Coche del día: SEAT 131 diésel Perkins

Coche del día: SEAT 131 diésel Perkins

El diésel más barato en su categoría


Tiempo de lectura: 3 min.

Presentado en Barcelona en 1975, el SEAT 131, sustituto del SEAT 124/1430, era un coche de esos que solo podían comprar la gente con dinero y no un españolito de pie. Era, como se suele decir, “un señor coche”. Más grande que el 124/1430 en todas sus cotas, finalmente no o retiró del mercado, sino que convivieron en el catálogo de SEAT en lo que se puede considerar una buena idea, al menos en España. En Italia sí jubiló al 124.

Fabricado durante casi 10 años –entre 1975 y 1984, ambos inclusive–, alcanzó la cifra de nada menos que 412.948 unidades. Hoy día, esa cifra se alcanza en un solo año de producción, pero eran otros tiempos y el SEAT 131 se comercializó casi en exclusiva en España, lo que limita las ventas, obviamente.

Durante la comercialización del 131, llama la atención que contó con diferentes motores diesel, pero no como estamos acostumbrados ahora, con diferentes motores con distintas potencias y cubicajes. Nos referimos a que cada motor lo fabricaba una empresa distinta, como Sofim, Sava o los famosos Perkins. El Sofim fue el más patente, seguido del Sava y por último el Perkins, que por cierto, fue una de las primeras opciones en montarse en el SEAT 131.

Los motores diésel sufrieron una larga evolución hasta que se convirtieron en una opción realmente equivalente a los motores de gasolina, algo que comenzó a ocurrir a finales de los años 80, con Volkswagen-Audi y sus TDI. Estos, simplemente, dieron con la tecla que se venía buscando desde hacía tiempo, con el desarrollo e implementación de nuevos desarrollos sobre estos motores.

seat 131 diesel 1

El SEAT 131 empezó a montar los diésel Perkins a finales de los 70, un propulsor de 1.760 centímetros cúbicos, capaz de rendir 49 CV DIN a 4.000 revoluciones, y alrededor de 100 Nm de par a 2.200 revoluciones. Como se puede ver, no era un motor especialmente desbordante de poderío y en las pruebas que se publicaron en la época así lo destacaban. El propio Arturo de Andrés, en el número 1.043 de Autopista, decía que “nada tiene de especial un turismo diésel que pesa más de 1.100 kilos para menos de 50 CV”.

Y no estaba falto de razón, pero eso no quiere decir que el SEAT 131 Perkins, como se le conocía, estuviera falto de interés. Sobre todo por el precio del gasóleo en aquellos años, que era de 16,70 pesetas el litro frente a las 31 de la gasolina normal y las 37 pesetas en caso de la Súper. Y no hace falta pasarlo a Euros para apreciar la diferencia de precios, ¿verdad?

El SEAT 131 Perkins, además, era el diésel más barato que había en España en aquel momento, el más barato de su categoría, entiéndase. Y para colmo, entre otras cosas, la revista registró una cifra de 20,8 segundos en los 400 metros de recuperación –desde cuarta, a 40 km/h–, lo que significaba la cifra más brillante que habían registrado en un diésel.

De todas formas, como diésel “de su época”, tampoco se podía pedir capacidades velocísticas y los registros de la revista Autopista antes mencionada, marcan una velocidad máxima de 123,50 km/h –a 4.230 revoluciones–. Al menos, los consumos si era frugales para la época, variando entre los 10,66 litros en el peor de los casos –a 120 km/h– y los 6,85 en el mejor – 90 km/h–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Víctor Saiz
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Víctor Saiz

Era un “marmolillo “,ni llaneaba ni subia . Pocos se venderían, era un coche adsurdo


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Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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