Es difícil ahora mismo pronosticar con total seguridad, cuál será la mejor alternativa a los combustibles fósiles una vez estos hayan desaparecido en modelos nuevos. Hoy en día, parece que los vehículos con baterías eléctricas llevan cierta ventaja. Sin embargo, eso no priva a los fabricantes de desarrollar y lanzar modelos equipados con otras tecnologías, como la pila de combustible.
Esta pila puede ser alimentada con diversos combustibles, siendo el más común el hidrógeno por no producir más residuo que vapor de agua. No obstante, Karma Automotive ha anunciado su colaboración con Blue World Technologies para evaluar una posible implementación de la tecnología de la pila de combustible de metanol en sus modelos.
Antes de nada, no está de más recordar ciertos puntos del pasado de este fabricante estadounidense. Karma ya estuvo bajo la lupa el año pasado por, supuestamente, presentar falsos proyectos con la idea de convencer a los inversores para que mantengan su financiación. Fueron, presuntamente, empleados de la propia marca quienes “tiraron de la manta” sobre este asunto.
Atendiendo a los hechos comprobables, resulta llamativo que anunciara hasta 12 prototipos, planes y nuevas versiones entre abril de 2019 y abril del 2020. Especialmente, porque únicamente ha lanzado al mercado en cuatro años un restyling del Fisker Karma, denominado Karma Revero. Sin embargo, lograron ganarse la confianza de los inversores, que salvaron Karma Automotive de la quiebra al inyectarle 100 millones de dólares el pasado julio.
Una vez asegurada cierta estabilidad financiera, Karma ha seguido desvelando varios de sus planes de futuro. La empresa confirmó el lanzamiento de una versión eléctrica pura, basado en el Karma Revero, y un nuevo modelo híbrido enchufable más económico, que también es posible que sea otra variante del Revero. También se supo, a partir de unos documentos de la NHTSA, que han registrado una gama completa de nuevos modelos, en teoría ya diferentes del único coche que han producido hasta la fecha.
Por otra parte, Blue World Technologies también ha firmado previamente alianzas con otras compañías automovilísticas. En 2019 los daneses llegaron a un acuerdo con Aiways, una start-up china que, en colaboración con Roland Gumpert, presentó en el Salón de Ginebra el primer coche con pila de combustible de metanol, el Gumpert Nathalie.

Así llegamos hasta el momento actual, con el acuerdo entre Karma y Blue World, de nuevo con la pila de combustible de metanol como principal protagonista. Esta tecnología funciona de una forma muy similar a los coches propulsados por una pila de combustible de hidrógeno, lo único que varía es el combustible utilizado y lo que sale por el escape.
La pila de combustible tiene el mismo funcionamiento en ambos casos: convertir dicho combustible en electricidad que alimenta el motor del vehículo. En los de hidrógeno, esto se produce de forma directa, mediante una reacción química de este gas que libera electricidad y vapor de agua, que se desecha por el tubo de escape.
En el caso del metanol, es necesario realizar primero un proceso de ruptura de sus moléculas para liberar así el hidrógeno que contienen. Después, se sigue exactamente el mismo proceso que en las pilas de hidrógeno, generando electricidad para alimentar el motor del coche. Se desecha también CO2 en el primer paso, pero en unas cantidades ínfimas.

Reemplazar baterías por una pila de combustible es trivial, el motor sigue siendo eléctrico, solo hay que prever espacio para el depósito de combustible y colocar un escape muy básico
La gran ventaja que poseen las pilas de metanol con respecto a los vehículos eléctricos es la misma que la de las pilas de hidrógeno: una recarga mucho más rápida, prácticamente en el mismo tiempo que un coche con motor de combustión interna, en contraposición con lo que tarda en recargarse un eléctrico.
Sin embargo, también ofrece una serie de puntos a favor con respecto al hidrógeno. Esto se debe a que varios de los puntos negativos que ofrece la pila de hidrógeno son consecuencia del uso de este gas como combustible. El hidrógeno puro es un combustible caro de obtener, altamente inflamable y difícil de transportar y almacenar. Problemas que se reducen significativamente al utilizar metanol para alimentar la pila de combustible, en estado líquido a temperatura ambiente.
No obstante, ambos combustibles comparten inconvenientes, como la menor eficiencia energética en comparación con la electricidad, o la enorme falta de infraestructura para su distribución. En España, no hay ninguna gasolinera donde repostar metanol, y apenas seis puntos donde se puede recargar bioetanol. El hidrógeno está en una situación similar, y en 2021 se ha inaugurado la primera hidrogenera de 700 bares de presión.
Luis Martínez
Cuando era un niño, no podía pasar una semana sin el nuevo número de mi revista de coches favorita. De adolescente, descubrí que me apasionaba escribir, divulgar y comunicar ideas. Ahora me encuentro dando mis primeros pasos en la profesión que me apasiona de la mano de la afición que ocupó buena parte de mi infancia, toda una suerte que demuestra las vueltas que puede dar la vida.COMENTARIOS