Coche del día: Renault Clio 1.5 dCi 65 CV (MK2 fase 2)

Coche del día: Renault Clio 1.5 dCi 65 CV (MK2 fase 2)

Acceso a la gama diésel con inyección common rail


Tiempo de lectura: 4 min.

El Renault Clio 1.5 dCi estrenaba no solo una nueva imagen, también escondía bajo su capó un motor con inyección common rail de nueva creación. De esta forma, el modelo francés acaparó una enorme cantidad de atención por parte de todo el mundo, pues, no debemos olvidar, el Renault Clo siempre fue una de las referencias del segmento de los polivalentes y además, para la ocasión, con un precio de 1.821.927 pesetas, se posicionaba un poco por debajo del coche a batir: el SEAT Ibiza 1.9 SDi.

Ahora denostado, el motor diésel fue una fuente de ingresos para las marcas y protagonizó una lucha sin cuartel entre los fabricantes. Fue una época emocionante, con avances y evoluciones constantes que llevaron a un motor que, por lo general, siempre fue tecnología para transporte, a ser la base de una gran parte de la industria del automóvil. Desde coches básicos y utilitarios, hasta sedanes de ultra lujo, pasando por deportivos del nivel de Porsche o Maserati. Todo giraba alrededor del diésel hasta el punto de que la gasolina quedó relegada a un segundo plano y, casi, en exclusiva para grandes superdeportivos.

Se puede decir que fue un poco de locos, interesante y emocionante, pero de locos. Había diésel para todos, incluso para coches que, en teoría, no necesitaban un motor así, como el Renault Clio, que con sus diferentes versiones, se ganó el favor de un elevado número de usuarios. En el fondo, el Clio siempre ha contado con el favor de un gran número de usuarios incluso sin tener que recurrir al diésel, pero en pleno auge de la tecnología, los fabricantes estaban obligados a tener estos motores en casi cualquier categoría. No obstante, en el caso del Renault Clio, llegó a tener una opción de acceso turboalimentada de tan solo 65 CV.

Aunque por prestaciones iba algo justo, por consumos era de los mejores del segmento

Renault Clio 1 5 dCi (2)

El Renault Clio 1.5 dCi representaba el escalón de acceso a la gama diésel, aunque, casi en exclusiva, incorporó un turbo. Por lo general, los motores de acceso a la gama diésel en el segmento de los utilitarios, prescindían del turbo por cuestiones de costos y porque, en el fondo, no hacían falta incorporar sobrealimentación a un coche destinado, claramente, a circulación urbana y salidas esporádicas a carretera. Sin embargo, en Renault le vieron un filón al turbo para lograr una mejor respuesta, una cifra de par más elevada y unos consumos muy reducidos. Por tanto, como novedad a finales de los 90, el Clio estrenó su primer motor con inyección por raíl común en su versión más asequible.

Los 65 CV antes mencionados, se obtenían de un propulsor con 1.461 centímetros cúbicos y carrera larga –76 milímetros de diámetro y 80,5 milímetros de carrera–, dos válvulas por cilindro, árbol de levas en culata, inyección directa por raíl común y turbo. La cifra de par era bastante buena: 16,7 mkg a 2.000 revoluciones, lo que permitió poner un cambio manual de cinco relaciones con desarrollados muy largos. La cuarta era de 30,98 kilómetros/hora y la quinta, de nada menos que 40,57 kilómetros/hora a 1.000 revoluciones.

No se buscaba velocidad, se buscaba agrado de uso y consumos bajos. La velocidad máxima era de 162 kilómetros/hora, mientras que el 0 a 100 kilómetros/hora se completaba en 15 segundos. La cifra de par se notaba en aceleraciones. Los 400 metros con salida parada se completaban en 19,12 segundos, pero esa misma distancia, desde 50 kilómetros/hora en quinta, se completaba en 19,75 segundos. Lo mismo pasaba con el kilómetro. Con salida parada se recorría en 36,27 segundos, pero desde 50 kilómetros/hora en quinta, en 38,05 segundos.

El caso es que no todo son cifras, como bien sabréis muchos. El Renault Clio 1.5 dCi tenía, como suele ser normal en la firma francesa, buenos andares. Era cómodo, fácil de conducir y con un claro talante rutero, aunque su principal foco de actuación era el centro de la urbe. También podría salir a carretera con bastante soltura, aunque exigía ser poco amistoso con el pedal del acelerador. No obstante, ni con esas, se obtenía un consumo elevado. La marca homologó una media de 4,3 litros y la prensa de la época registró unos 5,9 litros. Más que buenos para ofrecer una autonomía de 855 kilómetros con un depósito de 50 litros.

COMPARTE
Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

COMENTARIOS

avatar
2000
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Alejandro Delgado

Jesus Alonso

Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.

Javier Gutierrez

Mauro Blanco

Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.

Jose Manuel Miana

Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.