Este modelo de la casa de Wolfsburgo, el Volkswagen Santana GX5, era una berlina media de corte clásico, de tres volúmenes y cuatro puertas. Su vocación fundamental era la de ser un coche familiar, ofreciendo al mismo tiempo una cierta dosis de representatividad. Su precio era de 2.563.043 pesetas en 1985, unos 45.000 euros de hoy. No resultaba barato, al igual que sus vehículos de hoy, con buenas calidades y equipamiento a un precio más bien abultado. En su larga lista de rivales teníamos al Renault 21 TXE, el Ford Sierra 2.0, Opel Ascona 2.0, tratados recientemente, el Alfa Romeo 75 2.0 o el Austin Montego 2.0 Estate.
Su diseño sólido podía pecar de ser demasiado sobrio, incluso algo anticuado en su época. Predominaban las líneas rectas, con una cintura baja -algo común a las berlinas del momento, al igual que el resto de coches-, que le otorgaba una gran superficie acristalada ofreciendo una gran luminosidad. Aun no se aplicaba el concepto de diseño 1/3 de cristal y 2/3 de chapa. Era la versión de cuatro puertas de la segunda generación del Passat.
Desde 1985 solo se siguió llamando Santana a nivel europeo en España, y se fabricó en la Zona Franca de Barcelona por SEAT
Sus dimensiones, en la media de sus rivales, eran de 4,53 metros de largo, 1,71 de ancho y 1,39 de alto. En la fila delantera contábamos con 138 cm de anchura para los hombros, y detrás también. Los asientos eran duros, pero cómodos para viajes largos. El espacio para el equipaje era de 456 litros, un poco escaso a causa de su línea de cintura tan baja. Para los pasajeros traseros contaba con un máximo de 79 cm para las piernas, nada mal para un coche de poco más de 4,5 metros.
La política de equipamiento de Volkswagen en estos tiempos era la de “todo o nada”. La única opción con la que se contaba era la pintura metalizada, y el aire acondicionado era de serie; otro equipamiento de serie eran el cierre centralizado y elevalunas eléctricos en las cuatro puertas. Pensando en los pasajeros traseros llevaba un práctico reposabrazos central abatible, lunas tintadas y cinturones de seguridad retráctiles. En su contra no contaba con ABS, las llantas eran de chapa y no llevaba luz de lectura de mapas.
Lo más interesante del Volkswagen Santana GX5 se encontraba debajo de su capó, con un motor de cinco cilindros en línea en posición longitudinal. Era una arquitectura poco común, que destacaba por su suavidad de funcionamiento
Era un motor de origen Audi, y cubicaba 1.994 cm3, con un bloque realizado en fundición de hierro y una culata en aluminio. La alimentación se encomendaba a un sistema de inyección K-Jetronic. Su rendimiento era de 115 CV a 5.400 RPM, y su par máximo de 163 Nm a 3.800 RPM, típico de un atmosférico de la década de los 80. Sus prestaciones más importantes eran una velocidad máxima de 188 km/h en cuarta y aceleración a 1.000 metros en 31,9 segundos.Recuperaba los 1.000 metros en cuarta a 40 km/h en 35,2 segundos, y en quinta a 50 km/h en 37,1 segundos.
Respecto a sus consumos, por ciudad rondaban los 11 l/100 km, por carretera convencional a un promedio de 97 km/h, entre 7,5-8 l/100 km, y por autovía/autopista a un promedio de 119 km/h, unos 9,8 l / 100 km. Su aerodinámica discreta, a causa de sus líneas cuadradas, penalizaba algo estos consumos.
La amortiguación era la habitual: independiente tipo McPherson con muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora en el eje delantero, y detrás semi independiente con ruedas tiradas, muelles helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Los desarrollos del cambio eran largos, pero quedaban compensados por el brillantísimo motor. El manejo del cambio, manual y de cinco relaciones, era irreprochable. Gracias a su relativo peso contenido -1.136 kg-, le bastaba con unos discos ventilados de 239 mm en el eje delantero, y unos sencillos tambores de 180 mm en el eje trasero. Sus pequeñas llantas de acero iban abrazadas por unos neumáticos de medidas 185/70 13 (casi iguales que las del Renault Scénic de última generación…).
Vemos que a pesar de los años transcurridos hay aspectos en los que Volkswagen no ha cambiado: unos productos de gran calidad y sobriedad germanas, a cambio de unos precios elevados. Lo que sí ha cambiado son las opciones, con unas listas interminables para elegir a día de hoy, lo que supone ir armado de paciencia al concesionario e intentar que no te engañen con algunos gadgets inútiles.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS