En el mes de abril de 2019 Ford anunciaba la llegada del Ford Explorer a Europa. Lo haría en 2020 y formaría parte del plan “Go Further”, una estrategia de mercado en la cual los vehículos electrificados serán el principal pilar de cara a sostener el futuro de la firma. Pero la marca ha decidido traer a Europa el modelo americano sin apenas cambios, aunque contará con un grupo propulsor híbrido enchufable con más de 450 CV.
Teóricamente, es la primera vez que el modelo desembarca en nuestro mercado, pero eso no es del todo cierto, pues resulta muy sencillo ver unidades de la segunda generación recorriendo nuestras calles, así como alguna unidad de la primera generación. Es decir, el Ford Explorer regresa a Europa tras haber estado con anterioridad y así aprovechar el auge que tienen los SUV actualmente entre los usuarios. De hecho, cabe recordar que Ford lo apostará todo por los SUV en Estados Unidos, a excepción del intocable Ford Mustang y el Ford Focus Active.
En Europa, al menos de momento, no puede permitirse el lujo de dar la espalda a determinados segmentos como el de los compactos o lo utilitarios, dos de los más importantes a este lado del Atlántico. Pero eso no impide que se pueda ampliar la gama de modelos SUV para abarcar todos los posibles usuarios con opciones para todos. Ya conocemos el nuevo Ford Kuga, también conocemos el Ford Puma, El polémico Ford Mustang Mach-E y el Ford Ecosport. El Ford Edge se fue por la puerta de atrás y ni siquiera aparece ya en la web oficial de la marca.
V6 EcoBoost con 457 CV, 825 Nm de par y hasta 44 kilómetros de autonomía eléctrica
Cuando los interesados en el Ford Explorer acudan al concesionario para conocerlo más en detalle, se encontrarán ante un coche grande, bastante grande. La longitud alcanza los 5.630 milímetros y la anchura los 2.285 milímetros de espejo a espejo, casi a la par que el Audi Q7 y algo más grande que un Range Rover Sport. Entra de lleno en un segmento donde la imagen de marca es parte de los argumentos para la compra. Además, se enfrentará a coches a priori muy superiores tanto en tecnología como en calidad de fabricación y materiales.
Para ello, la “FoMoCo” (Ford Motor Company) ha decidido que llegue a Europa con una sola opción híbrida enchufable bajo el capó. Un grupo propulsor formado por un V6 de tres litros de la familia EcoBoost asistido por un motor eléctrico, que a su vez se alimenta de unas baterías de iones de litio con 13,6 kWh de capacidad. Promete 457 CV y 825 Nm de par, con una autonomía eléctrica de 44 kilómetros y unos consumos de 3,1 litros siempre según ciclo WLTP. La marca afirma que puede remolcar hasta 2.500 kilos.
La carga completa de las baterías requiere cinco horas y 50 minutos en una toma de 230 voltios, mientras que con un Wallbox (se ofrece de forma opcional bajo el nombre de Ford Connected Wallbox) o un poste de carga público, el tiempo estimado para una recarga completa es de menos de 4 horas y 20 minutos.
Cuenta con un sistema de tracción total inteligente, que adapta su funcionamiento a las circunstancias cada 10 milisegundos. Analiza la información recibida desde docenas de sensores (incluyendo velocidad, temperatura exterior, deslizamiento de las ruedas o el estado del remolque) y una caja de transferencia con una sola velocidad y un embrague electromecánico, ajustan la entrega de par entre las ruedas delanteras y traseras en 100 milisegundos. Dicha tracción total trabaja en conjunción con el cambio automático de diez relaciones.
Muchos asistentes a la conducción y un habitáculo con mucho espacio
Al igual que otros modelos con grupo propulsor híbrido, el Ford Explorer ofrece cuatro modos para gestionar el sistema: EV Auto, EV Now, EV Later y EV Charge. Apenas requieren explicaciones, basta con saber que el EV Now fuerza la conducción eléctrica y el EV Later guarda la carga de la batería para cuando el usuario quiera usarla. Junto a estos modos de gestión para el sistema híbrido, el Explorer incorpora otro grupo de programas para el funcionamiento general del coche y de la tracción total. En este caso son siete opciones: Normal, Sport, Pista, Resbaladizo, Remolque, ECO y Nieve/Arena profunda. Con cada modo de conducción se proyectan en la pantalla central (de 12,3 pulgadas) gráficos personalizadas.
Respecto a los asistentes a la conducción, se puede decir que los tiene todos. Destaca el sistema Active Park Assist 2, que realiza las maniobras de estacionamiento de forma totalmente automática en batería. También ayuda al conductor a salir de espacios de estacionamiento en paralelo usando el sistema Park-Out Assist. Igualmente, el sistema de información de puntos ciegos con alerta de tráfico cruzado será un buen aliado a los mandos de un coche tan grande. Novedad en Europa es el asistente de frenada en macha atrás, que cuenta con sensores de radar, cámara y emisores de ultrasonidos para detectar objetos de más de 28 centímetros de alto y 7,5 centímetros de ancho. No falta el control de crucero adaptativo con función de parada y arranque, reconocimiento de señales y asistente al centrado de carril.
No obstante, aunque el equipamiento es bueno, queda un poco eclipsado por la capacidad del habitáculo. Ford afirma que hay un metro de altura para las tres filas, así como más de metro y medio de espacio para los hombros y las caderas en la primera y segunda fila. Hay cinco tomas de corriente de 12 voltios, dos puertos USB en la primera y segunda fila, 12 portavasos y climatizador de tres zonas. Además, el maletero cubica 635 con cinco plazas, hasta 2.274 litros con las filas de asientos posteriores plegadas (con suelo plano) o solo 1240 litros con todas las plazas en uso. También se han creado huecos portaobjetos que ofrecen hasta 123 litros de capacidad entre todos.
Tan solo hay una terminación disponible, el Ford Explorer Plug-In Hybrid ST Line, cuyo precio arranca según la página oficial de la marca en los 70.711 euros con descuentos incluidos (79.350 euros sin promociones ni descuentos).
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS