“Representa la visión de diseño de Hyundai para el futuro sostenible”, define la firma surcoreana a su, de momento, concept car. “Cómo debería ser un coche de alto rendimiento en el futuro”, añade. Su atemporalidad está a la vista y su aspecto, que lo ha heredado del pasado de la firma, no deja de tener, en efecto, rasgos propios de un modelo del mañana, pero apelando al retrofuturismo, lo que lo hace distintivo, lo que hace que genere expectativas hacia su posible ciclo de producción, además de los dones que genera su esquema de propulsión.
El N Vision 74 es un Hyundai retrofuturista porque el Pony Concept Coupé, el que lo ha inspirado, lo era. Su nombre es más que la referencia a la presentación del Pony en el Salón de Turín de 1974. Con su nombre, Hyundai retoma el legado. Un concepto clásico que supo ser objeto de ingeniería inversa, que tuvo su injerencia en los modelos de producción inmediatamente posteriores a su revelación y que, con su esperado descendiente, busca la fabricación en serie que no tuvo. Claro que, a diferencia de aquel que apareciera 50 años atrás, el N Vision 74 nos ofrece una estética que responde a sus altas prestaciones, a su espíritu de circuito. Entonces tenemos un biplaza aerodinámico equipado hasta la médula.
Obviando toda su tecnología de avanzada y su propulsión de pila de combustible, el N Vision 74 es un Hyundai creado bajo los estándares actuales –por ejemplo, mientras en el Pony Concept había ópticas físicas, en la reinterpretada parrilla del Vision, las luces se presentan en píxeles, un recurso que se repite en conceptos contemporáneos como el Vision One-Eleven de Mercedes-Benz–, pero con una apariencia que hace que lo podamos ubicar en la escena automotriz de unos 30 ó 40 años atrás sin que desentone en absoluto. Sin embargo, esto puede ser relativo, dependiendo de lo que llamaría su finalidad dual: Alto rendimiento y eficiencia. Su aerodinámica bien podría considerarse una oda al deporte de motor de antaño, pero no deja de significar un factor clave en su autonomía de 600 km.
Me interesa detenerme en la zona baja. Destaco la sección del faldón lateral que anticipa las ruedas traseras y acompaña la influencia geométrica de los conductos de refrigeración hacia las ruedas –235 kW de potencia en cada una–, los frenos y los dos motores eléctricos. En la zaga, el difusor marca la diferencia en todo aspecto. Además de su funcionalidad, en lo estético –junto a las tazas de las ruedas y el alerón en su totalidad (en especial los endplates), otro detalle que merece la pena atender–, es de los elementos más retrofuturistas, mientras que en proporciones parece insertarse de buena manera debajo del paragolpes.
Consideraciones finales
Ante los recientes rumores acerca de que el proyecto N Vision 74 habría sido cancelado y declaraciones oficiales que no cierran la puerta a su producción limitada, sería un despropósito que este eléctrico corriera la misma suerte de aquel concepto en que se inspira. Además, coches de su tipo son necesarios en tiempos en que los diseños se ven condicionados por las propulsiones, los costos y demás factores, así no tenga futuro de fabricación en masa si es que llega a las concesionarias. La firma surcoreana podría haber apostado a una reinterpretación lejana a aquel Pony Concept Coupé que lo liberara de sus elementos aerodinámicos. En lugar de ello, eligió ser lo más leal posible a aquel que marcara el camino 50 años atrás. El resultado es un coche que promete en pista. La moda de lo retro en los automóviles no es ninguna novedad, pero esta propuesta de Hyundai la enaltece y la justifica.
Redaccion
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