Coche del día: Toyota 2000 GT Shelby

Coche del día: Toyota 2000 GT Shelby

Tres unidades del 2000 GT fueron modificadas por petición de Carrol Shelby para participar en la SCCA


Tiempo de lectura: 6 min.

Aunque no lo parezca, los nombres de Carroll Shelby y Toyota están más unidos de lo que se pudiera pensar. De hecho, la historia que los entrelaza se asienta sobre el deportivo que puso a Japón en el mapa del automovilismo mundial a mediados de los sesenta. El soberbio 2000 GT, el cual pasó aquí a denominarse Toyota-Shelby 2000 GT debido a las numerosas modificaciones introducidas para adecuarlo a las carreras de la SCCA americana. De todos modos, ya que ésta es una historia tan concreta – limitada a tan sólo tres unidades – vamos a explicarlo todo desde el comienzo para no perdernos. Así las cosas, damos un salto desde los Estados Unidos hasta Japón buscando el primer capítulo de una historia en la que lo más granado del automovilismo nipón se dio la mano con uno de los preparadores deportivos más legendarios de América.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el automovilismo deportivo de élite se recuperó muy rápido en Europa. Al poco de acabar la contienda regresaron Le Mans, Targa-Florio, Mille Miglia e, incluso, en 1950 echó a andar la F1. De esta manera, fabricantes ya consagrados como Alfa Romeo o Mercedes volvieron a la normalidad produciendo nuevos modelos de carreras donde la aerodinámica estaba mucho más cuidada y los motores rendían más caballos aún teniendo menos cilindrada. Todo ello gracias a los avances que Vittorio Jano y otros ingenieros desarrollaron antes de la contienda. Además, la aparición de Porsche y Ferrari junto al potente resurgir de Aston Martin y Maserati terminaron de configurar un nuevo y excitante panorama de carreras en Europa.

Sin embargo, la postguerra en Japón se desenvolvió de una manera muy diferente. Con su industria desolada y la necesidad de reconstruir las infraestructuras como meta prioritaria, el país del sol naciente albergó un parque móvil sencillo. Dominado por pequeños vehículos industriales, motocicletas e incluso ingenios mecánicos para motorizar bicicletas. De todos modos, el crecimiento económico pasó a ser exponencial durante los cincuenta, favoreciendo la aparición de nuevas clases medias y un mercado automovilístico más complejo y variado. Con este contexto, para mediados de los sesenta sólo faltaba el salto a Europa y Estados Unidos para que Japón demostrase todo lo que sabía hacer. ¿Pero cómo? ¿Cómo hacer que el mundo girase la cabeza hacia lo que surgía en Japón? Se necesitaba un modelo insignia, y ése fue el Toyota 2000 GT.

Con el Toyota 2000 GT la industria automovilística japonesa daba un definitivo golpe de efecto, usando al modelo como escaparate tecnológico de cara a introducir otros modelos en los mercados occidentales

El Toyota 2000 GT y su relación con Shelby

En los sesenta muy pocos pensaban en automóviles japoneses fuera de Japón. Y no se les puede culpar por ello, ya que al fin y al cabo éstos no estaban ni mucho menos a la altura de los grandes referentes europeos. No obstante, esto empezó a cambiar cuando en 1967 se presentó el Toyota 2000 GT. Todo un superdeportivo, capaz de mirarse de tú a tú con muchos de los mejores GT salidos de Reino Unido o Italia. Construido sobre un ligero chasis que acercaba el centro de gravedad todo lo posible al suelo, su motor de dos litros desarrollado junto a Yamaha entregaba 150 CV en las unidades de serie gracias al bloque con seis cilindros y doble árbol de levas.

Y, antes de que cualquiera pueda pensar que realmente no es tanta potencia, señalaremos cómo los ingenieros de Toyota se basaron en el modelo establecido por Lotus con el Elan. Donde gracias al bajo peso y las excelentes cualidades dinámicas se podía tener un rendimiento espectacular aún no montando un V12 a la forma y manera de Maranello. No obstante, volvamos a la mercadotecnia. Y es que si bien la presentación del Toyota 2000 GT fue un punto y aparte, ésta debía ser respaldada por la presencia en circuitos si se quería que la jugada fuera redonda.

En ese sentido, Toyota no estaba descontextualizada ya que para finales de la década ya era capaz de diseñar máquinas tan imponentes para las pistas como el Toyota 7. Sin embargo, le faltaba infraestructura, puesta a punto y experiencia logística en las competiciones occidentales. Por ello no era nada fácil echar a andar al Toyota 2000 GT en las pistas de resistencia de Europa y Estados Unidos. Justo el momento en el que Carroll Shelby entra en escena. Seducido por el nuevo GT japonés, enseguida ve potencial en colaborar con las marcas japonesas de cara a ganar carreras en América. Y no se equivocaba, pues de hecho al poco los Datsun estaban dando duro en California con John Morton a los mandos. Aquel mismo chico que empezó trabajando en la tienda de repuestos y taller de Carroll Shelby para llegar a ser uno de los héroes personales de todo conductor con gafas.

toyota shelby (1)

Fue el propio Carrol Shelby quien entró en contacto con Toyota para exponer su idea, la cual fue acogida estupendamente gracias a que así la marca japonesa encontraba una vía perfecta para entrar a las carreras en los Estados Unidos

Volviendo al Toyota 2000 GT, tan convencido estaba Shelby del potencial del coche que fue él quien entró en contacto con los japoneses. Sorprendidos y agradados al ser contactados por uno de los mejores preparadores del momento, los de Toyota entregaron a Shelby tres unidades del 2000 GT. De hecho tres de las primeras, fabricadas meses antes de la salida al mercado del modelo. Además, revisando todo el proceso se puede comprobar cómo la marca japonesa se dejó casi medio millón de dólares de la época en ayuda a Shelby para poner estos coches en competición. Respecto a las modificaciones, éstas incluyeron el cambio de los escapes, la instalación de suspensiones Koni regulables en altura, un nuevo cárter, mejoras contra el sobrecalentamiento en el diferencial y otros elementos, llantas de magnesio con neumáticos más anchos y, en el interior, un salpicadero espartano lleno de indicadores y una nueva palanca de cambios al tono de unas relaciones más cortas en la caja. Con todo ello, finalmente ingresaron en las pistas de la SCCA con resultados notorios llegando a una cuarta posición absoluta. De hecho, sólo fueron superados por los Porsche y su gran potencia. No estuvo nada mal aquella asociación entre el Toyota 2000 GT y Carroll Shelby.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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