El Shelby Series 1 es el primer coche que Carroll Shelby construyó desde la nada, es decir, que no parte de otro coche o plataforma para su desarrollo. Se puede considerar como el digno sucesor del Shelby Cobra, otra máquina para soñar despierto. La ventaja principal radica en el diseño conjunto de carrocería y chasis obteniendo un deportivo seguro y de altas prestaciones.
Poseía un chasis con una estructura de paneles de aluminio de nido de abeja que, junto con una carrocería de fibra de carbono, conformaban un conjunto muy liviano, pues su peso en báscula era tan solo de 1.202 kg. Este vehículo se designó como la serie CSX5000, de la cual se fabricarían en total 251 unidades. A causa de los cambios en las regulaciones de las normas medioambientales y de seguridad que se sucedieron durante el período de fabricación, las nuevas unidades tuvieron que ser modificadas para poder homologarse de acuerdo a esas exigencias. La producción se interrumpió antes de lo deseado, aún así se construyeron 249 ejemplares del Series 1.
El motor que lleva es un V8 de 3.995 cc de cilindrada, acompañado de un compresor volumétrico. Está alimentado con un sistema de inyección electrónica y desarrolla 320 CV de potencia a 6.500 RPM, con un par motor de 351 Nm a 5.000 RPM. Lleva una caja manual de seis marchas y empuja de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 270 km/h.
Al igual que el Dodge Viper, lleva un motor delantero central con un reparto de pesos muy bueno, lo que contribuye a un gran comportamiento deportivo. El valor que puede alcanzar supera los 100.000 euros, ya que se ha convertido en un coche de culto y a los coleccionistas no les importa pagar lo que sea por tener un ejemplar. Por un tema relacionado con las normas anticontaminación se perdieron un par de unidades, pasó a ser otro maldito mataplanetas; estoy de acuerdo en proteger el medio ambiente, pero ¿a quién no le gustaría darse unos paseítos en una máquina pasional como esta?
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Tenía su punto, aunque el diseño de la parte trasera no terminó de convencerme. No se, le falataba algo…
Y el interior era extremadamente pobre, demasiado aire a utilitario Ford, salvo por los asientos.