Las estrategias de electrificación de los fabricantes irán cada día a más con el objetivo de rebajar las emisiones globales de CO2 anualmente. La nueva normativa es muy estricta y las multas, además, son muy elevadas. Por eso, el próximo movimiento de Ford es más que lógico, es casi obligatorio. Tanto el Ford S-Max como el Ford Galaxy recibirán versiones híbridas que se fabricarán en Almussafes (Valencia).
Ambos modelos son grandes y pesados, características que les hacen ser coches con consumos relativamente elevados. La llegada de la hibridación les ayuda a rebajar esos consumos y, por tanto, también las emisiones. Además, podría reavivar las ventas de ambos modelos y permitir que la fábrica valenciana mantuviera la rentabilidad sin llegar a la infrautilización.
Llegarán al mercado en 2021 y equiparan un grupo híbrido compuesto por un motor de gasolina 2.5 y un motor eléctrico con baterías de litio, con el que rebajaría las emisiones de CO2 a 140 gramos por kilómetro. Es una mejora desde los 170 gramos de CO2 por kilómetro emitidos por el 1.5 gasolina del Ford S-MAX.
A nadie se le escapa que los monovolúmenes están de capa caída actualmente en Europa. Los SUV les han robado muchos usuarios y Ford lo quiere apostar todo por este tipo de coches. Ya ha retirado del mercado el Ford B-MAX y el C-MAX, y solo mantiene el Galaxy y el S-MAX porque las ventas todavía son relativamente buenas, mientras está lanzando al mercado el nuevo Kuga y el nuevo Puma.
Ford afirmó que gastaría 42 millones de euros para construir en Valencia una línea de fabricación de baterías. Dichas instalaciones también se harán cargo del paquete de baterías para el Ford Kuga, que llegará este mismo año con el mismo grupo propulsor que usarán el S-MAX y el Galaxy.
La versión híbrida del Ford S-Max contará con cinco y siete plazas, mientras que la versión híbrida del Galaxy solo estará disponible con siete asientos. El grupo propulsor que animará estos dos monovolumen rendirá 197 CV y, según la marca, serán capaces de mejorar las cifras de aceleración de las versiones diésel, aunque no han facilitado datos.
Ambas versiones también ayudarán a la marca norteamericana a lograr los objetivos de emisiones globales, marcados por la nueva y ya famosa normativa de los 95 gramos. Sin entrar en detalles, los fabricantes deben tener una emisiones globales de 95 gramos de CO2, es decir, la media de CO2 de toda la gama que tengan a la venta debe ser 95 gramos/km CO2. Excepcionalmente el 5 % de las ventas de 2020 no se computarán en esa media si se pasan del límite.
Es una cifra que se revisa anualmente y en caso de ser superada, se multa con 95 euros por cada gramo adicional, multiplicado por el número de unidades de vendidas. Las multas pueden ser absurdamente altas, de miles de millones de euros.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS