A este lado del Atlántico, éramos ajenos a la lucha que estaban teniendo los fabricantes estadounidenses, mientras que la categoría reina en Europa era la Fórmula 1, en Estados Unidos la NASCAR y la NHRA acaparaban la atención de los aficionados. Entre ellos, el motor W-43 455 V8 de 32 válvulas de Oldsmobile, que proponía grandes avances y no llegó a la gran serie, pero inspiró a los ingenieros que diseñaron su sucesor espiritual.
Durante los años 60, la rivalidad automovilística de Detroit presenció un combate muy emocionante entre los motoristas cuando Chrysler desató el 426 HEMI y superó a sus rivales en los campeonatos de NASCAR y NHRA. Ford respondió a este ataque con la tecnología de levas en cabeza y, más tarde, el semi-HEMI Boss 429, mientras que las divisiones de General Motors, que mantenían departamentos de ingeniería separados e independientes, lanzaron sus propios motores experimentales. Chevrolet estudió un diseño de árbol de levas en cabeza que finalmente se quedó en el laboratorio, mientras que Pontiac se dedicó al desarrollo de la culata RAM AIR.
El experimental W-43 de Oldsmobile incorporaba un diseño de cuatro válvulas en cabeza colocado sobre un bloque de 455 pulgadas cúbicas que en realidad nunca se fabricó. Contra la percepción común, el W-43 no contaba con cámaras hemisféricas, ni siquiera el diseño semi-HEMI del Boss 429, sino que funcionaban como los convencionales, con cámaras inclinadas, pero con cuatro válvulas por cilindro. La carrera más larga del motor permitió lograr controlar la velocidad del motor, lo cual era esencial para la estabilidad del tren de válvulas a altas revoluciones.
Según la leyenda, se diseñaron dos motores del modelo W-43 y uno de ellos fue enviado a Petersen Publishing en Los Ángeles para un análisis preciso de la estabilidad del tren de válvulas. Con el paso del tiempo, un coleccionista llamado James Kryta (cofundador de Inline Tube y fan de Oldsmobile) compró un motor que en teoría debía haber sido destruido, pero no fue así. “Esto no habría sucedido sin el aporte de Ed”, dice Kryta. “Ni siquiera sabía por dónde empezar con algunas de las piezas que faltaban y él me ayudó a dirigir el proyecto en la dirección correcta”.
Para complementar sus esfuerzos por recuperar dicho propulsor y ponerlo en funcionamiento, contó con el apoyo de Ed Koerner, un ex vicepresidente de las unidades de ingeniería de GM en Norteamérica, quien ayudó a llenar el vacío de información acerca de él. Se fabricaron nuevas piezas fundidas de las culatas, el colector de admisión, el colector de escape y otras piezas principales, y se montó el motor. Parte de esas piezas que lograron que el motor acabase estando completo fueron impresas en 3D, y tras probar el conjunto en el banco de pruebas, registró un resultado positivo.
“El motor arrancó en el primer intento”, dice Kryta. “Fue un momento muy emocionante, ya que el proyecto realmente había cobrado vida propia. Mucha gente donó su tiempo y experiencia para ayudar a que esto sucediera y fue muy gratificante ver cómo todo se unía”. El motor W-43 instalado ocupó el capó de uno de los muscle cars más famosos de los años 70, un 442 W-30 de 1970, que se dejó ver en el Autorama de Detroit de 2024. Aunque el W-43 nunca llegó a producirse, gracias al inminente fin de la era de los muscle car, resultó influyente, ya que su culata de cuatro válvulas por cilindro supuestamente fue la inspiración para el emblemático motor Quad 4 de Oldsmobile, que debutó en 1987.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS