La segunda generación del SEAT Ibiza, aparecida en el año 1993, es el primer Ibiza “by Volkswagen”, aunque los alemanes ya influyeron en el restyling de la primera entrega del modelo. Llegaba tras la puesta en escena del SEAT Toledo, el primer modelo de la firma española tras su integración en el Grupo Volkswagen, y se postulaba como un modelo importante, pues en aquellos años, los utilitarios eran la base de las ventas de muchos fabricantes generalistas.
Y, efectivamente, se convirtió en uno de los pilares de ventas en muy poco tiempo, no en balde, superaba a la primera edición del modelo en todo y además, sin esfuerzo. De hecho, el Ibiza de segunda generación –o Ibiza 6K– se permitió el lujo de arrasar en la categoría “dos litros” de rallies, lo que se aprovechó para poner en circulación la versión más deseada de aquella entrega del modelo: el Ibiza Cupra. A partir de entonces, el Ibiza Cupra ha sido una constante hasta las últimas generaciones, que se desestimó su aparición y dejó al modelo sin una de sus más interesantes y míticas versiones.
No obstante, la primera generación del Cupra no fue realmente la que comenzó a marcar el camino entre los de su clase, hubo que esperar un poco más, hasta 1999. En aquel año, SEAT ponía en circulación el Ibiza Cupra 1.8 20vt, que se basaba en la segunda edición del modelo según Volkswagen. Aquí vamos a hacer un inciso, porque esta parte de la historia del Ibiza es un poco confusa. En principio, el Ibiza recibió un restyling muy importante, el cual, cambió tanto el coche que muchos lo consideran una nueva generación. Nosotros lo consideramos como una generación adicional, la tercera, porque atesora muchísimos cambios, pero en oficialmente no es así y se le conoce como “6K2”.
Dicho esto, seguimos con el Cupra 1.8 20vt; pues supuso mejorar al modelo anterior de forma notable, aunque la potencia en realidad no aumentó casi nada. Bajo el capó estaba el genial 1.8 turbo con culata de 20 válvulas, un motor que fue la base de Volkswagen durante muchísimos años y contó con versiones de todo tipo, desde una atmosférica con 125 CV, hasta una, la más potente, con 240 CV. Uno de los mejores motores de su época, sin duda, que en el caso del Ibiza Cupra envía 156 CV. Esto es, solo 6 CV más que el modelo al que sustituía, aunque escondía un funcionamiento con más fuerza –los motores turbo siempre ofrecen más par a bajas revoluciones– y en general, más rápido en todas las mediciones. El chasis, por su parte, recibía las atenciones de SEAT Sport y lo convertía en un coche muy ágil, aunque no fueron pocos los que se quejaron de la dichosa puesta a punto subviraje de todo lo que sale del Grupo Volkswagen.
No tardó en convertirse en uno de los eferentes del segmento, aunque estéticamente no era muy llamativo. Volkswagen, por lo general, sea la marca que sea, tiene diseños muy recatados y en el caso del SAT Ibiza Cupra 1.8 20vt tan solo se añadían algunos faldones, calandra con rejilla en nido de abeja y llantas específicas.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS