Coche del día: Opel Corsa 1.4 Easytronic Sport (C)

Coche del día: Opel Corsa 1.4 Easytronic Sport (C)

Un pequeño automatizado y voluntarioso vestido de sport


Tiempo de lectura: 6 min.

Nuestro protagonista de hoy, el Opel Corsa 1.4 Easytronic Sport, salió al mercado en el año 2004. En esta época representaba un concepto algo extraño y curioso, poco habitual, que era la asociación de un coche pequeño con motor pequeño y caja de cambios automática. En tiempos anteriores este tipo de cambio se montaba en coches de segmentos más altos, pero el avance en tecnología, la creciente demanda y por ende la reducción de costes hizo posible esta combinación.

El cambio de imagen experimentado respecto a la edición existente del 2000 le sentó muy bien al pequeño Corsa. En su frontal destacaban sus nuevos faros elipsoidales con diseño tridimensional, su paragolpes perfectamente integrado con la carrocería -pintado en el mismo color, al igual que el trasero-, y la parrilla cromada. Su aspecto Sport se acentuaba con sus aletines y faldones negros, bien rematado por unas bonitas llantas de aleación de 15 pulgadas.

A nivel interior Opel se lo curró bastante para dotarle también de un gran atractivo, y lo consiguieron: detalles en aluminio pulido en el freno de mano, palanca de cambios y en la consola central, asientos deportivos, volante forrado en piel o el cuadro de mandos con el fondo de los relojes en color blanco. El volante era algo grande para las dimensiones del coche pero con buen tacto; los asientos delanteros ofrecían una buena sujeción lateral, y se dispuso un amplio y cómodo apoyo para el pie izquierdo, pues era para lo único que se iba a utilizar.

Opel Corsa

Interior del Opel Corsa C (versión con cambio manual)

En ergonomía criticar si acaso la posición de la palanca de cambios, situada en una posición muy baja y retrasada. El resto de los mandos se encontraban situados a mano, con un manejo sencillo e intuitivo. Los pasajeros traseros no iban sobrados de espacio, entraban justitos, y su acceso no resultaba excesivamente complicado. Este asiento trasero contaba con un respaldo de dos posiciones, aparte de poderse abatir de manera asimétrica, variando la capacidad de su maletero entre los 260-650 litros.

A nivel mecánico equipaba el motor 1.4 de la familia ECOTEC, que tan buenos resultados le ha dado a Opel. En este caso concreto estaba dotado de la tecnología Twinport (puertos gemelos), que se basaba en la utilización de cuatro válvulas por cilindro, reduciendo la pérdida por aceleración propia de los motores de gasolina. Se conseguía un importante ahorro de combustible a través de la utilización de un colector de admisión variable combinado con una gran cantidad de recirculación de los gases de escape, controlado por la válvula EGR.

En la práctica suponía un ahorro del 23 % de combustible -1,7 l /100 km- respecto a la versión anterior del mismo motor y caja de cambios automática de cuatro velocidades

Cuando el motor funcionaba a una carga parcial, recibía un 25 % adicional de la mezcla aire/combustible formada por gases quemados provenientes del escape, que se reciclaban introduciéndose en la mezcla. Las ventajas de esta tecnología se obtenían manteniendo el sistema de inyección de combustible en el colector, complementado con el control de las emisiones mediante un catalizador de tres vías. Todo ello reducía la complejidad técnica, con su consecuente reducción de costes para el cliente.

Motor Opel 1.4 ECOTEC

Motor Opel 1.4 ECOTEC

Este compacto motor, de 1.364 cm3, de cuatro cilindros y 16 válvulas en posición delantera transversal entregaba 90 CV a 5.600 RPM y un par máximo de 125 Nm a 4.000 RPM. El bloque estaba fabricado en fundición de hierro y la culata en aluminio. La distribución contaba con dos árboles de levas en la culata y la alimentación por inyección indirecta multipunto.

Este motor 1.4 era muy voluntarioso, subiendo de vueltas de forma rápida, de manera que no resultaba difícil alcanzar la zona roja del cuentavueltas, situada a 6.000 RPM

Sus prestaciones básicas eran una velocidad punta de 177 km/h, dedicando algo más de 12 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado, y un consumo medio homologado de 5,7 l /100 km. La pena estaba en los desarrollos elegidos para la caja de cambios, con unas tres primeras marchas bien escalonadas que invitaban a apurar el motor hasta el corte de la alimentación. La cuarta y la quinta pecaban de unos desarrollos muy largos, lastrando las recuperaciones. Ello obligaba a reducir de marcha de manera frecuente.

Como muchos cambios automáticos, realizar maniobras de precisión como, por ejemplo aparcar, requería una concentración innecesaria con un cambio manual, pudiendo jugar con el embrague de forma muy precisa. En el caso concreto del Corsa, este resultaba bastante brusco, cabeceando el coche más de la cuenta, en modo automático. Por suerte teníamos la opción secuencial, que permitía llevar el motor más alto de vueltas y con unos cambios de marcha menos bruscos.

Se podía reducir de marcha en modo secuencial dando un pequeño toque al acelerador para igualar las vueltas del motor con las de cambio (como un doble embrague en versión manual), reduciendo así la brusquedad del acoplamiento. Para subir de marcha lo ideal era reducir un poco la presión del acelerador justo en el momento de cambiar (como hacemos con un cambio manual). Todas estas maniobras requerían una cierta práctica y nivel de atención, con lo que se eliminaba una de las ventajas del cambio automático: la comodidad.

Lo más innovador era su cambio automático Easytronic, que realmente era un cambio manual robotizado con su embrague y piñonería, en el que los movimientos físicos del mismo eran realizados por unos motores eléctricos

A nivel dinámico se consiguió controlar la trasera, que iba mejor sujeta al suelo -respecto a la versión anterior-; en su contra se acentuó su carácter subvirador. Las duras suspensiones de esta versión Sport (McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás), con unos neumáticos de medidas 185/55 R15, y una dirección muy directa lo convertían en un coche muy ágil y divertido de conducir. Contaba con barra estabilizadora en ambos ejes. En el capítulo de frenos se conformaba con discos delante y unos sencillos tambores detrás.

En suelo seco y llegando al límite a una curva avisaba con tiempo antes de continuar en línea recta, corrigiéndose con facilidad tan solo con cortar un poco el gas y cerrando más el giro del volante. En suelo mojado se cambiaban las tornas, pues el ABS se activaba con facilidad, se volvía más subvirador, y a la salida de las curvas era fácil que perdiese motricidad y abriese el giro más de lo deseable.

En resumen, esta versión del pequeño Corsa mejoró su comportamiento en seco, quedando deslucida la deportividad de su línea a causa de un cambio automático brusco y con sus dos últimas marchas muuuy largas, aunque equilibrado por su buen comportamiento en las tres primeras, y mejor en modo secuencial. Su precio era de unos 19.000 euros a fecha de hoy.

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Sobre mí

Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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Saúl
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Saúl

Que el cambio automático no estuviese muy extendido no significa que fuese extraño o curioso porque automaticos en el segmento ha habido antes como el Ibiza, el Clio, 205 y el propio Corsa B lo tuvo. En cuanto al espacio, siempre habia escuchado que el Corsa C era de los amplios del segmento, asi que si en este entraban justitos en un 206 o Clio…

Javier Costas
Suscriptor

Sí, automáticos en el segmento B había, pero eran muy poco frecuentes y las opciones para elegir eran totalmente mínimas. Ahora hay fabricantes que te ofrecen casi cualquier versión automática, salvo los más tiesos de motor, y eso antes era simplemente inconcebible. Antes se compraba un automático quien lo necesitaba, y ahora lo hace casi cualquiera. Hay una enorme diferencia.


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