El Mazda Furai, el fin del rotativo de altos vuelos

El Mazda Furai, el fin del rotativo de altos vuelos

Parecía destinado a suceder al 787B ganador de LeMans


Tiempo de lectura: 8 min.

Con una carrocería bellamente esculpida y un potente motor formado por tres rotores, el Furai parecía destinado a suceder al 787B ganador de LeMans, pero un desafortunado incidente acabó con el sueño de muchos meses después de su debut oficial. Hoy vamos a analizar la historia del Mazda Furai, el fin del rotativo de altos vuelos que pudo ser, y no a la vez, debido a un incendio que se produjo en una de las pruebas. Pudo acabar siendo el superdeportivo con el que soñaban los aficionados de este motor tan peculiar, pero acabó siendo un concept frugal.

Con algunas pequeñas excepciones como el Mazda RX-7 FD, los modelos de producción de Mazda de la década de 1990 no fueron en absoluto íconos del diseño. Con los dos nuevos empleados al frente del renovado departamento de diseño de la compañía, Mazda estrenó un nuevo lenguaje de diseño llamado Nagare, que eventualmente daría forma a sus modelos de producción. Nagare significa Flujo en japonés, pero, antes de que se lanzaran esos modelos, el fabricante introdujo una serie de conceptos futuristas diseñados en torno a la nueva filosofía en la que poder representar las líneas clave que seguirían los modelos inspirados en él.

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La serie comenzó con un concept en 2006 que llevó el nombre del lenguaje de diseño. Después, en 2007, continuó con Ryuga y Hakaze, para, finalmente, en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica de 2008 en Detroit, presentar el último y posiblemente el más bello coche de diseño basado en Nagare. Apodado Furai, el concepto fue diseñado por el departamento de diseño de Mazda en colaboración con la firma estadounidense de ingeniería de naves espaciales Swift Engineering.

Su impresionante carrocería presentaba elementos de Nagare combinados con formas concebidas para hacerlo lo más aerodinámicamente eficiente posible. A diferencia de los concept cars anteriores de Nagare, el Furai era un coche de carreras completamente funcional construido alrededor del chasis Courage C65 LMP2 utilizado por Mazda en la American Le Mans Series durante las temporadas 2006 y 2007. Fabricado con una mezcla de aleación de aluminio y fibra de carbono, el monocasco en el corazón del Furai presentaba un sistema de suspensión independiente con doble horquilla pushrod y amortiguadores dinámicos.

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Si bien se construyó alrededor de un chasis deportivo probado y tangible, la carrocería del concepto fue esculpida para cerrar la brecha entre un superdeportivo legal para circular por la calle y un prototipo de LeMans dispuesto a darlo todo en pista. Por lo tanto, el Furai parecía más un coche de calle que una máquina de carreras de resistencia con cabina cerrada, lo que hacía posible el desarrollo potencial de una versión legal para la calle, cosa que ilusionó a muchos aficionados a la marca nipona, entre los que orgullosamente me identifico.

Vestido con arneses y un volante de competición diseñado para este coche por Sparco, los diseñadores se centraron en el ahorro de peso y la ergonomía, por lo que en el habitáculo se instalaron dos delgados asientos envolventes. Ninguna concesión a la comodidad invadió el cockpit de este coche de carreras disfrazado de concept car. En homenaje al legendario 787B que ayudó a Mazda a ganar la prestigiosa carrera de resistencia 24 Horas de Le Mans en 1991, el Furai también incluía un motor rotativo montado tras los asientos que lo configuraba con un muy buen reparto de peso.

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Con un desplazamiento de dos litros, el R20B Renesis fue desarrollado por el reconocido preparador de motores rotativos Racing Beat, que basaron su diseño en el 20B-REW del Eunos Cosmo. Este motor ha sido el único tres rotores jamás instalado en un automóvil de producción, y podéis imaginar la magnitud de obra del preparador partiendo del diseño de un motor de 1990. De aspiración natural y vinculado a una caja de cambios secuencial X-trac de seis velocidades, el motor de carreras fue ajustado para funcionar con biocombustible de etanol puro (E100) desarrollado por la petrolera BP.

Según Mazda, el motor podía desarrollar 450 CV, lo cual no era una cifra alucinante, pero como el coche pesaba solamente 675 kg, era más que suficiente para lograr alcanzar los 100 km/h desde parado en 3,2 segundos. Además de un motor único, Racing Beat también construyó un silenciador con forma de lóbulo rotativo para el automóvil, una de sus características visuales más impresionantes de este modelo. Asentado sobre llantas BBS de tuerca central envueltas con slicks desarrollados específicamente para el proyecto por Khumo, el Furai salió a la pista poco después de su presentación.

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Se prohibió tajantemente su circulación en varias pistas, entre las que se incluyeron Laguna Seca y Buttonwillow. Gracias a su carrocería futurista y una aerodinámica exhaustivamente desarrollada, contaba con un lip delantero, un alerón trasero de grandes dimensiones y un difusor salido del mundo de la competición, el concept conseguía producir gran cantidad de carga aerodinámica que lo mantenía pegado al suelo en cualquier situación. A pesar de eso, mantuvo un coeficiente de resistencia bajo, lo que lo hacía sorprendentemente rápido en curvas cerradas al no estar lastrado por una aerodinámica con mucho drag.

Según una entrevista de la revista Top Gear con el diseñador jefe Laurens van den Acker, Mazda consideró adaptar el concepto para las carreras de resistencia oficiales, presumiblemente considerando una entrada a las 24 Horas de Le Mans como una entrada experimental. La vuelta a Le Mans habría sido sublime, y más si hubiese coincidido en la última edición, haciéndolo coincidir con la vuelta a la legendaria pista del Mazda 787B, aunque fuese de forma experimental y por momentos históricos debería haber ocurrido años antes. El aullido del rotativo de vuelta al circuito que le negó volver podría haber ejercido como una especie de catarsis acompañado de su predecesor espiritual.

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Además, el diseñador esperaba que llegara a producción una versión legal para circular en la calle, pero desafortunadamente, el proyecto Furai nunca pasó de las etapas de prueba por causas misteriosas. En agosto de 2008, el hermoso concept viajó en avión a Inglaterra, donde estaba previsto que realizara pruebas adicionales y participara en una sesión de fotos organizada por Top Gear en el antiguo aeródromo de Bentwaters de la Royal Air Force. Con el experimentado piloto británico Mark Ticehurst al volante, el motor de tres rotores del Furai se incendió de repente, antes de que pudiesen proceder a hacer las pruebas pertinentes.

Ticehurst logró salir a tiempo, pero el coche siguió ardiendo sin posibilidad de detenerlo, dado que el incidente ocurrió en una parte aislada de la pista improvisada, los bomberos no pudieron llegar a tiempo para salvar el concept, que prácticamente quedó reducido a cenizas. Mazda mantuvo el incidente en secreto mientras efectuaba una investigación exhaustiva para intentar dilucidar las posibles causas del incendio. La compañía finalmente permitió que Top Gear escribiera una historia sobre la desafortunada desaparición del coche de carreras en 2013, pero nunca reveló detalles sobre la causa públicamente.

Si bien no soy un experto, todo apunta a que la causa de este incendio pudo provenir del novedoso sistema de combustible del motor y la alta inflamabilidad del combustible en sí, sumado al viaje al que se sometió al concept. Pero dejando de lado las posibles causas, el Furai era uno de los automóviles conceptuales más impresionantes de Mazda y, desafortunadamente, nunca tuvo la oportunidad de mostrar su potencial en una carrera oficial. Y ya no solo eso, imaginaos el Furai adaptado como coche de calle, compitiendo con el NSX o, incluso, con sus rivales europeos.

El paso del coche por el circuito podría haber sido increíble, pero la sola posibilidad de que Mazda desarrollase de nuevo un deportivo para la calle movido por el legendario motor rotativo erizará el vello de muchos. Obviamente, para ponerlo en la calle habría que sacrificar parte de esa ligereza, pongamos que alcanzase los 900 kg, y que su potencia se redujese a los 400 CV. Aun así habría acabado siendo un deportivo notable y peculiar, aunque no se moviese en las más altas esferas de los superdeportivos.

A pesar de ello, habría sido difícil que superase las estrictas pruebas de emisiones, por lo que, como solución, quizá se optase por sobrealimentarlo, o incluso dotarle de un par de motores eléctricos. Cualquiera de estas posibilidades convertirían al liviano Furai en un deportivo estratosférico que no dejaría de estar desarrollado a partir de un chasis de carreras, por lo que convendría repasar los términos de seguridad de cara a un coche de calle, pero por soñar, quizá un monocasco de fibra de carbono completase la receta.

Quién sabe qué futuro le deparaba al superdeportivo de Mazda, pero, ya sea la superstición japonesa o la información recabada en la investigación tras el incendio, nos quedamos sin nuestro soñado deportivo movido por un tri-rotor en la calle, y sin escuchar de nuevo en LeMans su estremecedor aullido antes siquiera de ver sus luces aparecer en el horizonte. Si deseas ver el impresionante Mazda Furai en acción, le recomendamos ver el video de YouTube de Tim Brown a continuación, curiosamente, grabado en Laguna Seca, seguro que ayudó a tomar la decisión de prohibirlo tras escucharlo en directo.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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