El Honda NSX es uno de esos coches universalmente amados, una máquina que se ganó su reputación por méritos propios. Honda puso todo su saber-hacer en el ámbito ingenieril para crear una máquina increíble. Sin embargo, no se detuvieron allí. Se creó un NSX Type R, y posteriormente un NSX-R, con el objetivo puesto en la pista. Tanto un ejemplar del primero como del segundo han sido adjudicados a golpe de martillo por BH Auctions.
En una era del comercio de coches coleccionables, el NSX está en el punto de mira, pero si lleva el apellido “R”, aún más. Ambos son blancos, ambos tienen un kilometraje muy bajo y ambos requieren de tu atención inmediata. Echemos un vistazo a cada uno de ellos y verás por qué estos unicornios japoneses son tan especiales, aunque podríamos empezar diciendo que tan solo se destinaron al mercado japonés, así que no existen unidades con el volante a la izquierda.
El Honda NSX Type R fue el pionero de lo que se convertiría en una línea completa de vehículos más deportivos. Nació en 1992 como una variante más ligera que eliminó toda su insonorización, el sistema de audio, el aire acondicionado e incluso el neumático de repuesto. Las ruedas Enkei de aluminio forjado se instalaron junto con exóticos asientos de carbono-kevlar que contribuyeron a un ahorro de peso total de 120 kg.
Los sistemas electrónicos, como el control de tracción, también se eliminaron de este incondicional NSX y se mejoró la suspensión. Este ejemplar de 1995 es uno de los 464 construidos, y parece que solo ha cubierto 859 kilómetros desde que salió de la fábrica. El número de chasis NA1-1300280 se terminó con la icónica pintura Championship White, la misma que lucía el Honda RA272 cuando venció en su primer Gran Premio de F1 en 1965.
El motor VTEC del Honda NSX Type R de 2.997 cm3 se afinó con una nueva puesta a punto, entregando 274 CV y 294 Nm a las ruedas posteriores
El segundo NSX que está disponible es un modelo aún más raro. Matriculado en 2005, es uno de los últimos que salieron de la línea de producción, ya sin faros retráctiles y sin la denominación Type R, simplemente NSX-R. Solo 140 de estas variantes fueron construidas, y tras los asientos se escondía un V6 de 3,2 litros capaz de girar por encima de las 8.000 RPM. Una pena que tan solo haya sido “disfrutado” durante 560 kilómetros.
Con un amplio uso de la fibra de carbono (capó, difusor, splitter y alerón), se consiguió rebajar el peso en 70 kilos. La transmisión fue reajustada y se instaló una caja de cambios manual de seis relaciones en lugar de la de cinco. El bastidor también se revisó para ser mucho más rígido que el modelo estándar. Marcó un tiempo de vuelta en Nürburgring más rápido que el Ferrari 360 Challenge Stradale.
Tras descubrir por qué son coches tan especiales, es más fácil de comprender por qué su precio en subasta ha sido tan astronómico. El Honda NSX Type R se adjudicó por 253.360 euros, mientras que el NSX-R encontró nuevo dueño por 398.138 euros. Casi con total seguridad, han sido los Honda más caros jamás vendidos, y si estos ejemplares no son disfrutados, acabarán valiendo mucho más.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Un artículo estupendo (como todas, vaya). Enhorabuena.
¡Gracias! Comentarios como el tuyo nos ayudan a seguir luchando por hacernos un hueco en el mundo del motor.
Suscribo lo escrito por el compañero de arriba, tenéis una calidad de redacción casi exquisita. Y lo mejor, para mí, es el feedback que aportáis. No se trata sólo de publicar (buenos) artículos, sino también de la capacidad de interacción que mantenéis con los lectores.
Un saludo.
¡Muchísimas gracias! Intentamos hacer las cosas lo mejor que podemos, y con vuestra colaboración y vuestros ánimos, solo se puede mejorar.
Uno de mis sueños húmedos de la infancia, estos NSX.
Aunque el precio de los coches clásicos -y youngtimers- sigue siendo una burbuja enorme. Madre mía…