Algunas semanas atrás, caminando una tarde de domingo me encontré con un Ford Mustang de tercera generación y entonces lo tuve claro: es mejor toparse con modelos olvidados, no tan reconocidos –infravalorados, llámalo como quieras– del caballo americano. El fabricado entre finales de los años setenta y los comienzos de la década del ’90 reúne tal requisito. Ahora bien, un Mustang puede ser no tan reconocido, pero luego están los exóticos y peculiares como el denominado Ford Mustang Daytona 1979.
En el Mustang III, aquellas populares líneas de diseño de la primera década, tras una sutil transición vista en la segunda generación, se perdieron definitivamente, de manera que, a quien no conozca más allá del Mustang más clásico y famoso, le concedemos el beneficio de la duda resumida en la siguiente pregunta: “¿Es eso un Ford Mustang?”, te podrías preguntar al cruzarte uno de los años ochenta, tal vez con cierta sospecha, pero con incertidumbre al fin.
Entonces, ¿qué queda para el prototipo que aquí me convoca, influyente en esta tercera generación conocida como Fox Body, quizás el Mustang de diseño intencionalmente más europeo? El Ford Mustang Daytona 1979 fue toda una rareza sin propósito de producción, sino de experimentación y desarrollo en beneficio de los modelos a lanzar durante los años siguientes –desde el modelo 1981, el Mustang targa pasó a contar con la disposición T-Top en el techo, la misma que llevarían íconos de la década como el Toyota MR2–, un concept car concebido y presentado en los Salones de Nueva York, Detroit y Chicago de 1979, con el Mustang III ya lanzado.

El Ford Mustang Daytona 1979: El más “Ferrari” de los caballos americanos
En dichos encuentros norteamericanos y, acto seguido, en las carreras del Daytona International Speedway. Eso sí, el origen de su nombre no radica en el óvalo de Florida, no al menos directamente. Si el Mustang Fox Body fue el más europeo de los Mustang, este prototipo respetó la premisa. Observen el morro, la cubierta de los faros delanteros, para ser más exacto. ¿A qué modelo les recuerda? Una década antes, desde Maranello, el otro caballo más famoso de la industria había dado a conocer al Ferrari 365 GTB/4, el “Daytona”, cuya particularidad que serviría de inspiración al Mustang Daytona se dio en los primeros tres años de su ciclo.
Hasta el ’71, el 365 GTB/4 cubrió sus faros delanteros y los intermitentes laterales con una pieza de plexiglás, configuración que se reemplazó por los faros retráctiles para cumplir con nuevas normativas de Estados Unidos que entonces empezaron a prohibir el uso del plexiglás como cubierta de las ópticas. El cavallino, de lanzamiento al mercado motivado por la demanda norteamericana, cambió esta sección delantera, de manera tal que, así como se puede afirmar que el Ford Mustang Daytona 1979 es el Mustang más “Ferrari” de todos, el “Daytona” 365 GTB/4 es sin dudas uno de los Ferrari más estadounidenses. Devolución de gentilezas entre idiosincrasias y estilos de dos culturas distantes.
Cuenta la leyenda que Cars and Concepts, firma que materializó el prototipo por encargo de Ford, habría recibido la orden de realizar cinco ejemplares del Ford Mustang Daytona 1979. El valor material y simbólico de esta unidad aumenta desde el momento en que te enteras que este pintado de “Vivid Red Orange” –¡por qué no en “Rosso Corsa”!– fue el único en terminarse. Tras 20 años descansando en el Museo Henry Ford, en 2005 recibió una renovación, se cansó de obtener premios y distinciones y se puso a subasta en marzo pasado, a través de la casa Mecum.
Mauro Blanco
COMENTARIOS