Fue el rey Gustavo VI Adolfo de Suecia quien abrió en 1964 la planta de Volvo en Torslanda, Suecia. A finales de 1976, habían salido más de 3 millones de coches de la fábrica, sin duda ayudado por la introducción de la saga Volvo 240 dos años antes. Tal vez su diseño no despertase pasiones, pero el paso del tiempo les ha conferido cierto encanto nostálgico.
Por demanda popular, estos modelos se mantuvieron en producción durante 19 años, y aunque también se construyeron multitud de factorías por el mundo (Australia, Bélgica, Canadá, Italia, Malasia, Singapur y Tailandia), el número 2.862.573, el último Volvo 240, salió en primavera de 1993 del mismo lugar que la primera unidad. Se fabricó en carrocería coupé de tres volúmenes, berlina y familiar, con oferta diésel y gasolina de hasta 140 CV.
Los propulsores diésel venían de Volkswagen, un 2.4 y un 2.0 de seis y cinco cilindros en línea, respectivamente. No tenían turbo, y el más potente alcanzaba unos respetables 82 CV de 1979
Para celebrar este hito, el 5 de mayo de 1993, Volvo organizó una ceremonia especial junto a la línea de montaje del modelo con el lema “Los últimos 240 y los mejores”. El CEO de la marca del momento, Pehr G. Gyllenhammar, entregó las llaves de un 245L a una mujer del mercado local, el último de un de coche que se ha ganado su hueco en la historia de la automoción. Volvo pasó página y centró sus esfuerzos en el 850 (y el fantástico 850 T-5R).
Pero detrás de las cámaras (o delante, según se mire), en Torslanda construyeron un último Volvo 240 Station Wagon, solo para agradecer a sus empleados el trabajo bien hecho durante tantos años. Y de una manera divertida. Parece casi un coche de juguete: un familiar de dos puertas con batalla recortada. Su amplio maletero y hueco para dos ocupantes, en combinación con la escasa distancia entre ejes, lo harían un vehículo competente en la línea de montaje. Lo podéis ver en portada.
En contrapartida, porque de casi tres millones de ejemplares no todos ibas a ser iguales, la casa nórdica presentó en 1978 el Volvo 245 Transfer. Este familiar de siete plazas era 73 centímetros más largo del ya de por sí aceptable 245. Con 5,61 metros de longitud, el Volvo 245 Transfer fue muy popular entre los hospitales como base de ambulancia. Algunos fueron transformados como vehículos de bomberos o taxi, aunque otros pocos se mantuvieron como la elección de grandes familias.
Incluso para las necesidades más espaciosas, e inevitablemente más deprimentes, existió una versión fúnebre. Puesto en producción en 1979, el Volvo 245 Hearse se ofrecía como coche fúnebre ofrecido por la propia Volvo. A diferencia del muchos de los vehículos de misma disciplina, el 245 Hearse recibió algo más de un teñido de negro. La paleta de colores quedaba integrada además por el gris, el blanco y este curioso tono que se ve en el modelo de la foto. Es 70 centímetros más largo y 11 más alto que el modelo de partida.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Maravilloso el 240 tres puertas!