Toyota se ha propuesto recuperar su “viejo” talante deportivo con el lanzamiento de diferentes versiones, como los GR Yaris y GR Supra, pero también con el Toyota GR Corolla, que, por desgracia, no llega a Europa. Es una decisión que parece no tener mucho sentido, los compactos siempre han sido coches con muy buena acogida en el Viejo Continente y las versiones deportivas no han estado faltas de usuarios ávidos de emociones. Aunque también es cierto, que el segmento de los compactos GTi cada día está menos nutrido.
El GR Corolla llegó al segmento de los compactos picantes tras muchos años de ausencia por parte de Toyota, concretamente, desde que se dejara de vender el Toyota Corolla TTE Compressor, el cual, se lanzó al mercado en noviembre de 2005. Esta versión es, posiblemente, el más claro antecesor del actual GR Corolla, aunque las soluciones empleadas en aquel momento distan mucho de las usadas con el modelo actual. No obstante, merece la pena destacar que, posiblemente, el Corolla TTE Compressor haya sido uno de los compactos GTi más interesantes y diferentes de cuantos se han puesto en circulación.
Como se ha dicho antes, se lanzó al mercado en 2005 y era una evolución del Corolla T-Sport, una variante que compartía motor con el Toyota Celica T-Sport y que destacaba, entre otras cosas, por un motor especialmente puntiagudo. Era un 1.8 atmosférico, que lo daba todo por encima de las 6.000 revoluciones, concretamente, 192 CV a 7.800 revoluciones. Para ello, se partía del mismo 1.8 de cuatro cilindros de 143 CV que servía de acceso a la gama Celica, y se realizan una serie de cambios importantes, como un cigüeñal de nueva factura –otorgaba una carrera más corta para los pistones–, se aumentaba la compresión hasta 11,5 a 1, se aumentaba el tamaño de las válvulas de admisión y se incorporaba el sistema de distribución variable VVTL-i, capaz de variar el alzado de las válvulas y su momento de apertura.
Así, pues, con un motor así, que funciona a unas revoluciones altísimas, la única forma de sacarle más potencia es la sobrealimentación. Pero un turbo no sirve de nada, lo ideal es un compresor volumétrico, eso al menos pensaron en Toyota, pues instalaron en el motor un compresor Ogura TX12, así como otra serie de cambios tales como una gestión electrónica diferente para la distribución variable –el resto, pistones, bielas, cigüeñal… era los mismos–.
El resultado fue muy interesante: 225 CV a 8.000 revoluciones y un par de 230 Nm a 3.600 revoluciones. No obstante, también se lanzó una versión que cumplía la Euro 4, en cuyo caso, la potencia se quedaba en 218 CV a 8.200 revoluciones y 215 Nm de par a 4.000 revoluciones. Cosas de los sistemas anticontaminación…
Por supuesto, el chasis se adaptó a las circunstancias, con unos muelles 15 milímetros más cortos y unos amortiguadores más firmes. La imagen estaba muy próxima a la ofrecida por el Corolla T-Sport, pero se podía diferenciar por los dos terminales de escape a cada lado del paragolpes, las llantas de aleación de 17 pulgadas –neumáticos de 215/45– y los típicos logotipos de la versión.
Con respecto a sus cifras, no eran malas. El 0 a 100 km/h lo hacía en 6,9 segundos –era igual para los modelos Euro 3 y Euro 4–, mientras que la velocidad máxima era de 230 km/h para los Euro 4 y de 235 km/h para los Euro 3. El 0 a 160 km/h, por ejemplo, podía hacerlo en 17 segundos y las recuperaciónes de 80 a 120 km/h, en quinta, se lograban en 8,1 segundos. El peso homologado para Europa, en vacío, era de 1.390 kilos, lo que dejaba la relación peso-potencia en 6,3 kg/CV.
El Toyota Corolla TTE Compressor es un modelo bastante escaso, no en balde, era bastante caro: 33.600 euros en 2005, equivalentes a unos 47.000 euros actuales de 2023.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Como ex-propietario de uno (y no uno cualquiera, sino el de las fotos… la unidad de prensa acabó en mis manos) debo decir que era un coche muy especial, que vivió ensombrecido por los GTi de la época que poblaban nuestras calles por aquel entonces. El motor se sentía lleno como un V8, pero estiraba con energía hasta las 8.200 rpm como los japos más simbólicos. Un coche más de sensaciones que de cifras, de insonorización justa y muelles de tarado muy duro (mi mujer y yo recordamos un viaje Madrid-Valencia como una tortura), con un sonido muy característico y… Leer más »
Menuda sorpresa y vaya historia interesante que parece haber detrás. Gracias por compartirlo con nosotros.