Un loco se hizo un kart con motor a reacción

Un loco se hizo un kart con motor a reacción

Un Youtuber ha sido el artífice de tal azaña


Tiempo de lectura: 3 min.

He de reconocer que cuando descubrí lo que era un swap, comencé a fantasear con posibilidades que jamás había tenido en cuenta. Esto culminó cuando le realizamos un swap al MX-5 de un amigo, la sensación al conseguir que todo funcionase fue indescriptible. Un swap, para quien no lo sepa, es cambiar el motor de un coche por otro distinto, aunque no sea de la misma marca, aunque cambies de un cuatro cilindros a un V6. De lo que nosotros hicimos a este loco que se hizo un kart con motor a reacción hay un paso muy grande, y, sobre todo, aburrimiento.

El YouTuber Matt Mikka, del canal Warped Perception, construirse él mismo un kart con un motor a reacción, sin ninguna razón aparente. Viendo que el video tiene 6,3 millones de visitas, Mikka conoce a la audiencia, incluso teniendo en cuenta los 1,33 millones de subscriptores, ha sabido dar en ese punto entre locura y genialidad que muchos buscan. Si bien puede ser uno de los pocos que lo hizo, es interesante analizar el funcionamiento del experimento. La turbina en este kart no “impulsa” las ruedas como lo haría un motor de explosión, debido a que el motor a reacción funciona más como un mecanismo de empuje a chorro.kart a reacción(2)

El motor a reacción da suficiente impulso para que las ruedas rueden, lo que permite que la propulsión continúe a altas velocidades. Mikka primero quitó el motor y la cadena del eje, eliminando así cualquier resistencia a la rodadura, además de peso. Dado que puso un motor a reacción, tenía sentido porque también permitió que el kart se detuviera mucho más rápido, lo cual no viene mal cuando hay más potencia que gestionar. También fabricó un soporte para la turbina a reacción y luego soldó un marco de soporte resistente para el mismo, diseñando la estructura digitalmente.

Una vez construido, el YouTuber está orgulloso del resultado y le encanta el hecho de que su kart impulsado por turbina también sea bastante ligero. Naturalmente, funciona con combustible para aviones y, en el caso de Mikka, son dos galones –7,52 litros– de hidrojet-A de color blanco lechoso, que es 80 por ciento de combustible para aviones y 20 por ciento de agua. Curiosamente, el combustible para aviones para vuelos comerciales no tiene agua, ya que las temperaturas más bajas a grandes altitudes pueden provocar que el agua se sobreenfríe y se congele, bloqueando la entrada de combustible. Este kart aún no vuela, por lo que el combustible mezclado con agua no es un problema.

En un alarde de instaurar la electrónica en su nuevo kart, pegó su GPS Garmin al volante para saber la velocidad máxima del vehículo, es gracioso cómo tras diseñar un soporte digitalmente e instalar una turbina de avión, ha pegado el gps al volante. Mikka parecía entusiasmado con la construcción y su capacidad para moverse, pero los fanáticos se sienten un poco molestos por la velocidad máxima, ya que Mikka no la mostró. Parecía bastante rápido, pero los fanáticos querían saber la velocidad máxima, quizá en un episodio futuro.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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