Hace pocas semanas, publicamos unas imágenes espía de una versión del Audi R8 casi de carreras, pero con portamatrículas, que recorría el asfalto de Nürburgring durante sus últimas pruebas. Finalmente, hemos podido conocer de qué modelo se trataba exactamente, y ABT Sportsline se ha revelado como el director de orquesta de este superdeportivo de competición, denominado ABT XGT.
Finalmente, la versión empleada para esta exclusiva creación es el Audi R8 LMS GT2, un coche de carreras-cliente del fabricante de Ingolstadt, construido sobre la base de la versión spyder del modelo deportivo, que agota sus últimos momentos a la venta. Esta plataforma conlleva un chasis de aluminio y CFRP —polímero reforzado con fibra de carbono—, con una carrocería compuesta de paneles que también recurren al CFRP.
A simple vista, es difícil señalar diferencias entre el automóvil que sale de la planta de producción de la marca de los cuatro aros y este ABT XGT. En su carrocería comparten muchos elementos, como los faldones laterales, el splitter delantero o el difusor trasero. Incluso la toma de aire en la parte posterior del techo también está presente en el Audi R8 LMS GT2. La mayor parte de estas piezas, incluido el mencionado techo, están fabricadas en CFRP. También visibles desde su exterior, se han añadido nuevas llantas, con anclaje monotuerca y diámetros de 19 y 20 pulgadas, para las ruedas delanteras y traseras, respectivamente, que montan neumáticos Pirelli P Zero Trofeo R. A la hora de buscar distinción, ABT Sportsline ofrecerá a los compradores de este modelo la posibilidad de combinar diferentes pinturas para su carrocería y sus llantas.
Las sensaciones en carretera, el comportamiento de su dirección y su aceleración no son comparables con las de ningún otro vehículo matriculable”, ha afirmado Frank Stippler, piloto participante en las pruebas del ABT XGT
Las mayores diferencias se sitúan de puertas para adentro. En su habitáculo, la condición de vehículo apto para las vías públicas ha provocado que se añadan comodidades que son inútiles en los circuitos, pero, en muchos casos, imprescindibles en carretera. Así, el ABT XGT cuenta con climatizador automático, freno de mano, ajustes eléctricos para los retrovisores exteriores y una cámara de visión trasera, que facilitará cualquier maniobra de marcha atrás. Además, aunque conserva numerosos botones en la consola central, la instrumentación también se ha civilizado.
No se puede decir lo mismo de su tren de propulsión, constituido por el motor de 10 cilindros en uve característico de este superdeportivo desde sus inicios en el mercado. Con 5,2 litros de cubicaje, entrega 640 CV de potencia máxima. Es la misma cifra que la versión de carreras sobre la que está construida —y, con 1.400 kg de masa, es solo 50 kg más pesado, con 1.400 kg—, con la que también comparte caja de cambios, una unidad de doble embrague y siete relaciones que envía la potencia a las ruedas traseras. Sobre sus prestaciones, solo sabemos que alcanza 310 km/h de velocidad punta. Por lo que respecta a su aceleración, más allá de cifras, está claro que, en un abrir y cerrar de ojos, podría estar circulando, partiendo de parado, a velocidades ilegales en cualquier carretera que no sea una autobahn.
Serán solo 99 unidades del ABT XGT las que saldrán de las instalaciones de esta compañía con sede en Kempten, en la región de Algovia, indisociable de la familia Abt y de los modelos del Grupo Volkswagen, especialmente Audi. Cada vez que un ejemplar sea asignado a un nuevo dueño, ABT Sportsline facturará 598.000 euros. Aunque no se trata de un proyecto oficial de la marca, se nos ocurren pocas formas mejores de iniciar la despedida del Audi R8, que en Norteamérica ya ha dejado de estar disponible para su venta, y pronto hará lo mismo en Europa.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS