El SEAT 131 CLX 2000, ya perteneciente a la “serie Supermirafiori”, tenía una posición en el mercado casi sin competencia en su época: la del sedán de talante deportivo, pero con cierto nivel de lujo. Al menos en lo que se refiere, claro está, en España. Además, también hay que tener en cuenta que, aunque hubiera otras opciones más prestacionales, no había nada similar por 835.000 pesetas, que era el precio que tenía el 131 CLX 2000 en 1980 –en euros, y sin contar IPC, eran 5.018 euros–.
La España de los años 80 todavía veía sus fronteras un poco capadas por diferentes aranceles, que permitían a marcas como SEAT, con su fabricación nacional, presumir de un dominio casi total del mercado. Y decimos casi, porque ya por entonces, algunas marcas habían traído su producción a tierras españolas y ofrecían una dura competencia, lo que permitía una mayor diversidad y más opciones para los conductores españoles de aquellos años.
Sin embargo, las cosas estaban como estaban y coches como el SEAT 131 CLX 2000 era una verdadera aspiración para muchos conductores, sobre todo por su presencia –con acabados en color negro mate para paragolpes, calandra, rieles y molduras– y, por supuesto, por el motor, un dos litros que daba unas buenas prestaciones. Concretamente, 1.920 centímetros cúbicos repartidos entre cuatro cilindros muy similar al montado en el SEAT 132 y casi un calco del FL90, del que se diferenciaba en la compresión. Rendía 114 CV a 5.800 revoluciones y 16 mkg a 3.500 revoluciones.
Con 114 CV y casi 175 km/h de velocidad punta, era el sedán de su tipo, fabricado en España, más rápido del mercado
Arturo de Andrés, quien lo probó para la revista Autopista en 1980, se deshizo en elogios hacia este motor por sus buenas prestaciones y por su respuesta general. Según sus propias palabras, el SEAT 131 CLX 2000 era el sedán de mejor prestación real en carretera disponible en aquellos años en España, aunque no olvidaba aclarar que la comparación se hacía entre lo fabricado en nuestro país.
Es más, decía que el 131 CLX 2000 no solo era el sedán más brillante disponible en España, sino que era un coche de prestaciones muy elevadas y con un comportamiento rutero a la altura de lo anterior. Un modelo divertido de conducir, pero también algo incómodo debido a unas suspensiones con unos tarados algo duros. Se criticaba el diámetro del volante y el poco agarre de los asientos. También montaba unos frenos algo escasos –discos macizos delante y tambores detrás– y un consumo elevado en carretera.
Las prestaciones de las que hablaba Arturo de Andrés estaban entre las mejores de su época, siempre que hagamos caso a los registros de los medios. Por ejemplo, en la prueba antes mencionada, se registró una velocidad punta de 174,76 km/h, los 400 metros con salida parada en 14,4 segundos y el kilómetro con salida parada en 32,1 segundos. Incluso se registró datos de reprís, una práctica que ya no se realiza y que el SEAT 131 CLX 2000 no hacía mal. Los 400 metros desde 40 km/h en cuarta, por ejemplo, se hacían en 18,1 segundos y los 1.000 metros en idéntica situación en 33,4 segundos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Pregunta. ¿El 2000 CLX, no era un bifaro, 4 faros redondos?
Que yo sepa, el bifaro era el 1800 CLX. Yo he sacado la info de una prueba de la revista Autopista y el coche que aparece en las fotos es la serie Supermirafiori, el de los faros rectangulares. A veces se pasa por aquí uno de los miembros del Club SEAT 131, a ver si tenemos suerte, nos lee, y nos lo aclara.