Subaru Impreza. Un nombre que trae a la memoria coches de color azul totalmente de lado, por los tramos de rallies más famosos del mundo. Sin embargo, hace muchos años que el Subaru Impreza dejó de ser aquella máquina que hacía suspirar a los fanáticos de los coches rápidos y espectaculares, porque las versiones más deportivas del Impreza no eran precisamente discretas. Y debemos tener claro que esa época nunca volverá, Subaru tomó otro camino con el Impreza que se mantendrá durante muchos años más, salvo cambios de última hora que, por el momento, desconocemos.
¿Podría ocurrir en algún momento? ¿Veremos a ver aquellos Impreza de rallye? Si nos apoyamos en los últimos datos que tenemos del modelo, nunca ocurrirá. Y el mejor ejemplo de ello es la nueva generación del compacto japonés, presentado en Estados Unidos durante el salón del automóvil de Los Ángeles, que según parece, trae mejoras en equipamiento tecnológico y en el apartado dinámico, pero mantiene la personalidad y la configuración que ha tenido el modelo durante sus últimas ediciones. Es más, a simple golpe de vista, parece una evolución de la generación que todavía está a la venta en Europa y que pudimos probar en una ocasión.
Y esa sensación de ser el mismo coche con algunos cambios, se confirma al saber que la plataforma sobre la que se articula el compacto japonés, es la misma que ha empleado hasta el momento sin grandes modificaciones, aunque anuncia una nueva mecánica, en configuración boxer, por supuesto, que será más potente y que, por el momento, no sabemos si la marca la ofrecerá en Europa. Sobre todo, porque en el Viejo Continente las ventas se centran en los SUV, con los compactos perdiendo peso en el mercado con cada día que pasa, pero en otros mercados, el Impreza es un coche muy importante para la marca.
Evolución del mismo concepto
Estéticamente, el nuevo Subaru Impreza cambia lo justo, manteniendo muchos rasgos del actual, aunque adopta otros que ya hemos visto en otros modelos. Por ejemplo, el frontal recuerda claramente al nuevo Subaru Crosstrek, el que hasta ahora conocíamos como XV (el modelo más vendido de la marca en Europa), al igual que ocurre con la parte trasera. Es más, si ponemos un modelo junto al otro, nos daremos cuenta de que, en realidad, el nuevo Impreza no es otra cosa que un Crosstrek sin los elementos característicos de un SUV, incluso todos los elementos del habitáculo son los mismos, muy parecidos a los que emplea el todavía a la venta Subaru Impreza de quinta generación.
Según cuenta la marca en su comunicado, la sexta generación, que todavía tardará en llegar a Europa unos meses (no lo veremos hasta, como pronto, el primer trimestre de 2023), se ha diseño en torno al concepto de utilidad y deportividad, que se presta a un estilo de vida activo. Marketing puro y duro, para darle un mayor interés a un coche que ha cumplido este mismo año nada menos que 30 primaveras. La primera edición del Impreza apareció en 1992, que se dice pronto…
Aunque la plataforma es la misma que hasta ahora, Subaru dice que se ha aumentado un 10% la rigidez torsional, mediante un nuevo marco interior y más adhesivo estructural (de 798 centímetros de adhesivo, a 2.697,5 centímetros). Con esto, se ha buscado un mejor rendimiento dinámico, una conducción más suave y mayor silencio en el habitáculo. Habitáculo, ya que se menciona, que tiene asientos delanteros con más apoyo, permitiendo reducir la fatiga, aumentando la comodidad general. También se ha llevado a cabo diferentes soluciones para reducir los sonidos de determinados rangos de frecuencia.
Dos motores boxer y ninguno electrificado, al menos de momento
Subaru se ha caracterizado por el empleo de motores boxer, siendo una seña de identidad casi única de la firma japonesa (los otros coches con motores boxer son el Toyota GR86, que resulta ser un motor Subaru, y el Porsche 911). Para la ocasión, al menos en lo referente a las versiones para el mercado estadounidense, contará con dos motores, ambos en configuración boxer, que curiosamente no montan, ninguno de los dos, electrificación alguna. Son motores diferentes, es decir, no es el mismo propulsor con dos niveles de potencia.
El primero, el que posiblemente veamos por Europa, es un cuatro cilindros con dos litros de cubicaje, que rinde 154 CV y 196 Nm de par, y el segundo, el que supone más dudas en cuanto a su llegada al Viejo Continente, sube hasta 2,5 litros y la potencia es de 184 CV y 241 Nm de par. En los dos casos, se combinan con un cambio automático de tipo CVT, el conocido Lineartronic CVT de Subaru, que en las versiones Sport y RS ofrecerá la opción de manejo secuencial con ocho posiciones prefijadas. La versión RS será la única en poder montar el motor más potente y la marca no ha comunicado si habrá más motores según avance la comercialización del coche.
Merece la pena destacar la adopción de la cremallera de dirección con asistencia electrónica de doble piñón, procedente del Subaru WRX. Presume de ser más directa que la usaba hasta el momento, así de una mayor capacidad de respuesta. Solo se ofrecerán, al menos en Estados Unidos, con tracción total Symmetrical All-Wheel Drive, que según la marca, ha sido revisada para mejorar el tiempo de respuesta y la agilidad en curvas.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS