Cuando Volkswagen se hizo con el control de Bugatti se abrió una nueva etapa para la marca. En esta ocasión, al contrario que la anterior, si había fondos y capacidades más sobradas para sacar la marca adelante y lograr que no fuera una aventura de un solo modelo, como pasó con el Bugatti EB110.
Sin embargo, cuando a Pïech se le ocurrió anunciar que el sello francés fabricaría “el coche de los 1.000 CV”, esos pilares comenzaron a temblar y no fueron pocos los que empezaron a dudar sobre qué pasaría con la marca. De esto hace más de 15 años, durante los cuales, no solo se ha logrado mantener la marca activa, también se han logrado varios récords, se han fabricado muchos coches (para el precio que tienen) y ahora, se ha abierto una puerta prometedora para Bugatti bajo el mandato de Porsche y de Rimac.
Pero mientras se fragua su nuevo futuro, la marca sigue trabajando y cumpliendo con sus planes, que pasan por completar la fabricación de las 500 unidades previstas del Bugatti Chiron, el sustituto de aquel Bugatti 16.4 Veyron lanzado en 2005 y el cual, no solo ha superado todos los registros del Veyron, como cabría esperar, sino que ha servido como base para muchas versiones y nuevos modelos que han colocado a la marca en un lugar relativamente cómodo, lejos de las pérdidas que tuvo el Veyron. Pérdidas, por si alguien no se acuerda, bastante abultadas.
Y a punto están de cumplir con su principal objetivo, pues a día de hoy se han fabricado 460 ejemplares del Bugatti Chiron, dejando tan solo 40 unidades pendientes que deberán encontrar un hogar. Seguramente irán a parar a una colección y acabarán siendo objeto de especulación, pero se trata de algo bastante “estándar” con este tipo de coches. Raro es aquel que lo disfruta en carretera abierta y el que lo hace, recorre muy pocos kilómetros. Es una pena que un coche con esas prestaciones solo se adquiera para ser guardado, aunque los costes de mantenimiento de un Bugatti no son precisamente para todos los bolsillos.
Durante un tiempo, hace unos años, el coste de mantenimiento del Veyron fue presa de multitud de publicaciones y comentarios en redes sociales y foros, no en balde, solo cambiar el aceite del motor del Veyron rondaba los 20.000 euros. Sí, te podías comprar un coche con el coste del cambio de aceite, pero claro, había que desmontar infinidad de componentes especialmente delicados y hace falta mano de obra especializada. En el caso del Chiron no es menos caro, pues con 16.000 kilómetros ya precisa de cambio de aceite y filtro y de refrigerante, una operación que supera los 26.000 euros. De hecho, cuando se han cumplido 42-48 meses de uso, hay que cambiar los cuatro turbos (¡hay que cambiar los turbos en cuatro años!) del Chiron por la nada despreciable cifra de 22.170 euros.
Evidentemente, para unos simples mortales como nosotros, cifras de este calibre son absurdamente altas y nos resulta tan descabellado, que cuesta incluso comprender el porqué de semejantes tarifas. Pero aún así, como hemos dicho, ya se han vendido 460 unidades y quedan otras 40 por adjudicar, todas ellas Bugatti Chiron Pur Sport. De todas formas, se han logrado vender las mismas cantidades que con el Veyron, pero en la mitad de tiempo y siendo más caros. Fue un éxito, porque solo en los primeros 18 meses posteriores a su presentación en Ginebra en 2016 se vendieron 300 ejemplares.
También quedan unidades del Bugatti Divo (40 unidades) y del Bugatti Centodieci (10 unidades), sin contar obviamente con el Bugatti Bolide, del que se han planeado 40 unidades a partir de 2024.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS