El Toyota Altezza RS200 era una versión de espíritu deportivo de este modelo de Toyota, que es primo hermano del Lexus IS de primera generación (XE10). Se produjo con el objetivo de ser un competidor directo de los sedanes deportivos Premium del segmento D. Por esta razón se diseñó con mayor énfasis en el rendimiento de lo que normalmente solemos ver en su categoría.
En la gama Altezza, el RS200 estaba orientado a aquellos clientes japoneses que querían potencia pero con una carga fiscal más contenida, de ahí su cilindrada de 2 litros, pero con más de 200 CV. No tuvimos en Europa un equivalente directo de esta versión, los Lexus IS que llegaron a Europa lo hicieron como IS 200 e IS 300 con motores de seis cilindros y potencias específicas más convencionales.
Este sedán de cuatro puertas tenía unas dimensiones de 4.400 mm de largo, 1.725 mm de ancho y 1.420 mm de altura. La batalla era de 2.670 mm, con unas vías delantera y trasera de 1.495 y 1.475 mm, respectivamente. Como dato adicional, su altura libre al suelo era de 135 mm. Su peso homologado era de 1.340 kg, y el depósito de combustible contaba con una capacidad de 60 litros. El maletero ofrecía 400 litros de capacidad.
En cuanto a su motor, con código interno 3S-GE, era un bloque de cuatro cilindros en línea de 2 litros (1.998 cm3), alimentado por gasolina mediante inyección indirecta y con aspiración natural (atmosférico). La distribución se realizaba mediante un doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y llevaba cuatro válvulas por cilindro, entregando la nada despreciable potencia de 207 CV a 4.800 RPM, junto a un par motor máximo de 216 Nm al mismo régimen.
Con una potencia específica de 103,7 CV/litro, es un valor elevado para ser un motor atmosférico, y una referencia en su momento en Japón. La potencia se trasladaba a las ruedas traseras mediante una caja de cambios manual de seis velocidades, en este caso con un diferencial autoblocante Torsen. También se ofrecía con caja automática de cinco marchas. Alcanzaba una velocidad máxima de 215 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos. Su consumo medio homologado era de 9,8 l/100 km.
Su joya era el motor, un propulsor atmosférico de 2 litros y cuatro cilindros en línea que entregaba a las ruedas traseras 207 CV de potencia y 216 Nm de par al mismo régimen de 4.800 RPM, que le impulsaban hasta los 215 km/h
En cuanto al equipo de zapatos ruedas llevaba unas llantas bien de 16” y neumáticos de medidas 205/55 R16V, o bien de 17” de diámetro y 7” de garganta, vestidas con unos neumáticos de medidas 215/45 R17 para el RS200 Limited. Los frenos eran de disco, ventilados los delanteros y macizos los traseros, complementados con ABS. La amortiguación era de doble horquilla en los dos ejes, con muelles, amortiguadores hidráulicos y barras estabilizadoras.
En el interior el RS200 iba un poco menos equipado que las versiones de mayor cilindrada, pero contaba con algunos guiños a la deportividad como el pomo de la palanca de cambios y los pedales en aluminio. Entre las ediciones especiales, podemos citar RS200 Limited, RS200 L Edition o RS200 Z Edition (como en la imagen de cabecera).
Su comercialización en Japón era exclusiva de unos concesionarios japoneses llamados Toyota Netz Store hasta 2006, momento en que Lexus se introdujo en el país y cesó su producción. Para evitar la “marquitis” (de la cual los japoneses adolecen poco) se fundó Lexus en 1989, y algunos de sus modelos eran equivalentes directos a modelos Toyota para el mercado japonés, caso del Altezza.
El Toyota Altezza RS200 era una buena y acertada combinación de lujo y deportividad en un tamaño relativamente compacto, con un motor atmosférico realmente potente y unas prestaciones más que dignas en la década de los 90 del siglo pasado. De haberse exportado, habría sido un rival a tener en cuenta en Europa y en Estados Unidos. Por ejemplo, podría haber competido con los BMW 325i o 328i (E46) o Audi A4 1.8T (B6).
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS