Con la inminente llegada al mercado del Rolls-Royce Spectre, el cupé eléctrico de la marca con sede en Goodwood, es ya la hora de despedirnos definitivamente del Rolls-Royce Wraith. Esta edición especial, limitada a 12 unidades para todo el mundo y denominada Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow, significará la última oportunidad para adquirir el modelo animado por el V12 a gasolina, que fuera presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra allá por 2013.
Ya conocemos el apellido Black Badge de otros modelos, como el Rolls-Royce Ghost, el cual implica una vuelta de tuerca de deportividad. En el caso que hoy nos ocupa, la adición del Black Arrow trata de homenajear el récord mundial de velocidad logrado por un automóvil con dos V12 de la casa británica —aeronáuticos, de 36,5 litros de cilindrada y 2.000 CV de potencia cada uno— en 1938, en el Salar de Bonneville, Utah. Se trataba de un vehículo denominado Thunderbolt, a bordo del cual George Eyston —Capitán Eyston— logró establecer dicha marca en 575,335 km/h.
La dificultad a la hora de visualizar aquel aparato cruzando la línea marcada para poder medir su velocidad provocó que el propio George Eyston dibujara en los laterales de su bólido una flecha negra con un motivo central amarillo, y es este detalle el que ahora aprovecha Rolls-Royce para bautizar esta versión de cortísima tirada.
El fabricante británico, bajo el control de BMW, se despide de su modelo más deportivo hasta la fecha con esta versión especial, denominada Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow
Con el mismo V12 bajo el capó y detalles estéticos exclusivos
Así pues, las características diferenciadoras de este Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow poco tienen que ver con su configuración mecánica, y se centran más en aspectos estéticos, visibles tanto en el exterior como en el interior. Como decimos, bajo su capó conserva el conocido V12 biturbo de 6,6 litros de cilindrada y 630 CV de potencia máxima, con 870 Nm de par, que se despide de este modo del catálogo del fabricante británico. Eso sí, recibe una nueva tapa específica para el modelo, con una inscripción que reza V12 en amarillo, junto con la leyenda “Final Coupé Collection” en color negro.
En cuanto a su aspecto exterior, presenta un acabado exclusivo, consistente en una pintura en dos tonos, denominados respectivamente Celebration Silver y Black Diamond. De este modo, desde la parte frontal, en gris, el color va poco a poco transformándose hasta convertirse en negro en la trasera, con una parte media donde puede percibirse el cambio gradual entre ambos colores. Además, este efecto se ve potenciado por una capa superior para la zona posterior con efecto cristal. Son doce horas de pulido las que se necesitan para obtener este resultado.
Su apellido Black Arrow pretende homenajear el récord de velocidad establecido en 1938, sobre el Salar de Bonneville, por un vehículo de siete toneladas con dos motores V12 de avión de la marca, pilotado por George Eyston
Los detalles en amarillo, evocadores del mencionado Thunderbolt de los años treinta del siglo pasado, pueden observarse tanto en el paragolpes delantero como en las llantas de aleación, donde adquieren este color unas circunferencias alrededor del logo situado su centro. También en la base del Espíritu de Éxtasis, que preside el extremo frontal del capó delantero, puede encontrarse esta tonalidad, así como en las barras estabilizadoras visibles a través de la calandra, presentes en otros modelos del grupo BMW mucho menos exclusivos.
En el habitáculo, los dos asientos en la parte trasera, en cuero negro, también ofrecen algunos detalles que recurren a este color amarillo, como los logos de la marca en el reposacabezas. Este tiene mayor presencia en la zona delantera, por ejemplo en el aro del volante o en los asientos, de napa y por completo de este color. El interior del techo incluye, por su parte, 2.117 estrellas —más que nunca en un Rolls-Royce— que imitan a la perfección la visión de las constelaciones en el día en que tuvo lugar el récord homenajeado —16 de septiembre de 1938— desde el Salar de Bonneville.
Todas las unidades que se fabricarán de este exclusivo Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow han sido ya asignadas a clientes de la marca en diferentes partes del planeta. Serán 12 afortunados los que podrán disfrutar de la edición final de este cupé equipado con un V12 a gasolina, antes de que deje paso al Rolls-Royce Spectre, su sucesor a baterías.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS