Coche del día: Saab 900 turbo

Coche del día: Saab 900 turbo

Ponga un turbo en su vida


Tiempo de lectura: 2 min.

Posiblemente, el Saab 900 Turbo sea un compendio del mejor quehacer de la marca sueca en la aplicación de la tecnología turbo en coches no estrictamente deportivos, fiel a su estilo ortodoxo y diferenciado del resto de los fabricantes. Siempre creó vehículos con personalidad propia con bastantes menos recursos que sus competidores, lo cual da más mérito a sus creaciones.

Según la revista Autocar, la más antigua en activo del mundo -desde 1895- “es uno de los más excitantes y diferentes coches del mercado de entonces, pues su sedoso turbo le proporcionaba fabulosas prestaciones con pocos problemas, sólo derivados de su tracción delantera”.

Basta fijarse en algunas fotografías para ver su peculiar diseño, como su curvado parabrisas delantero en un ángulo de 45 grados o el salpicadero orientado hacia el conductor, herencia de su pasado aeronáutico. Son llamativas sus dimensiones, nos encontramos con un coche largo, estrecho, una batalla muy corta y unos voladizos desproporcionados: 4.740 mm de largo, 1.690 mm de ancho, 1.420 mm de alto y una batalla de 2.517 mm.

Su motor era un cuatro cilindros de 1.985 c.c. con una baja compresión de 7,2:1, daba una potencia máxima de 145 CV a 5.000 RPM  y un par máximo de 235 Nm a 3.000 RPM. El problema más común de este motor eran sus soportes, en un principio de goma y después hidráulicos, por lo que pasamos de malos a peores: el motor se movía mucho en su vano, sobre todo cuando se paraba.

La caja de cambios estaba situada debajo del motor, era muy complicado acceder a ella para su sustitución y cara su reparación. Su suspensión estaba bien diseñada y era original, delante llevaba un paralelogramo deformable con triángulos superpuestos y detrás, un eje rígido sujeto transversalmente con una barra Panhard y longitudinalmente con un paralelogramo de Watt, donde el brazo delantero sirve de apoyo para el muelle.

El sistema de frenado era bueno, potente y progresivo, con discos a las cuatro ruedas, y el freno de estacionamiento en las unidades anteriores a 1987 actuaba sobre las ruedas delanteras. Sobre su consumo, lo habitual en estos motores de la época, entre 9 y 14 l/100 km, según anduviéramos por autopista a velocidades legales o por ciudad.

El interior era amplio, cómodo, muy ergonómico para lo habitual de la época y bien terminado, salvo la tendencia común de los coches de los años 80 y 90 de despegarse el techo, cosas de los fabricantes. Os dejamos con un vídeo que le dedicó Petrolicious, muy digno de ver, atentos a cómo suena su turbo:

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Sobre mí

Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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SergioQ4
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SergioQ4

“El problema más común de este motor eran sus soportes, en un principio de goma y después hidráulicos, por lo que pasamos de malos a peores: el motor se movía mucho en su vano, sobre todo cuando se paraba.”

Hasta donde conozco todos los autos tienen soportes de motor de goma, y los de mayor gama hidráulicos… O sea que no entiendo lo de “de malos a peores” y no sé de qué otro material pueden ser…

Txesz
Mecánico
Txesz

No recuerdo que miembro de la marca dijo en su día una frase que comparto al 100%

Si se usa una bomba para el combustible, una bomba para el aceite y una bomba para el agua, ¿por qué no usar también una bomba para el aire, que es lo que es un turbo?

Rest
Invitado
Rest

Afortunadamente aún no conozco a alguien que le disguste este coche. Pasarán y pasarán los tiempos y seguirá siendo un joya singular, de lo mejorcito creado por Saab.


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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