Coche del día: Fiat Tipo 2.0 i.e.16V

Coche del día: Fiat Tipo 2.0 i.e.16V

Un tipo muy divertido de conducir


Tiempo de lectura: 3 min.

Dando unos trazos generales del Fiat Tipo podríamos decir que presentaba una carrocería de trazos rectos pero suavizados, de forma que la primera impresión fuera la de un coche robusto sin aristas. Fue la primera carrocería en acero galvanizado en un intento de terminar con los problemas de oxidación temprana. Fiat realizó un estudio profundo en cuestión de desarrollo aerodinámico y del uso de materiales ligeros, como la fibra de vidrio en el portón trasero con el objetivo de reducir peso y consumo.

Es en el uso de una nueva plataforma donde fue realmente innovador el Tipo, pues creó la primera plataforma modular en Europa. Se caracterizó por su gran rigidez y estabilidad, siendo utilizada en modelos tan variados como los Fiat Tempra, Marea, Bravo, Brava, Coupé, a los Lancia Delta, Dedra o a los Alfa Romeo 145, 146, 155, Spider y GT

Veamos esta versión en concreto, el Fiat Tipo 2.0 i.e.16V. Este modelo suena mejor en italiano (sedici valvoli, dieciséis válvulas) recibió una versión diferente del motor de dos litros catalizado que llevaba el Lancia Thema. Respecto al 1.8 litros suponía una ganancia muy pequeña, pero sirvió para compensar la pérdida que suponía el catalizador. No se podía considerar un deportivo puro, era simplemente un coche rápido y no destacaba en ningún aspecto (excepto los frenos).

Era un coche claramente subvirador tanto en carreteras lentas a la entrada de la curva como en carreteras medias y rápidas una vez que el coche estaba apoyado; su comportamiento no era eficaz pero sí progresivo. Este modelo llevaba una amortiguación específica con unos muelles más duros.

Exteriormente era muy aparatoso en cuanto a elementos aerodinámicos: llevaba unos llamativos estribos laterales con la denominación 2.0/16 válvole en color rojo y un generoso spoiler trasero, vamos, una pinta ligeramente macarrilla al estilo de los años 90.

Como hemos comentado anteriormente, su equipo de frenos era muy potente, con cuatro discos y ventilados los delanteros; sus distancias de frenada eran de 59,5 m a 120 km/h y de 79,7 m a 140 km/h, y destacaba más aún por su dosificación, tacto y resistencia que los hacía infatigables incluso realizando una conducción agresiva.

A pesar de ir cortito de neumáticos -185 de sección- y un desfavorable reparto de pesos -65% en el eje delantero y 35% en el eje trasero- y su comportamiento subvirador en conducción deportiva, sobre todo en carreteras viradas sus reacciones eran nobles, resultaba difícil hacerle perder la compostura y cuando lo hacía respondía sin reacciones bruscas y era totalmente controlable.

A nivel interior era muy habitable, tan solo estaba penalizado por un asiento de conductor muy alto y los más bajitos tenían que subirlo aún más para acercarse al volante. La alta sonoridad debida a unos desarrollos muy cortos tampoco beneficiaban el confort ni al consumo, que era bastante elevado cuando se pisaba con alegría el acelerador, y hablando de este, era de un gran tamaño y facilitaba la maniobra punta-tacón.

Su potencia real superaba los 144 CV A 6.500 RPM y un par motor de 175 Nm a 4.250 RPM, una velocidad máxima de 204 km/h y un consumo de 13,5 litros por ciudad y 10,5 por autopista. Había que pensar el pisar el acelerador si no querías vaciar la cartera. Sin duda, un Tipo con mucho espíritu RACER.

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Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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