para su creación fue el Dassault Rafale, un caza francés que le ha dicho toma, sírvete estas entradas de aire. En los mencionados pasos, la reinterpretación de los conductos de parte del Pregunta está a la vista.
Por fuera, como un rasgo bien de aquella época destaco la caída del frontal desde el parabrisas hasta el spoiler bajo. Si comparas con los ejemplos del párrafo de introducción, a su manera en cada uno, el gesto se repite. Repasando los detalles, la carrocería se aplicó utilizando fibra de carbono, la pintura Gris Mate fue la misma que la del avión de combate, el motor V12 y la tracción trasera se heredaron del Diablo, el instrumental digital se tomó de la Fórmula 1 y el interior, con asientos y elementos como la palanca de cabios rindiendo tributo a su musa inspiradora, contrastó y le dio color con un Azul aplicado hasta en Alcantara.
Un prototipo sin condicionantes más que el de la nobleza automotriz. Respecto del diseño, algunos artículos atrás he hablado sobre las carrocerías despejadas por las que los superdeportivos de su era se caracterizaban. No es que en los de hoy no se vean, cada tanto, diseños limpios, pero estamos en tiempos en que, donde un concepto sale a la luz, es la propulsión eléctrica la que lleva adentro. Los días del Pregunta, hoy cotizado en millones, eran días de buena salud para el trabajo en conjunto entre los departamentos de diseño y los ingenieros. Y, aunque algunos coches ocultaban el poderío mecánico y las aceleraciones estratosféricas bajo exteriores con clase y elegancia, otros como este Lamborghini no disimulaban absolutamente nada.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS