Durante casi seis décadas, el Porsche 911 ha exhibido el escudo del fabricante con sede en Zuffenhausen por casi todos los circuitos del planeta, además de poner los dientes largos a los transeúntes que los pueden observar circulando por las carreteras. También hemos podido ver algunos ejemplares del “mito” explorando las posibilidades fuera del asfalto del modelo, con su participación en infinidad de ralis en todo el mundo, y que llegó a proclamarse vencedor incluso del Rally Dakar en 1984, con René Metge a bordo de un Porsche 911 4×4.
La noticia que os traemos hoy sitúa al nueveonce en un nuevo escenario, si es que quedaba algún lugar por conquistar para el baluarte del todo atrás. Y es que dos unidades del modelo, consecuentemente preparadas para el desafío, han ascendido los algo más de seis mil metros de altitud del volcán a mayor altitud del planeta, conocido como Ojos del Salado, en Chile. La expedición, liderada por el piloto Romain Dumas, quien con su empresa, Romain Dumas Motorsport, colaboró en la puesta a punto de los dos Porsche 911 trasladados al continente sudamericano, hubo de atravesar glaciares y enfrentarse a temperaturas de hasta 30 °C negativos.
En cuanto a los modelos empleados, son dos Porche 911 “typ 992” Carrera 4S. Conservan el motor de serie, un seis cilindros bóxer turboalimentado que desarrolla 450 CV. La elección de un motor turbo es un asunto de importancia, tratándose de una expedición que pretende llevar a estos vehículos a seis mil metros de altitud, donde un propulsor atmosférico vería su rendimiento muy reducido debido a la menor presencia de oxígeno en el aire. Nada sabemos acerca de la posible adaptación de estos turbocompresores a la tarea encomendada, puesto que la ascensión exigiría que estos girasen a mayor velocidad para obtener una presión equivalente a la que se genera al nivel del mar.
Esto ha sido realmente memorable y un momento especial en un lugar que es a la vez precioso y brutal. ¡Imagino que las únicas máquinas a mayor altitud que nosotros en aquel momento eran aviones! Para el equipo y el coche fue un asunto de aprendizaje. Y, de manera inesperada, el coche se mostró resistente y a la vez manejable”, dijo Romain Dumas
También mantienen la caja de cambios de serie, automática de siete velocidades, aunque con unas relaciones de cambio más cortas para facilitar la gestión del acelerador a las bajas velocidades que exigían los tramos más complejos de la travesía. Pero, como decimos, el desafío exigía algunas modificaciones más para garantizar su éxito. Para empezar, en su interior se añadieron jaulas antivuelco, asientos de fibra de carbono y arneses de seguridad. En cuanto al exterior, y para mejorar las aptitudes todoterreno de estos deportivos, se añadió una protección de los bajos fabricada mediante fibras de aramida –material de alta resistencia a cuya familia pertenece el metonímico kevlar–, para así minimizar las consecuencias de los impactos con las rocas del terreno. Aunque no resulta sencillo que los nueveonce trasladados a Chile “rasquen” con los bajos la superficie, puesto que se integraron ejes pórticos con los que poder elevar la altura libre al suelo hasta los 350 mm.
Evidentemente, también montan neumáticos M+S –todoterreno–, para cuya integración se hubo de diseñar una carrocería modificada que pudiera alojar estas ruedas de 310 mm de ancho. El sistema de refrigeración fue resituado en un punto superior del vehículo, con la intención de preservar su integridad ante cualquier impacto, y se implementaron diferenciales con bloqueo de accionamiento manual, además de un sistema de dirección por cable.
Por otro lado, los Porsche 911 que formaron parte de esta aventura montaban un sistema conocido como Porsche Warp-Connecter, que fue diseñado inicialmente para su uso en competición. Grosso modo, este sistema forma una unión mecánica entre las cuatro ruedas del vehículo para permitir una carga constante de cada uno de los neumáticos, con independencia de las fuerzas experimentadas por la carrocería, lo cual ofrece resultados positivos en cuanto a tracción.
Hace unos treinta años, un equipo de ingenieros de Porsche incluyeron la tracción total en un 911 solo para responder a la pregunta: ¿y si…? Y me siento orgulloso de que esta curiosidad natural y la motivación por parte de los ingenieros para explorar los límites, para probar nuevas ideas y, sobre todo, para inspirar, esté viva y coleando”, ha comentado Frank-Steffen Walliser, flamante vicepresidente del departamento encargado del desarrollo de todos los vehículos de Porsche AG
Como cualquier vehículo de aventura que se precie, los Porsche 911 participantes en la expedición llevaban en la parte frontal un cabrestante. En cuanto a la decoración, uno de los modelos estaba pintado con un esquema de colores elaborado por el departamento de diseño de la marca, con sede en Weissach, mientras que el otro replicaba la librea que veremos en el Porsche 963 LMDh que entrará en competición esta próxima temporada.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS