Las carreras de aceleración han ido ganando popularidad a lo largo y ancho del mundo, tanto es así que han llegado a realizarse hasta en Matilla de los Caños. Con la llegada de los eléctricos y su respuesta instantánea, esta disciplina ha visto cómo sus tiempos bajaban una y otra vez, como ya vimos hace poco más de una semana. Y ha vuelto a ocurrir, el Aspark Owl le ha robado un puñado de récords al Rimac Nevera, que con sus 2.012 CV no le ha sido difícil pulverizar dos récords Guinness.
El superdeportivo eléctrico Aspark Owl japonés acaba de batir el récord de promedio con 322 km/h en un cuarto de milla. Sí, dije promedio, los récords que Rimac estableció fueron del tipo con el que la mayoría de nosotros estamos más familiarizados, incluidos tiempos de cero a 97 km/h y un cuarto de milla, aunque Guinness solo ratificó los de Aspark. Los dos récords que estableció Owl en el aeródromo de Elvington en Inglaterra (famoso por el accidente en el coche a reacción del presentador de Top Gear, Richard Hammond en 2006) fueron la velocidad promedio en un octavo de milla, con una velocidad de 309,02 km/h, y la velocidad promedio en un cuarto de milla, con una velocidad de 318,85 km/ h.
La pequeña diferencia entre esos números subraya lo rápido que acelera el superdeportivo y cómo consigue transferir toda su potencia hasta alcanzar su velocidad máxima, 400 km/h. La marca no mencionó haber intentado establecer ningún récord de aceleración, pero anteriormente registró un tiempo de cero a 100 km/h de 1,72 segundos (el Nevera paró el crono en 1,74 segundos) y afirma que debería ser capaz de bajar de 1,7 segundos.
El hardware que hace posible estas hazañas es un tren motriz de cuatro motores que produce 2.012 CV y 2000 Nm de par. Esos motores consiguen la energía de una batería sorprendentemente pequeña de 64 kWh, aunque Aspark afirma que es lo suficientemente grande como para ofrecer más de 450 km de autonomía. Esta autonomía está medida bajo el protocolo NEDC, anticuado y enormemente optimista, sí, más optimista que el WLTP. Para empezar, la prueba se realiza sobre rodillos, por lo que la aerodinámica no cuenta, y se configuran de acuerdo al peso del vehículo.
El proceso se divide en dos partes, la urbana y la extraurbana, de ahí se saca a posteriori el consumo mixto. El proceso completo dura casi 20 minutos, y corresponde a un recorrido de 11 kilómetros y 7 metros. Eso supone que la velocidad media de la prueba está en casi 35 km/h. La conclusión es que este sistema consigue el consumo mínimo que el vehículo debería poder alcanzar, pero habitualmente no se corresponde con la realidad.
Solo se construirán 50 unidades del Owl, con precios a partir de 2,9 millones de euros. Quizá suene dramático, pero probablemente sea mucho menos emocionante conseguir estos récords que luchar con el embrague de un Lamborghini Murciélago manual tratando de alcanzar su velocidad punta a pesar de que tarde más del doble de tiempo para hacerlo. Al igual que nos sorprende la velocidad a la que aceleran todos estos vehículos eléctricos, nos sorprende lo aburrido que parecen al hacerlo, pero no me hagáis caso.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS