El Maserati Quattroporte es uno de los modelos más longevos de la firma italiana, además de uno de los más famosos. Inició su andadura en 1963 como un sedán de muy alto standing y elevadas prestaciones, que también inauguró un segmento donde apenas había rivales. Segmento, por cierto, que hoy se encuentra abarrotado de modelos de auténtico infarto, incluido el propio Maserati Quattroporte (M156).
Las seis generaciones del Maserati Quattroporte han sido un claro ejemplo de las diferentes etapas que ha tenido la marca. La primera generación nació en solitario, cuando Maserati funcionaba en solitario y sin depender de nadie. La segunda generación, una de las menos italianas, apareció con la firma italiana bajo control de Citroën que usó la base del Citroën SM para darle vida. Sin embargo, fue la que instauró las formas básicas del resto de generaciones que vendrían después, caracterizadas por líneas rectas.
Ya, en 1979, llegó la tercera generación del sedán italiano, esta vez de la mano de Alejandro de Tomaso, que recurrió a Ghia y a Vignale para su diseño. Pero, en 1994, la cuarta generación del Maserati Quattroporte sufrió una transformación notoria y llegó como uno de los primeros automóviles que la marca creaba integrada en el Grupo Fiat. Estos se hicieron con la marca del tridente un año antes, cuando Alejandro de Tomaso les vendió la compañía y usaron el modelo para dar comienzo a una nueva era para los deportivos italianos.
El Maserati Quattroporte, en ese momento, se volvió más agresivo, bastante más deportivo de lo que había sido hasta ahora y, además, también se volvió mucho más esbelto y agraciado. El encargo de darle forma fue nada menos que el gran Marcello Gandini, responsable, entre otras cosas, de diseñar el Lamborghini Miura y el Lamborghini Countach.
Gandini dibujó un coche que seguía recurriendo a líneas rectas y ángulos, pero con una marcada línea en cuña y unas superficies lisas y sobrias que incluso hoy resultan totalmente vigentes, añadiendo cuatro detalles como una firma lumínica característica del modelo, tan de moda en todas las marcas, así como algunos detalles interiores que se centrarían básicamente en montar una pantalla en el centro del salpicadero.
La cuarta generación del Maserati Quattroporte era más pequeña que la anterior, pero también más aerodinámico y por supuesto, más potente. Fiat quería reverdecer la deportividad de Maserati e intentar que regresara a sus antiguos éxitos, siendo el sedán “Cuatropuertas” el coche que inició con esa nueva era que les ha traído hasta nuestro días, aunque lo hizo en dos etapas bien diferenciadas. Primero, fue de la mano de Fiat, para luego pasar a estar bajo el control de Ferrari.
Bajo el manto de Fiat, el Maserati Quattroporte tenía un bloque 2.8 V6 biturbo con 284 CV. También hubo una versión con motor más pequeño, un 2 litros, capaz de entregar 283 CV. Fue una variante para el mercado italiano, muy común entre sus marcas, para aprovecharse del sistema fiscal del país latino, más benévolo con sus dueños. Era un coche realmente ligero, incluso más ligero que modelos actuales, marcando en báscula 1.543 kilos (el Maserati Quattroporte actual supera los 1.900 kilos y a modo comparativo, un Ferrari F8 Tributo pesa 1.510 kilos). En 1996 se añadió el motor V8 3.2, que elevaba la potencia hasta los 335 CV.
En 1997, Ferrari se hizo con el control de Maserati al comprar gran parte del accionariado de la compañía. Lo primero que hizo fue cerrar la fábrica para realizar importantes remodelaciones y, aprovechando el parón de la producción, también se remodeló al Maserati Quattroporte. El objetivo principal era subsanar los problemas de fiabilidad que iba arrastrando el modelo para lo que hizo falta rediseñar y revisar al menos la mitad de los componentes. También se renovaron los procesos de fabricación y de control de calidad.
Las nuevas medidas, bajo su nuevo “jefe”, dieron como resultado el Maserati Quattroporte Evoluzione, presentado en 1998. Las mecánicas disponibles eran las mismas, pero era bastante mejor en todo lo demás. Junto a él, también se puso en circulación el Maserati 3200 GT con aquellos característicos faros en forma de bumerán, que fueron sustituidos en un restyling porque no gustaron en Estados Unidos.
Solo se fabricaron 2.400 unidades del Maserati Quattroporte de cuarta generación, y en el año 2001 dejó su lugar al Maserati Quattroporte diseñado por Pininfarina. Una nueva muestra del cambio dado por la propia compañía, que se adentraba todavía más en el lujo, aumentando la calidad de fabricación y por supuesto, las prestaciones.
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Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Lo tenía un vecino en el jardín de su casa, y cada vez que pasaba por su puerta, no podía dejar pasar la oportunidad de echarle un ojo, y embelesarme con su preciosa carrocería. Me parece una obra de arte, atemporal, de lineas proporcionadas, de detalles muy cuidados…precioso! Ya el siguiente, realizado por el lápiz de Pininfarina lo pude ver en una presentación en vivo en la propia ciudad de Módena; pero esa es otra historia.