Así es como Chevy preparó su NASCAR V8 para soportar las 24 Horas de Le Mans

Así es como Chevy preparó su NASCAR V8 para soportar las 24 Horas de Le Mans

Requirió menos preparación de lo que cabría esperar


Tiempo de lectura: 3 min.

Las 24 Horas de Le Mans son una carrera agotadora que aplasta a los participantes más débiles, independientemente de si llueve lo suficiente como para hacer que más de uno acabe fuera de la carrera. Pero el coche presentado por Garage 56, el Chevrolet Camaro ZL1 de la NASCAR, no fue uno de ellos, ya que cruzó la línea de meta en buena forma a las 24 horas. Es probablemente la carrera más dura que el chasis de NASCAR de la nueva generación de esta disciplina jamás terminará, vamos a ver como Chevy preparó su NASCAR V8 para soportar las 24 Horas de Le Mans.

Russ O’Blenes, director de rendimiento y motorizaciones de carreras de GM, ha mostrado todo lo que ha sido necesario para que el coche de NASCAR sobreviviese a la dura cita europea. O’Blenes le dijo a Racer que el R07 V8 de bloque pequeño basado en Chevy, con el objetivo de realizar casi cinco veces la distancia de las 500 Millas de Daytona, requería solo una ligera modificación para Le Mans. El motor de varillas de empuje de dos válvulas y 5,9 litros recibió ajustes que en su mayoría equivalen a bajar el rango de revoluciones para ganar en fiabilidad, y también se procedió a la eliminación de la placa restrictora que requiere NASCAR.

Realmente, eso es todo, a partir de ahí GM y sus socios simularon solamente con el motor todo el fin de semana de Le Mans en el banco de pruebas, lo que significa un total de 30 horas entre la práctica, la calificación y la carrera, con todos los ciclos de enfriamiento y calentamiento que ello implica. Luego, repitieron la prueba usando todo el tren motriz en otro dinamómetro durante otras 30 horas con los mismos ciclos. Una vez se comprobó que el motor cumplían con lo requerido, se instaló en un chasis de la nueva generación de NASCAR vestido con una carrocería de Camaro.

Garage 56 Camaro V8(2)

A todo ello se configuró el chasis para afrontar el circuito de La Sarthe, se instaló una transmisión secuencial, se configuró una aerodinámica más agresiva y se eliminó peso allá donde se pudo. El Camaro terminó clasificándose en el puesto 37, por delante de todos los GTE, y terminó en el puesto 39, el segundo más bajo de todos los autos en terminar la carrera. No fue una entrada competitiva, solo una exhibición, ya que no se atenía a ningún reglamento.

No hay trofeos, solo una excusa para enviar un stock car de la NASCAR a Le Mans por primera vez en casi medio siglo, sin mencionar la oportunidad de presumir de la robustez del Camaro. Comparar, en términos competitivos, el rendimiento de un coche que no se ha ceñido a ningún reglamento carece de sentido. En ese sentido, Ford ya dio el primer paso, presentando un GT3 para la próxima temporada. Pero jugando a imaginar posibles exhibiciones, ¿a quién no le gustaría ver un Porsche 919 Hybrid Evo sin ningún tipo de limitación participar? ¿O quizá sea mejor dar rienda suelta a un Lamborghini Huracán GT3 Evo 2 para ver de lo que es capaz?

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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