Muy poco conocido por estos lares, el Subaru Sambar es uno de los comerciales pequeños más conocidos en Japón. Los orígenes del modelo se remontan a finales de los años 50, cuando el país asiático estaba aún recuperándose de los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Su industria automovilística se recuperó en primer lugar con las motocicletas, después con los coches pequeños.
Los ingenieros de Subaru partieron de una buena base, el Subaru 360, para dar vida a un vehículo comercial pequeño, que pudiese colarse por cualquier calle estrecha, llevar una cantidad decente de carga y cumplir con la nueva normativa de coches pequeños: keitora. Este palabro en japonés significa “camión ligero”.
Los vehículos como el Subaru Sambar tienen una limitación en cilindrada, tamaño y potencia. A cambio, tienen una serie de ventajas fiscales y de aparcamiento que no pasan desapercibidas en un país donde el espacio es muy limitado y los vehículos pequeños son muy importantes. Esta es la historia de un icono:
Su puesta de largo fue en el Hotel Grand Prince Akasaka de Tokio, después en el Salón del Automóvil de la capital nipona. Eso fue en octubre de 1960, y las ventas comenzaron en febrero de 1961. Inicialmente apareció en formato furgoneta, no fue hasta la segunda generación (1966) cuando se introdujo la carrocería camión, o pick-up, eso ya va según gustos.
En su primera generación medía 2,99 metros de largo, 1,3 metros de ancho y 1,52 metros de alto. Su motorcito de 356 cc alcanzaba los 18 CV de potencia y se asociaba a un cambio de tres marchas. Se asienta en un chasis de largueros y travesaños con suspensión independiente a las cuatro ruedas, una solución que hoy no usaría nadie para un vehículo ligero. No era especialmente pesado, 395 kg, y tenía un nivel de confort poco habitual en esa categoría.
Shinroku Momose fue el artífice de su diseño, con un característico paragolpes inferior que recuerda a un labio, por eso popularmente se le conoce como kuchibiru. Está inspirado parcialmente en el Fiat 600 Multipla, un vehículo de concepción similar basado en el popular Fiat 600.
Hasta 1982, cuando llegó la cuarta generación, no pudo dar el salto hasta los 544 cc, ya que las normativas de coches pequeños fueron evolucionando con el tiempo. Para entonces ya había crecido a 3.195 mm de largo, 1.395 mm de ancho y 1.650 mm de alto. Fijaos en el techo elevado de la versión fotografiada. Esta generación se llegó a ver en Europa con motores un poco más potentes.
La séptima generación apareció en 2012, pero ya no tenía tanta personalidad, es un remarcado del Daihatsu Hijet, por eso de aprovechar las sinergias. Esta categoría de vehículo deja al fabricante muy poco margen, el precio es ajustadísimo, por lo que es habitual que fabricantes que compiten entre ellos saquen en común sus modelos.
Una particularidad del Subaru Sambar, y de otros kei cars, es la posibilidad de tener tracción total. Sin ninguna aspiración todoterreno, de esta forma se mejora mucho la motricidad en las zonas montañosas de Japón. En ese país es muy difícil ver en estado de circulación un vehículo de tan escaso valor pasados 15-20 años, pero si véis alguno, seguramente esté muy bien conservado. Por sus matrículas amarillas los encontraréis.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Falta la versión de rallys