A lo largo de los últimos lustros hemos asistido a la decadencia de los bloques de combustión interna de muchos cilindros y elevado cubicaje, especialmente en nuestro continente. Desde hace algunos años, estamos contemplando el ocaso definitivo de todo tipo de motores de combustión, una tendencia que también parece producirse con mayor intensidad aquí, en Europa. En un mundo de fabricantes globales, estos van poco a poco abandonando este tipo de configuraciones, provocando a su vez la desaparición de modelos históricos cuya supervivencia depende en gran medida de incorporar determinados propulsores. Es el caso de los muscle car americanos, movidos tradicionalmente por un V8, muchos de los cuales están abandonando el mercado en estos momentos.
Sin embargo, todavía hay algunos irreductibles que se mantienen firmes en su ofensiva de ocho cilindros en uve y que, además, no tienen ninguna intención de modificar su estrategia. Como sucede con el Ford Mustang, para el que se ha confirmado, desde el seno de la compañía, la supervivencia del V8 en su vano motor en próximas generaciones.
Se trata de una noticia que significa que Ford se desmarca de las estrategias implementadas por otras marcas para sus modelos equivalentes en el segmento de los muscle car. Sin ir más lejos, Dodge ya lleva tiempo despidiéndose de sus Charger y Challenger con motor a combustión, y sus futuras versiones eléctricas ya están confirmadas. Chevrolet, por su parte, ha abandonado asimismo la producción de su muscle car movido por un V8, aunque aún no ha revelado si la marca Camaro tendrá continuidad en su catálogo como automóvil de baterías.
No es la primera vez que los Camaro y los Challenger no están en el segmento. Pero nosostros sí hemos permanecido aquí de manera continuada desde 1965. No estamos preocupados por el hecho de que el segmento esté desapareciendo”, comentó el director de mercadotecnia del Ford Mustang, Jom Owens
La marca del óvalo, aunque también ha reconocido que ha llevado a cabo pruebas dirigidas a estudiar una posible versión eléctrica de su Ford Mustang, prefiere por ahora no dar este paso. De hecho, su Ford Mustang Mach-E, criticado inicialmente por arrobarse una denominación tan vinculada con el muscle car más famoso de todos los tiempos, puede servir para que el Ford Mustang tradicional permanezca a salvo de este tipo de experimentos. Y es que el director global de Ford Performance Motorsports, Mark Rushbrook, ha confesado recientemente que descartaron seguir este camino con su histórico modelo, ya que consideran que aún existen numerosos clientes que buscan “un coche deportivo con una conducción fantástica, con un sonido igualmente fantástico y con transmisión manual”.
De este modo, Ford se compromete a continuar desarrollando su V8 Coyote, que ya va por la cuarta generación, para futuras iteraciones del modelo. Siempre y cuando las normativas anticontaminación, particularmente las implementadas en los Estados Unidos de América, les permitan seguir comercializando vehículos con este tipo de propulsores de combustión interna en su vano motor.
Esta información pone de manifiesto el compromiso de Ford con la receta que ha dado tantos éxitos a su Ford Mustang y que lo ha convertido en uno de los símbolos de la industria a nivel global. Pese a que podríamos considerarlo una decisión amparada en motivaciones de alto contenido sentimental —porque sí, nos encanta que Ford se desmarque de la competencia de este modo—, no podemos pasar por alto que la marca estadounidense se beneficiará también económicamente de convertir su Ford Mustang en un automóvil sin rival equivalente en el mercado, mientras las instituciones lo permitan.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS