De estudio de diseño a fabricante de automóviles. Las vueltas que da la vida, ¿verdad? Pininfarina ha sido uno de los mejores diseñadores que se han visto desde hace décadas, pero desde que Mahindra compró el sello italiano, no han tenido tanto peso en el mundo del diseño. Incluso se dejó trabajar con Ferrari, el principal cliente del estudio de diseño italiano y con el que compartieron éxitos durante décadas.
Pininfarina, ahora, se dedica a fabricar coches, por supuesto son coches deportivos, pero además, son coches eléctricos y, obviamente, con un diseño espectacular. Aunque hablar en plural es un poco exagerado, pues tan solo tienen un coche en producción, el Battista, y para colmo, en realidad esconde la base de Rimac.
Un nombre como Pininfarina no asegura tener éxito en un periplo como este, no son los primeros que se aventuran en algo así y no serán tampoco los primeros en caer derrotados por un mundillo bastante particular. Es cierto que se juega con el sello mítico de Pininfarina, un diseño inigualable y la tecnología de Rimac, pero nada de eso asegura la supervivencia de la nueva merca. De hecho, ni siquiera pudieron sobrevivir como estudio de diseño y llegaron a acumular una deuda de 110 millones de euros.
Sea como fuere, el Battista es el primer producto de la nueva Pininfarina y su diseño, ya característico de la compañía, combina con sus más de 1.900 CV y sus 2.300 Nm de par eléctricos, no solo se posiciona como una auténtica bestia, también como el deportivo italiano más potente hasta la fecha. La llegada de la electricidad ha permitido que aparezcan cifras absurdas como estas que, curiosamente, no se traducen en prestaciones igual de absurdas. Sirva de ejemplo los 350 km/h de velocidad máxima y el 0 a 100 km/h en dos segundos anunciados por la marca.
Pero no estamos aquí para criticar o alabar el trabajo de cientos de personas, sino para conocer y, ¿por qué no?, también admirar la nueva versión del Battista que busca homenajear al primer campeón del mundo de Fórmula 1: Giuseppe “Nino” Farina, quien era sobrino del fundador del estudio de diseño Pininfarina, el señor Battista Farina, a quien todos le llamaban “Pinin”. Nino Farina ganó el primer campeonato de Fórmula 1 celebrado en 1950 a los mandos de un Alfa Romeo y bajo el nombre de “Edizione Nino Farina”, el espectacular Battista adopta los colores que lucía aquel Alfa Romeo que llevó a Farina a escribir el primer capítulo de la historia de la que, actualmente, es la categoría reina del automovilismo –o eso siempre se ha dicho–.
Solo habrá cinco unidades del Battista Edizione Nino Farina, todas ellas pintadas en Rosso Nino, con detalles en blanco, negro y azul. Las llantas también son específicas y en el habitáculo, se ha procedido a incorporar una decoración que separa visualmente el puesto de mando del lugar dedicado al copiloto –el asiento del conductor está tapizado en color negro, el del copiloto en un tono crema muy claro–.
No hay más cambios en ningún otro apartado del coche, aunque es evidente que los coleccionistas harán cola para hacerse con un ejemplar y guardarlo en esos garajes que, en ocasiones, llegan a estar climatizados con una temperatura concreta para mantener los coches en un lugar fresco, seco y perfectamente adaptado para que no puedan sufrir ni una pizca de deterioro. Excentricidades de gente con dinero… ¿Verdad?
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS