Érase una vez una Toyota que tenía tres deportivos en su catálogo (MR-2, Celica y Supra), y los descatalogó. Se convirtió en una marca muy políticamente correcta con coches fundamentalmente sin alma. Pero llegó un día en el que se alió con Subaru y en 2011 apareció esta maravilla, el “Toyobaru”, Toyota GT 86, Subaru BRZ y -únicamente en EEUU- Scion FR-S. Fue el comienzo de la recuperación de su credibilidad como marca capaz de hacer coches emocionantes.
Recientemente aparecieron algunas informaciones que apuntaban a la extinción del coupé por los resultados comerciales, tanto en una marca como en la otra, pero -afortunadamente- no han resultado ser ciertos. Matt Harrison, responsable de Toyota Europe, confirmó a Autocar que sí habrá una segunda generación. Su objetivo es ser un coche halo, algo a lo que aspirar algún día, no necesita ser un éxito comercial. La función de halo ya la cumple, luego sigue teniendo sentido.
A pesar de todas las estupideces y memeces que habéis podido leer o escuchar de que si corre poco, que no es práctico o que un SUV mola más, dichas sin duda por gente que no es su público objetivo, es un coche que debe mantenerse en el mercado y bien merece la segunda generación. Es uno de los pocos coches que se venden actualmente, con un precio razonable, que pueden desbocar un torrente de emociones que algunos ya consideraban olvidadas.
Por otro lado, Harrison confirmó que la llegada del nuevo Supra no significa que el GT 86/BRZ vaya a desaparecer porque van destinados a clientes muy diferentes, empezando por la evidencia de que los precios son muy distintos. Tanto el GT 86 como el Supra significan para Toyota el carácter aspiracional y deportivo, y para quien no tenga tanto presupuesto y necesite un coche más normal, la gama GR Sport llenará parte del vacío emocional. Subaru, que es una marca con genes deportivos, también mantendrá el modelo.
¿Mantendrá el motor bóxer y la propulsión trasera? Harrison no lo confirmó, pero dijo que era “una suposición segura” a la pregunta del periodista inglés. Debemos entender que sí. Lo que puede cambiar es que incorpore algún tipo de hibridación, pues Toyota dijo hace años que en 2020 todos sus turismos tendrían una versión híbrida. Eso me parece mucho más probable a que metan un turbo al motor bóxer de 200 CV. Cierto es que hay cosas más rápidas en el segmento, sobre todo compactos hipervitaminados de tracción delantera, pero 200 CV siguen siendo 200 CV, y es un coche ligero. No todo es correr en línea recta.
Suponemos pues que mantendrá el espíritu de coupé deportivo con costes contenidos. Un motor más potente implicaría gastar más dinero en frenos, neumáticos, reforzar embrague, lidiar con más peso… dejaría de ser asequible. Esa fórmula sigue vigente en modelos como el Nissan 370Z, que no va precisamente corto de caballería, pero también os dirán que corre poco, que no es práctico, o que un SUV mola más. Cada loco a su tema, y a los que nos gustan los coupés deportivos bien paridos desde su concepción seguiremos teniendo algo a lo que aspirar.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Lo acabo de leer y me he alegrado el lunes!!, estos coches pasionales y “asequibles” para quien pueda claro, van siendo el último vestigio de lo que antaño fueron los Celicas, Eclipse, etc….Y es de agradecer en estos tiempos de lavadoras 0% pasionales y sube bordillos.
Es mejor aún, recuerda que Celica y Eclipse eran de tracción delantera o total… Este más bien es sucesor del Corolla AE86 o GTS.