Hace tiempo que BMW separó sus series en función del posicionamiento, las impares con un carácter más generalista, las pares para clientes más específicos. La Serie 2 es en cierto modo una excepción. Por un lado, están los Serie 2 Coupé y Cabrio (antaño Serie 1 Coupé y Cabrio) de propulsión trasera/tracción total. Por otro lado, los Serie 2 Active/Gran Tourer de tracción delantera/tracción total basados en la plataforma MINI, Unterklasse (subclase en alemán).

En noviembre se presentará una nueva carrocería, la Gran Coupé, también basada en plataforma UKL. El resto de los Gran Coupé son todos de propulsión trasera o tracción total, y vienen a ser berlinas más espaciosas de lo normal. En cierto modo será la versión más espaciosa del Serie 1 Sedán, que no se comercializa en Europa, pero sí en China o Méjico, donde ya tiene tracción delantera. No llegará al mercado en menos de un año natural.

BMW ha orientado ese modelo a “un público moderno y urbano”, es decir, gente que no prioriza las cuestiones puristas de chasis, sino la conectividad, la personalización, la tecnología… y lo de menos es qué ruedas mueven el coche ni el número de cilindros. Siguen siendo BMW, pero son, como su propio nombre interno indica, subclases. El BMW Serie 2 Gran Coupé buscará arañar ventas en un segmento compacto cada vez más saturado de oferta, especialmente por Mercedes-Benz y Audi, con distintas carrocerías.

Ojo a esta perla del comunicado: “La fabricación será con el nuevo desarrollo de BMW con tracción a las ruedas delanteras compartiendo multitud de desarrollos tecnológicos del nuevo BMW Serie 1, el cual será presento a lo largo del 2019.” Esto despeja definitivamente las dudas de que la próxima Serie 1 abandonará la propulsión trasera, la seña de identidad de esta clase compacta respecto al resto del mercado. Todos los oponentes de la Serie 1 son de tracción delantera.

Por lo tanto, este año conoceremos tanto a la nueva Serie 1 como a la ampliación de la Serie 2. La pregunta del millón es ¿qué pasará con el coupé y el cabrio cuando sean reemplazados? La gama F22 se basa en una plataforma de propulsión trasera que perderá las ventajas de economía de escala al perderse el Serie 1 generalista F20. Dado que su volumen es relativamente bajo, salvo enorme sorpresa, los sucesores del coupé y del cabrio serán también de tracción delantera, por lo que en torno a un par de años todos los compactos de BMW serán ya de tracción delantera.

Se habrá consumado así un proceso por el cual los clientes que tienen menor poder adquisitivo se podrán comprar un subtipo de BMW, y los que puedan gastarse más de 30.000 euros ya podrán acceder a un BMW de propulsión trasera, con su motor longitudinal y una dinámica claramente mejor (para el que sepa o pueda apreciarlo). Consumado dicho proceso, BMW habrá perdido un importante carácter diferenciador sobre las demás marcas Premium, que bien por coherencia o por sinergias industriales habían adoptado ya la tracción delantera para sus clases compactas por diversas razones: menor exigencia al volante, más espacio, menor coste de fabricación, etc.